El más charlatán de los presidentes
16/04/2012 - 12:57:54
ABC.es.- M�s de 1.500 horas de discursos en sus ya 13 a�os de gobierno convierten a Hugo Ch�vez en el mandatario m�s charlat�n de los que siguen en primera l�nea pol�tica.
A�n a distancia, eso s�, de Fidel Castro, el l�der pol�tico que m�s palabras ha pronunciado en p�blico. Solo hasta 1986 hab�a pronunciado ya m�s de 20.000 discursos, seg�n su bi�grafo Tad Szilc, y a�n a�adir�a otros 400 antes de ceder el poder a su hermano Ra�l en 2006. Su af�n ret�rico contin�a despu�s en forma de Reflexiones semanales en el diario Granma.
El l�der de la revoluci�n cubana entr� en el libro de los Guinness por su primer discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas en 1960. Dur� 4 horas y 29 minutos, tiempo r�cord ante los micr�fonos de la onU pese a que comenz� diciendo "Aunque tenemos fama de hablar largo, no se preocupen, Haremos todo lo posible para ser breves". Y quiz� pens� en que lo estaba siendo, porque ocho a�os despu�s pasar�a a la historia con una interminable alocuci�n de 12 horas, con apenas una pausa.
Fidel Castro
�Quer�a Ch�vez emular a su mentor cuando el pasado enero romp�a su propio r�cord al hablar casi diez horas seguidas al presentar su "Memoria y cuenta"? Noticias24com colg� �ntegro el discurso que ocupa 146 p�ginas. El presidente venezolano pronunci� su mensaje ante la Asamblea Nacional de pie, sin ning�n tipo de interrupci�n, sorprendiendo con este alarde de ret�rica en plena enfermedad.
El c�ncer que combate Ch�vez le ha alejado en parte de los focos medi�ticos en los que era casi omnipresente. Ha pasado 200 de los �ltimos 340 horas hospitalizado y 90 de ellos fuera del pa�s por sus frecuentes viajes a Cuba para someterse a radioterapia, seg�n recoge El Nuevo Herald.
Durante siete meses tuvo que suspender la emisi�n de "Al� presidente", el programa dominical que inaugur� en 1999 y del que ya llevaba hasta entonces 377 emisiones. Volvi� a principios de este a�o con una entrega de cinco horas en la que tambi�n cant� y bail�.
Com�n en l�deres poco democr�ticos
"Los discursos largos son caracter�sticos de l�deres con poco apego a la democracia que no argumentan con razones sino que apelan a movilizar a los oyentes con sensaciones", explica Fran Carrillo, director de La F�brica de Discursos. "Es pura qu�mica irracional". Aunque muy pocos son capaces de atender ocho o nueve horas de discurso sin dormirse.
El secreto de un buen discurso reside en buena parte en su brevedad porque la atenci�n mengua a partir del minuto 20 y resulta m�s dif�cil para el que escucha recordar despu�s el mensaje que se quiere transmitir. El primer consejo que da Carrillo a cualquier orador es "que sea breve, que no sea muy largo y que sea corto", siguiendo las recomendaciones que daba Winston Churchill, un gran orador, que dec�a que "para hablar una hora bastan cinco minutos de preparaci�n, pero para hablar cinco minutos hace falta una hora de preparaci�n".
En Latinoam�rica es habitual que este consejo caiga en saco roto. El director de la F�brica de Discursos cree que el gusto por la ret�rica est� "impregnado en su ADN". "Se dirigen a una poblaci�n en gran parte analfabeta o con m�nimos estudios a los que tienen que llegar con sensaciones y conceptos cercanos". Castro y Ch�vez no son los �nicos que se han hecho famosos. El presidente ecuatoriano Rafael Correa (con medio centenar de discursos en 2011) o la presidenta argentina Cristina Fern�ndez de Kirchner son otros de los mandatarios latinoamericanos que gustan de "hablar largo" a sus conciudadanos.
Cristina Fern�ndez inaugur� las sesiones del Congreso de este a�o con una intervenci�n de tres horas y 17 minutos cuando Barack Obama solo emple� poco m�s de una hora en el discurso sobre el Estado de la Uni�n. Fue tan comentada la extensi�n del discurso que Mabel Rem�n, la �nterprete de signos de la presidenta argentina, se convirti� en el tema m�s mencionado ("trending topic") de la red social Twitter con el hashtag de #LaMuda.
Correa, por su parte, lleg� a pronunciar seis discursos el mismo d�a en las cuatro plazas quite�as ocupadas por los seguidores del Gobierno durante la contramarcha convocada en respuesta a la manifestaci�n ind�gena en su contra el pasado marzo, seg�n recog�a el diario La Hora.
Fuera de Latinoam�rica
En el extremo contrario se encuentra el presidente uruguayo Jos� M�jica que repas� su gesti�n y esboz� lo que falta por hacer en apenas nueve minutos de discurso televisado. En esta l�nea concisa sit�a Carrillo a Mariano Rajoy o Nicol�s Sarkozy. No existe una duraci�n ideal de un discurso, ya que depende del contexto. No es lo mismo un mitin, que un discurso de toma de investidura o unas palabras cuando se recoge un premio. Pero toda alocuci�n debe ser "sincera, realista, convincente y debe atender a las necesidades", a juicio de Carrillo. "Hay que conquistar con palabras y luego con hechos", a�ade.
Estas recomendaciones no se cumplen en el discurso populista que acompa�a a gobernantes con poder omn�modo, como el presidente de Uzbekist�n, Islam Karinov, al mando del pa�s desde 1989, que gusta de ser omnipresente en los medios de comunicaci�n. El primer ministro y presidente electo ruso Vladimir Putin, aunque con un perfil m�s serio, tambi�n juega con cartas similares.
El pol�tico corre adem�s el riesgo de "gustarse" en sus comparecencias. El exprimer ministro italiano Silvio Berlusconi, que se durmi� durante un discurso del presidente Giorgio Napolitano en 2010, lleg� a jactarse de ser el l�der m�s popular del mundo.
Este tipo de discurso no forma parte de la tradici�n de pa�ses asi�ticos como China o Jap�n, donde la gesti�n se valora m�s que la ret�rica. S� existen ejemplos africanos, como Teodoro Obiang, en Guinea Ecuatorial, y aunque en el mundo �rabe son los l�deres religiosos quienes encarnan las alocuciones m�s populistas, Carrillo destaca a Mahmud Ahmadineyad en Ir�n.
�La ausencia por enfermedad de quien ha aparecido constantemente en los medios recorta su poder? �Qu� ocurre cuando calla quien gobierna constantemente hablando? A juicio del director de La F�brica de Discursos, no est� claro si el c�ncer de Ch�vez le aleja de su electorado. "Le puede perjudicar, pero tambi�n beneficiar porque tambi�n se arropa a un l�der por pena", considera Fran Carrillo.
De lo que s� se muestra convencido este experto en oratoria es que ese exceso de personalismo de Ch�vez o Castro es tambi�n su tal�n de Aquiles. Los sucesores no tienen el mismo carisma y sus reg�menes suelen acabar muriendo con ellos.
