Mauricio Ríos GarcíaCochabamba a futuro
13/09/2010 - 21:18:11
Si bien las celebraciones del Bicentenario de Cochabamba tienen que ver m�s con la conmemoraci�n de un evento libertario sucedido hace 200 a�os, tambi�n es una oportunidad para realizar balances en materia de bienestar, por ejemplo.
La gente se pregunta sobre si las pol�ticas de inversi�n p�blica en el departamento son las correctas al aumentar el Producto Interno Bruto (PIB) departamental o bien si incrementan su participaci�n en el PIB nacional.
Cochabamba nunca se ha caracterizado por ser un departamento cuya producci�n sea, en suma, la m�s importante de Bolivia, y de hecho, el ritmo de su crecimiento ha venido estanc�ndose e incluso deprimi�ndose en forma paulatina.
Desde hace al menos cincuenta a�os ha ocupado un relativamente c�modo tercer lugar, ya sea por el peso de sus actividades extractivas, la econom�a de la coca, la agricultura tradicional o por su ubicaci�n geogr�fica como una ciudad de tr�nsito dedicada al comercio, pero al momento en que Santa Cruz busca consolidar sus condiciones para el comercio, y con el auge, producci�n y explotaci�n de hidrocarburos de Tarija, Cochabamba empieza a perfilarse para ocupar un cuarto e incluso un quinto lugar de contribuci�n productiva.
Pero no es eso lo que debe preocupar. Existe cierto consenso respecto de la forma en que Cochabamba podr�a alcanzar una mayor contribuci�n al PIB del pa�s, es decir, s�lo mediante un masivo incremento del gasto p�blico para estimular la econom�a y conseguir mayores niveles de desarrollo. Suena interesante, pero este podr�a ser el �nico y simple hecho por el cual la pol�tica tradicional justificar�a una imprecisa o inmedible intervenci�n del Estado en la econom�a en deterioro de la libertad individual. Hoy, los controles sobre la econom�a son cada vez m�s amplios y profundos, mientras se gasta una riqueza no producida.
Si hubiera que valorar (y no necesariamente medir) el aporte de la econom�a cochabambina al pa�s, ser�a mediante el respeto de la propiedad y libertad del ciudadano para coordinar sus planes con los de otros ciudadanos. Es esta la manera en que debemos plantear un problema econ�mico, y en este sentido, en la medida que toda actividad empresarial tenga permitida la identificaci�n de oportunidades de beneficio, se evitar� toda p�rdida de recursos en la construcci�n de planes y modelos de gran virtuosismo t�cnico y derroche de recursos.
Cochabamba tiene varios casos emblem�ticos de empresarios exitosos cuyos emprendimientos no s�lo sobrevivieron a uno de los casos de hiperinflaci�n m�s estudiados del mundo, en uno de los intentos del Estado por ser el actor dominante de la econom�a nacional, sino que adem�s, muchos de sus emprendimientos han sido capaces de sobrevivir incluso en etapas dictatoriales donde muchas empresas fueron clausuradas sin derecho a r�plica, otras intervenidas e incluso incendiadas en innumerables asaltos a la propiedad, la democracia y la libertad.
Ahora que presenta la oportunidad, es necesario discutir los medios y las medidas por un mejor bienestar, as� como es necesario discutir si estas medidas permitir�n realmente alcanzar los fines a las que est�n dirigidas. De lo contrario, condenar ideas ser� in�til desde un punto de vista arbitrariamente preconcebido, as� como ser�a in�til distraer la atenci�n de nuestro objetivo insultado al capitalismo o rindiendo culto a la pachamama.
As� como no puede afirmarse que un individuo puede mejorar sus condiciones de vida por el simple hecho de que su vecino haya producido m�s bienes, no existe relaci�n objetiva entre el crecimiento de la econom�a o la contribuci�n de su producto al pa�s, y el bienestar de sus habitantes. Lo m�s relevante de la econom�a cochabambina es -o debiera ser como cualquier otra- la manera en la que permite que sus habitantes logren satisfacer sus fines o que sus instituciones logren desarrollarse cuando se hacen m�s respetuosas de la propiedad, la libertad y sus valores �ticos.
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