Fernando Rodriguez MendozaLa ciudad y los cretinos
2013-02-22 - 23:24:04
No está en mi ánimo imitar el titular de la novela de Vargas Llosa La Ciudad y los Perros, pero sucede que Santa Cruz está tomando figura de ciudad moderna y el cambio de fisonomía a metrópoli es irreversible.
Lo que no cambia, y difícilmente va a cambiar, es la presencia de cretinos de diferentes tipos y molduras que, independientemente del grado de estudios que tengan, con su cretinismo va destrozando día a día la actividad ciudadana, poniendo incluso en riesgo la vida de sus habitantes.
Es larga la lista de los actos de cretinismo en la ciudad y variada la gama de cretinos. Uno cretino muy común es el que maneja vehículo hablando por celular. Otro es el que, además de no cumplir la ley, pone en peligro la vida humana: el chofer que se pasa el semáforo en rojo, demostrando su total desprecio si acaso su inconducta ocasiona accidentes. Otro es el que parquea en doble fila, causando congestionamiento de un tráfico de por sí congestionado. Además de que no existe ningún respeto y consideración al peatón por parte de las autoridades, los cretinos que manejan vehículos pisan las cebras que señalan por donde debe cruzar un peatón y éste debe efectuar actos de equilibrio para cruzar de una vereda a otra, y otra variedad son los que se parquean sobre las pocas aceras y jardineras que hay.
Llama la atención como los mercados populares de La Paz o Cochabamba son limpios al extremo, en cambio los mercados cruceños son sucios, pese al esfuerzo de las autoridades por mantenerlos aseados. Pero, no solo son los venteros y los comerciantes los adictos a la mugre. Vemos con pena, rabia e impotencia como en la ciudad se bota basura en cualquier lugar.
Es difícil disminuir el grado de cretinismo de la capital cruceña con la simple imposición de normas que emita la autoridad competente, ya que si las hay éstas no son respetadas o no se las hace respetar. Debe empezarse una campaña ciudadana de educación en las escuelas y colegios, con apoyo de los medios de comunicación y con participación activa y directa de los ciudadanos cansados de estos abusos, para que no solo desaparezcan los cretinos, sino para que hagamos de nuestra ciudad un ejemplo de buen vivir.
