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El insomnio es una desgracia: ¿Qué soluciones propone la ciencia?




17/05/2019 - 15:16:01
Infobae.- Todos hemos pasado alguna noche con los ojos abiertos de par en par, contando ovejas o las grietas de la pared, incapaces de dormir mientras el resto del vecindario duerme a pierna suelta� o eso creemos.

Lo cierto es que m�s del 40% de la poblaci�n afirma padecer s�ntomas de insomnio temporal y que el 10% sufre insomnio cr�nico. De modo que usted no es la �nica persona a la que, a veces (o a menudo), Morfeo hace esperar.

Existen varios tipos de insomnio, lo que convierte este problema en uno de los trastornos del sue�o m�s complejos. Algunas personas se�alan que tienen dificultades para conciliar el sue�o, ya que tardan m�s de 30 minutos en dormirse, y a otras les cuesta permanecer dormidas, pues sufren varios despertares prolongados durante la noche. Otras personas experimentan un despertar precoz por la ma�ana y son incapaces de recuperar el sue�o. Una misma persona puede sufrir una combinaci�n de estos s�ntomas.

Por lo general, la gente se queja de una mala calidad del sue�o, y algunas personas dicen sufrir una reducci�n del tiempo de sue�o, acompa�ada de s�ntomas de cansancio diurno y dificultades para concentrarse, prestar atenci�n en una reuni�n de trabajo o mantener la calma en los atascos por la ma�ana.

La corta duraci�n del sue�o no basta para definir el insomnio. Son m�s bien las dificultades diurnas las que deben emplearse para diagnosticarlo. Si usted se siente descansado tras una noche breve, seguramente no padece insomnio. Adem�s, es importante distinguir entre el denominado insomnio transitorio �en el que la persona experimenta s�ntomas de insomnio debido a un estr�s temporal� y el insomnio cr�nico. Este s�ndrome se define por la presencia de s�ntomas de insomnio al menos tres noches a la semana durante varios meses, con efectos negativos en el funcionamiento de la persona durante el d�a.
�C�mo aparece el insomnio cr�nico?

Hay factores que predisponen a padecer problemas de sue�o y que crean vulnerabilidad frente a un factor desencadenante. Por ejemplo, se sabe que las mujeres y las personas mayores tienen una mayor propensi�n a sufrir insomnio. Adem�s, las personas con un historial familiar de insomnio o con tendencia a la ansiedad ser�n m�s vulnerables a un factor desencadenante.

Este factor puede ser un duelo, un cambio de entorno o una situaci�n de estr�s. Por lo general, una vez que se localiza y se resuelve el factor desencadenante, cabe esperar que cese el insomnio transitorio. Sin embargo, el insomnio se hace cr�nico cuando las dificultades de sue�o pasan a ser un problema por s� mismas. El insomnio deja de estar vinculado a su factor desencadenante y, en general, se ver� exacerbado por factores perpetuadores.


Estos factores consisten a menudo en estrategias inadecuadas que se ponen en marcha para compensar los efectos del insomnio. Por ejemplo, beber un vaso de alcohol antes de acostarse, tener creencias falsas sobre el sue�o o meterse en la cama cuando no se est� cansado son conductas inadecuadas que perpet�an el insomnio.

La persistencia de estos factores introduce al insomne en un c�rculo vicioso en el que los efectos de la falta de sue�o se combinan con un estado constante de hipervigilancia f�sica, mental y cognitiva que impide disfrutar de un sue�o profundo y reparador.

En algunos casos se habla de insomnio secundario, en el que las dificultades para conciliar el sue�o son consecuencia de otro trastorno, como, por ejemplo, una enfermedad (dolores cr�nicos, c�ncer, depresi�n) o el consumo de medicamentos o de otras sustancias.
Las consecuencias de dormir mal

Saber qu� fue primero, si el huevo o la gallina, es una cuesti�n compleja en el diagn�stico y el tratamiento del insomnio. En el tratamiento es, pues, importante intervenir en el insomnio, pero tambi�n en las afecciones m�dicas conexas, para evitar que los problemas se refuercen mutuamente.

Un sue�o fragmentado o de duraci�n reducida afecta en gran medida a nuestra capacidad para concentrarnos, tomar decisiones, aprender e incluso regular nuestras emociones. Aunque algunos insomnes se�alan que acaban acostumbr�ndose al cansancio, numerosos trabajos de investigaci�n han mostrado que, a largo plazo, la perturbaci�n o reducci�n cr�nica del sue�o podr�a tener efectos no solo en nuestro funcionamiento cognitivo, sino tambi�n en nuestra salud f�sica y mental (mayor riesgo de sufrir depresi�n, problemas cardiovasculares, ansiedad o diabetes).


El insomnio tambi�n tiene implicaciones sociales y financieras, que se concretan, por ejemplo, en un mayor absentismo laboral, una menor productividad y un aumento del n�mero de recetas m�dicas.

Los efectos de la falta de sue�o en la salud y el bienestar constituyen un importante problema de salud p�blica, lo que tambi�n impulsa a los investigadores a buscar soluciones.
Los l�mites de los somn�feros

Uno de los planteamientos fundamentales para prevenir las dificultades del sue�o y su cronicidad es la sensibilizaci�n sobre la importancia que reviste una buena higiene del sue�o. Hay que favorecer unos horarios de sue�o regulares y un entorno propicio al sue�o (en la oscuridad, sin ruido, sin demasiado calor). Realizar actividades que pueden resultar estresantes o pasar demasiado tiempo delante de las pantallas puede entorpecer una adecuada conciliaci�n del sue�o.

Es fundamental educar desde la primera infancia sobre la importancia del sue�o y su preservaci�n. Sin embargo, cuando las dificultades surgen y afectan al bienestar y el funcionamiento diurnos, se pueden poner en marcha algunas intervenciones.

La prescripci�n de sedantes tiene un efecto directo en el sue�o (reducci�n del tiempo que se tarda en conciliar el sue�o y aumento del tiempo total de sue�o), pero conlleva una gran diversidad de efectos secundarios, adem�s del riesgo de desarrollar tolerancia y dependencia a largo plazo.


Aunque los medicamentos son �tiles a corto plazo (de 4 a 6 semanas como m�ximo, de ser posible) para controlar un insomnio transitorio, por s� solos no act�an sobre los factores que perpet�an el insomnio. Por tanto, el tratamiento de primera l�nea, hoy por hoy, es la terapia cognitiva conductual para el insomnio (TCCi o CBTi en ingl�s), una intervenci�n psicol�gica multimodal que tiene por objeto encontrar y modificar los pensamientos y las conductas inadecuados.
Terapia y� hamaca

La TCCi, llevada a cabo durante un periodo de 6 a 8 semanas por un psic�logo u otro profesional de la salud, ha resultado eficaz contra el insomnio, ya que ha permitido una m�s r�pida conciliaci�n y un mejor mantenimiento del sue�o a corto plazo (un 60% de respuesta a la terapia), pero tambi�n a largo plazo, al lograr un 40% de remisi�n.

Sin embargo, algunos pacientes no muestran una mejora del sue�o tras someterse a la TCCi. Este resultado podr�a deberse a que existen distintos subtipos de insomnio con diferentes causas y mecanismos cerebrales subyacentes. Por ejemplo, se ha demostrado que las personas insomnes que presentan una alteraci�n en la generaci�n de los husos del sue�o (ondas cerebrales implicadas en la preservaci�n de la estabilidad del sue�o) parecen responder peor a la TCCi. Estos insomnes tienen, desde el punto de vista fisiol�gico, m�s dificultades para mantener el sue�o.

Las aportaciones cognitivas y psicol�gicas de la TCCi no resultan muy �tiles para este subtipo de insomne. Actualmente se est�n llevando a cabo estudios para hallar otros marcadores fisiol�gicos que puedan no solo definir mejor el insomnio, sino tambi�n permitir un mejor tratamiento de los pacientes.

Otros trabajos de investigaci�n �que de momento se encuentran en fase experimental� estudian intervenciones no farmacol�gicas que puedan mejorar el sue�o. Recientemente, los resultados de estudios llevados a cabo con personas que duermen bien han mostrado que una estimulaci�n f�sica durante la noche puede influir en el sue�o. As�, de forma similar a los beb�s, parece ser que incluso en la edad adulta seguimos siendo sensibles al balanceo. Se ha demostrado que, en las personas adultas que duermen bien, un balanceo lateral suave (0,25 Hz) favorece la conciliaci�n del sue�o y aumenta la duraci�n del sue�o profundo gracias a la reducci�n del n�mero de microdespertares.

Queda por establecer si una hamaca es la clave para resolver las dificultades del sue�o en las personas insomnes y las personas vulnerables. Pero ese tipo de investigaci�n es solo un ejemplo de la determinaci�n de la ciencia para encontrar soluciones al insomnio.

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