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Marian Diamond, la extraordinaria científica que estudió el cerebro de Albert Einstein y nos dejó excelentes noticias sobre nuestro propio cerebro




22/04/2019 - 09:31:16
BBC.- El d�a en que Marian Diamond iba a nacer, su padre llev� a sus cinco hermanos al hospital para que se despidieran de su madre porque le hab�an informado que el doctor s�lo iba a poder salvar a una de ellas.

"Un tumor uterino grande me acompa�� durante mi proceso de crecimiento en el �tero de mi madre, quien ten�a 42 a�os", contaba la cient�fica estadounidense.

"�Cu�n equivocado estaba (el m�dico)! Mi madre vivi� hasta los 75 a�os y yo tengo 80 a�os", escribi� en un ensayo de 2007 sobre su vida y su carrera.

Diamond naci� para estudiar el cerebro como muy pocas personas lo hab�an hecho y para revolucionar la forma c�mo lo entendemos.

Adem�s de sus investigaciones de laboratorio pioneras, su legado como profesora universitaria ha inspirado a varias generaciones de doctores, investigadores y cient�ficos.

La se�ora de la caja de flores

Caminaba por los pasillos de la Universidad de California Berkeley (UC Berkeley), elegantemente vestida y con una colorida caja de flores impresas para guardar sombreros elegantes.

"Cuando vean a una se�ora con una caja para sombreros realmente no sabr�n lo que est� llevando (en su interior)", le dijo en tono de broma a un grupo de estudiantes en 2010.

Y es que la docente transportaba as� al �rgano del que se enamor� cuando era s�lo una adolescente.

"Nada se le puede comparar", dijo en el documental "My love affair with the brain" ("Mi historia de amor con el cerebro").

"Esto es lo que eres realmente. Si quitas el cerebro, quitas a la persona", a�adi� con un cerebro en la mano.
La masa "m�s compleja" en la Tierra

Diamond naci� en California el 11 de noviembre de 1926.


"Cuando ten�a unos 15 a�os, vi mi primer cerebro humano cuando caminaba por el corredor del Hospital Los Angeles County, detr�s de mi padre, mientras �l visitaba a sus pacientes", escribi�.

"Una puerta estaba ligeramente entreabierta y en el interior de ese cuarto hab�a un cerebro sobre una mesa peque�a. Cuatro hombres con batas blancas lo rodeaban".

"No ten�a idea de lo que estaban haciendo pero la imagen de ese cerebro, que antes hab�a tenido el potencial de crear ideas, se qued� incrustada en mi cerebro para siempre, la imagen es tan clara como si hubiese sido ayer".

"La idea era fascinante: ese cerebro representaba la masa de protoplasma m�s compleja en la Tierra y, quiz�s, en nuestra galaxia".

"Sab�a que alg�n d�a me llegar�a la oportunidad de aprender m�s sobre �l".

Y lleg�, pero tom� tiempo.
Rompi� un paradigma

Graduada de bi�loga a los 21 a�os, en 1948 empez� sus estudios sobre el sistema nervioso en el departamento de Anatom�a de la UC Berkeley.

Poco tiempo despu�s, se convirti� en profesora asistente.


Para esa �poca, "nadie estudiaba la anatom�a de las funciones cognitivas superiores", evoc�.

Y aunque la unidad en la que trabajaba estaba concentrada en esa �poca en las hormonas, ella hab�a encontrado algo que la cautiv�: el hipot�lamo.

"�C�mo pod�an 4 gramos de tejido nervioso ejecutar tal variedad de funciones?", recordaba en su ensayo.

As� comenz� una exitosa carrera como investigadora y docente que se extendi� por casi 60 a�os.

El profesor George Brooks, uno de sus colegas en la UC Berkeley, resalt� que Diamond "demostr� anat�micamente, por primera vez, lo que hoy llamamos plasticidad del cerebro. Y al hacerlo rompi� el viejo paradigma que entend�a el cerebro como una entidad est�tica e invariable que simplemente se degenera a medida de que envejecemos".

Sus investigaciones sobre el impacto de un ambiente estimulante y de actividades enriquecedoras en el desarrollo del cerebro "ha cambiado literalmente el mundo, desde la forma como pensamos sobre nosotros mismos hasta la forma c�mo criamos a nuestros hijos", a�adi� el docente en un art�culo de la UC Berkeley.
Estudiando a Einstein

La cient�fica, quien era profesora em�rita de Biolog�a Integrativa de la UC Berkeley, muri� el 25 de julio de 2017 a los 90 a�os.

Apenas tres a�os antes se hab�a retirado de sus actividades profesionales.

En un escrito en su honor, la universidad la describi� as�: "Una de las fundadoras de la neurociencia moderna, fue la primera persona que demostr� que el cerebro puede cambiar con la experiencia y mejorar al enriquecerlo y quien descubri� evidencia de eso en el cerebro de Albert Einstein".


La bi�loga hab�a pedido estudiar el cerebro del padre de la Teor�a de la Relatividad. A�os despu�s recibir�a algunas muestras del �rgano.

De esa forma, ella fue quien inici� la era de los estudios del cerebro de Einstein.

Diamond "alcanz� la fama en 1984 cuando examin� fragmentos conservados del cerebro de Einstein y hall� que �l ten�a m�s c�lulas de soporte en el cerebro que el promedio de personas", se�al� la casa de estudios.

Los exc�ntricos h�bitos de Albert Einstein y qu� lecciones �tiles nos ense�an
El peculiar viaje del cerebro de Albert Einstein - BBC News Mundo

En un art�culo publicado por la neurocient�fica, en 1985, dec�a que el Nobel de F�sica ten�a m�s c�lulas gliales por neurona que el grupo de control que particip� en el experimento.

Las c�lulas gliales cumplen una funci�n de apoyo de las neuronas e intervienen activamente en el procesamiento de informaci�n.

El texto reafirmaba la idea de que el cerebro de Einstein ten�a una peculiaridad que pod�a explicar su genialidad.


En su ensayo de 2007, la cient�fica reflexion� sobre esa particularidad e hizo alusi�n a sus estudios previos con cerebros de ratas:

"El hecho de que las c�lulas gliales aumentaban con el enriquecimiento me llev� a mi hip�tesis de que Albert Einstein pudo haber tenido m�s c�lulas gliales en su corteza enriquecida, espec�ficamente en las �reas de asociaci�n izquierda y derecha 9 y 39, en comparaci�n con el �rea cortical promedio de otros 11 hombres".

"Encontramos que las cuatro regiones ten�an m�s c�lulas gliales que las de los otros hombres, pero s�lo (el �rea) izquierda 39 ten�a en t�rminos estad�sticos considerablemente m�s".
Bajo el microscopio

A�os antes de dedicarse a estudiar el cerebro de Einstein, Diamond hab�a hecho un largo recorrido cient�fico en los laboratorios.

All� las ratas fueron fundamentales. "Con ellas demostr� que un ambiente enriquecido (con juguetes y compa��a) cambiaban la anatom�a del cerebro", indic� la UC Berkeley.


"La implicaci�n era que los cerebros de todos los animales, incluyendo los humanos, se beneficiaban de un ambiente enriquecido y que los entornos empobrecidos (en t�rminos de estimulaci�n, actividades) pueden disminuir la capacidad para aprender".

Inspirado en una observaci�n del investigador Donald Hebb, de la Universidad McGill (en Canad�), un equipo de la UC Berkeley realiz� un experimento con ratas muy j�venes: coloc� 12 de ellas en una "jaula enriquecida", grande y llena de juguetes, y puso una sola en otra jaula, "empobrecida", peque�a y sin juguetes.

"Las ratas que crecieron en un ambiente intencionadamente enriquecido se desempe�aron mejor en (el recorrido de) laberintos que las "ratas empobrecidas" que crecieron en confinamiento y sin estimulaci�n", explic� la neurocient�fica en su ensayo.

Los roedores que estuvieron juntos ten�an m�s acetilcolinesterasa, un qu�mico cerebral, que la rata que estuvo aislada y aburrida.

C�mo saber en qu� momentos del d�a tu cerebro es m�s eficiente

Diamond se acerc� a los l�deres de ese estudio y les pidi� ser parte del equipo. Ante su entusiasmo, David Krech, Edward Bennett y Mark Rosenzweig no pudieron decir que no y as� llegar�a uno de sus principales hallazgos.

La bi�loga puso bajo el lente del microscopio peque�os trozos de los cerebros de los roedores que hab�an participado en los experimentos y midi� "cuidadosamente" el grosor de su corteza.

"Las ratas enriquecidas ten�an una corteza cerebral m�s gruesa que las ratas empobrecidas (�) Era la primera vez que alguien hab�a visto un cambio estructural en un cerebro de animal teniendo como base diferentes tipos de experiencias en su vida temprana. �Pod�a ser realmente verdad?", evoc�.

Un a�o despu�s, en 1963, repiti� el experimento con otros roedores y los resultados fueron consistentes.
"Esto es �nico"

Diamond recuerda haber corrido, llena de emoci�n, por el campus de la universidad rumbo a la oficina del psic�logo experimental y social David Krech.

En sus manos llevaba los papeles con sus hallazgos. Cuando lleg�, se los puso sobre su escritorio.
Getty

Marian, tus datos estar�n bien desde aqu� hasta la eternidad porque est�n basados en la estructura anat�mica"

Edward Bennet
Bioqu�mico, UC Berkeley

"Los vio, me mir� e inmediatamente dijo: "Esto es �nico. Esto cambiar� el pensamiento cient�fico sobre el cerebro"", record� Diamond sobre ese momento.

En 1964, los resultados fueron publicados y un a�o despu�s, la investigadora expondr�a los hallazgos en la reuni�n anual de la Asociaci�n Estadounidense de Anatomistas.

Recuerda que hab�a cientos de personas en el sal�n, "muy pocas mujeres".

"Estaba muy asustada". Se trataba del primer estudio cient�fico que presentaba en una "conferencia grande".

"Expliqu� los proyectos con tanta calma como pude, la gente aplaudi� educadamente y entonces -siempre recuerdo esto- un hombre se par� en la parte de atr�s de la sala y dijo en voz alta: "Se�orita, ese cerebro no puede cambiar"".

"Pero me sent�a bien con el trabajo y simplemente respond�: "Lo siento, se�or, pero tenemos el experimento inicial y el experimento de replicaci�n que demuestran que s� puede". Esa confianza es la belleza de hacer anatom�a".

El bioqu�mico Edward Bennet le dijo: "Marian, tus datos estar�n bien desde aqu� hasta la eternidad porque est�n basados en la estructura anat�mica".
Las buenas noticias

Una de las principales contribuciones de Diamond no s�lo fue comprender que los componentes estructurales de la corteza cerebral pueden ser alterados, sino que los cambios pueden ocurrir a cualquier edad.


Con una poblaci�n que envejece cada vez m�s, este resultado fue considerado un hallazgo muy optimista: (...) la corteza todav�a pod�a mostrar plasticidad a una edad muy avanzada"

Marian Diamond
Neurocient�fica

Es decir, el cerebro puede continuar desarroll�ndose con el pasar de los a�os e, incluso, al mantenerlo estimulado, ayudar a mejorar el sistema inmunol�gico.

"Con una poblaci�n que envejece cada vez m�s, este resultado fue considerado un hallazgo muy optimista: saber que la corteza todav�a pod�a mostrar plasticidad a una edad muy avanzada".

Adem�s, sus experimentos pioneros nos ayudan a entender que podemos mejorar nuestro potencial, independientemente de la loter�a biol�gica y gen�tica que nos toc� al nacer.

De hecho una de las frases con las que Diamond es asociada es "�salo o pi�rdelo", en alusi�n a la importancia de mantener el cerebro activo, estimulado, desafiado, aprendiendo.

Cuando explicaba por qu� segu�a ense�ando cuatro de sus cursos, dec�a: "Porque creo que si m�s personas entienden la estructura y las funciones de su cuerpo, el cual est� intr�nsecamente influenciado por el sistema nervioso, y se cuidan en las etapas tempranas de sus vidas, entonces el periodo que vendr� despu�s de los 50 ser�a m�s saludable y disfrutable", escribi� en 2007.

Y es que sab�a que sus estudiantes se convertir�an en profesores, m�dicos, investigadores y, por ende, en difusores de sus hallazgos.

"En resumen" -escribi�- "nuestros resultados han demostrado al menos cinco factores que son importantes para un cerebro saludable de acuerdo con nuestra investigaci�n:

Dieta
Ejercicios
Desaf�o
Novedad
Amor"

Con respecto al quinto factor, Diamond encontr� que las ratas de laboratorio que eran tocadas e incluso acariciadas viv�an m�s.
La profesora

Su hijo Jeff me cuenta que su madre logr� establecer una relaci�n especial con sus estudiantes.

"La apreciaban mucho", me dice desde California.


"Cuando �bamos al hospital hab�a una gran probabilidad de que nos encontr�ramos con algunos de sus exalumnos, ahora convertidos en doctores, y que nos hablaran sobre la buena experiencia que hab�an tenido asistiendo a sus clases".

Wendy Suzuki, autora y profesora de neurociencia y psicolog�a de la Universidad de Nueva York , dijo en una charla que la primera vez que vio a Diamond llevar un cerebro a una de sus clases fue "el d�a que quise convertirme en neurocient�fica".

De acuerdo Jeff, el impacto de su madre en sus alumnos trascend�a los salones llenos.

"Es la �nica profesora que conozco que cada semana trataba de escoger, al azar, a uno o incluso tres de sus alumnos y se iba a almorzar con ellos para conocerlos mejor y para profundizar en sus intereses".

Me cuenta cu�n impresionante era su energ�a y su capacidad de organizarse.

"En todo lo que hac�a, ped�a ayuda. No pretend�a hacerlo todo sola y siempre le daba cr�dito a los dem�s", indica.

Como cient�fica, gran parte de sus investigaciones las hizo en los laboratorios. All� consolid� un grupo de ayudantes integrado en su mayor�a por mujeres.

"Ella apreciaba mucho su trabajo y no se olvidaba de poner sus nombres en los cr�ditos de las investigaciones y estudios que publicaba", recuerda su hijo.
"Como una estrella de rock"

Daniela Kaufer, profesora del departamento de Biolog�a Integrativa de la UC Berkeley, le cont� a BBC Mundo c�mo fue el d�a que conoci� a Diamond.


"Fue un momento especial y, de todos los lugares en los que pudo haber pasado, sucedi� en el ba�o", dice.

"Yo era una joven y reci�n nombrada profesora asistente y no hab�a tenido oportunidad de conocer a la profesora Diamond. Cuando la vi, fue como ver a una estrella de rock en persona".

"Volte� hacia m� y me dijo: "Estoy muy feliz de que haya alguien nuevo en el departamento que estudie los astrocitos y te envidio por poder hacerlo en una �poca en la que existen las herramientas para formularse grandes preguntas". Me emocion� much�simo darme cuenta de que sab�a qui�n era yo y lo que estaba estudiando. Fue como recibir su "bendici�n" sobre mi campo de investigaci�n".

Y es que de acuerdo con Kaufer, los aportes de Diamond no s�lo se limitaron a "la comprensi�n visionaria del potencial de la plasticidad en el cerebro adulto", sino al papel central de los astrocitos en esa plasticidad.

Se trata de un tipo de c�lulas gliales, las principales y m�s numerosas, y Diamond y su equipo demostraron al estudiar el cerebro de Einstein que "eran m�s importantes de lo que previamente se cre�a".

Kaufer, como otros expertos en el campo de la neurociencia, no duda que Diamond mereci� un Nobel.
"Supe por qu� exist�a"

En 1953, Diamond se convirti� en madre.

"Lo m�s estremecedor que hab�a vivido hasta ese momento fue cuando abrac� a mi primera hija reci�n nacida y la puse sobre mi pecho. Supe por qu� yo exist�a", escribi�.


La misma sensaci�n la tuvo con sus otros tres hijos. A Catherine, cuyo nacimiento coincidi� con la finalizaci�n de su doctorado, le siguieron Richard, Jeff y Ann.

Desde peque�o Richard sab�a que su mam� era diferente. Pero no porque fuera consciente de que era una gran cient�fica, sino porque hac�a cosas que "otras mam�s no hac�an".

"Hab�a cosas realmente cool", me cuenta desde California.

"Ven�a a nuestra escuela para hablar sobre ciencia y tra�a un cerebro o un esqueleto o unos ojos dentro de un frasco y los pasaba por la clase para que todos pudi�ramos verlos", evoca.

"Amaba ser madre", me dice. "Le encantaba estar con sus cuatro hijos".

"Cuando �ramos peque�os, decidi� que no trabajar�a tiempo completo. Llegaba de la universidad a tiempo para que la encontr�ramos en casa cuando volv�amos de la escuela", recuerda.

Sin embargo, se daban cuenta de que, en realidad, nunca dejaba de trabajar.

"Despu�s de la cena, la ve�amos tomar sus apuntes y preparar sus clases para el siguiente d�a".
"Nunca la o�mos quejarse"

Richard recuerda que hab�a fines de semana que los llevaba a la universidad.

Mientras ella trabajaba en el laboratorio, ellos jugaban afuera, en las �reas verdes del campus, siempre a la vista. "Nos supervisaba por la ventana".


A veces los dejaba entrar al laboratorio, donde ve�an las ratas con sus "juguetes" en las jaulas. Pero no les explicaba de qu� se trataba sus experimentos.

"Como ni�o piensas: "Bueno, esto es lo que hacen todos los padres". Pero cuando eres un adulto, reflexionas: "�C�mo pudo hacer toda esas investigaciones y ense�ar y adem�s criar a una familia?""

"Ahora que soy padre, no me puedo imaginar c�mo hac�a para llevarnos de campamento y de excursi�n, c�mo pod�amos hacer las actividades t�picas de una familia, y adem�s verla hacer sus estudios y dar clases. Nunca la o�mos quejarse o decir que no hab�a suficientes horas en el d�a. Ella simplemente era incre�ble".

"Recuerdo, ya cuando era grande, que le dec�a a sus estudiantes e incluso a mis amigas que s� se pod�a criar una familia y tener una carrera".
Las 4 Ps de Marian Diamond

La investigadora no s�lo ocup� importantes posiciones acad�micas en Estados Unidos, sino que viaj� a diferentes pa�ses para dar conocer sus investigaciones, fomentar la educaci�n infantil y atraer a m�s mujeres a la ciencia.

En su ensayo de 2007, comparti� lo que llam� sus 4 Ps:

Prioridad Personal: familia y amigos
Prioridad Profesional: cerebros, colegas y estudiantes amigables
Perseverancia: esencial para todo
Actitud Positiva: mira la alternativa

Quiz�s una an�cdota que recoge The Washington Post refleja una combinaci�n de esas 4 Ps:


Su hija Ann contaba que en una oportunidad su madre atraves� el pa�s para visitarla en un campamento de verano. En el avi�n, llevaba dos cajas para sombreros: en una hab�a un pastel de durazno y en la otra, por su puesto, un cerebro humano.

"Ann se comi� el pastel", recuerda el diario.

Cuando le pregunt� a Richard en qu� momento su madre decidi� transportar el cerebro dentro de una caja para sombreros, me dice que no lo recuerda muy bien.

"Yo creo que fue un d�a que estaba buscando por la casa algo para llevar el cerebro a una de sus clases. El cerebro estaba dentro de un frasco redondo y cuando vio la caja decidi� meterlo ah� porque cab�a perfectamente".

"Mantuvo esa caja toda su vida. Se convirti� en parte de su firma", cuenta.

Y en un colorido detalle de los inicios de la neurociencia moderna.

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