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El bosque de helechos de la yunga de Mairana

Después de trasponer los páramos de las cumbres sobrepastoreadas de los contrafuertes andinos orientales, se presenta una súbita mutación en el paisaje. En el impresionante marco de esta sorprendente topografía, flanqueada por profundos valles densamente cubiertos de vegetación, el viajero experimenta la curiosa sensación de retornar en el tiempo a los orígenes de la Creación, cuando la Tierra aún estaba habitada por seres antediluvianos.
 
Estos “yungas” de abundante neblina, como el de Mairana, en la provincia Florida de Santa Cruz, contienen bosques montanos de altísima biodiversidad y reciben precipitaciones por encima de los 2.900/3.000 mm., lo que da lugar a una abundancia de helechos arborescentes, líquenes y vegetación parasitaria adherida a los árboles, que adquieren formas grotescas en un paisaje verdaderamente cinematográfico.

Tras una lenta ascención a la cumbre, por un sinuoso camino vecinal desde el pueblo de Mairana es tal la impresión que recibe el visitante, que el viaje de tres horas desde Santa Cruz vale muy bien la pena sólo para deleitarse con un paseo bajo la sombra de este verde panorama, invadido por la eterna neblina y con la más alta humedad atmosférica que pueda concebirse.

Texto y Fotos: Jorge Orías Herrera
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