Samaipata, conocida internacionalmente por sus ruinas arqueológicas denominadas "El Fuerte" y apreciada por su admirable topografía y espléndido clima, es mucho más que eso; es un típico pueblo de los valles mesotérmicos cruceños que, junto a la reciente proliferación de hoteles, restaurantes y cabañas vacacionales, aún conserva su arquitectura colonial y republicana.
En tiempos pasados fue lugar de descanso y de aprovisionamiento de alimentos y compra de bestias de carga para el transporte de mercancías entre Oriente y Occidente del país, hasta la construcción de la carretera Santa Cruz-Cochabamba.
Hoy, lo primero que percibe el visitante al llegar al plácido valle es el contraste entre la arquitectura antigua del centro urbano y los nuevos chalets que parecen descolgarse de las faldas de las verdes colinas que rodean al pueblo.
Sus tierras fueron habitadas mucho tiempo antes de la llegada de los españoles, como lo demuestra el origen quecha de su nombre “Sabaypata” que significa “descanso en las alturas” y, durante la Guerra de la Independencia, fue escenario de numerosas escaramuzas entre patriotas y realistas, que se pierden en las leyendas de la provincia Florida.
traduciendo...
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