Los árboles centenarios de Japón que guardan en sus anillos el secreto de 2.600 años de cambios climáticos
19/03/2019 - 10:47:42
BBC.- En su laboratorio en un bosquecillo al norte de Kyoto, Takeshi Nakatsuka sostiene una bolsa cerrada al vac�o.
En el interior de la bolsa, flotando en agua marr�n, hay un anillo de �rbol del tama�o de un plato.
Es todo lo que queda de un �rbol de entre 2.800 y 3.000 a�os de antig�edad.
Lo recuperaron de un humedal -incluida el agua, para que la esponjosa madera no se deforme- en la Prefectura de Shimane, al norte de Hiroshima, en Jap�n.
Y este antiguo tronco guarda secretos que pueden ayudarnos a prepararnos para el futuro.
Junto con un variado equipo de 68 colaboradores, Nakatsuka, paleoclimat�logo del Instituto de Investigaci�n para la Humanidad y la Naturaleza de Jap�n, invirti� la �ltima d�cada en desarrollar un innovador m�todo para descubrir patrones de lluvia del pasado e interpretar los efectos que tuvo en la sociedad de las distintas �pocas.
Los resultados ofrecen una visi�n sin precedentes de 2.600 a�os depatrones de precipitaciones en Jap�n.
Gracias a la informaci�n que contiene la madera de los bosques antiguos, los investigadores pueden cuantificar la lluvia que cay� en el pa�s durante los �ltimos dos milenios y medio.
Un registro extraordinario
Los investigadores descubrieron que m�s o menos cada 400 a�os la cantidad de lluvia se volv�a extremadamente variable durante un per�odo.
El pa�s altern� d�cadas de humedad e inundaciones con a�os m�s c�lidos y secos que eran favorables para el cultivo del arroz.
Y seg�n si las lluvias eran abundantes o escasas, la sociedad japonesa sufr�a o prosperaba.
"La variabilidad multidecenal, es decir, durante unas cuantas d�cadas, nos ofrece la posibilidad de transformarnos, as� como la posibilidad de desmoronarnos", afirma Nakatsuka.
Independientemente de c�mo acabase al final, el cient�fico destaca que esos cambios provocaron mucho estr�s a las personas que los vivieron.
Dado que los patrones clim�ticos actuales desaf�an cada vez m�s las expectativas y que los fen�menos extremos son m�s frecuentes y severos, esta ventana a la variabilidad clim�tica del pasado puede darnos pistas sobre lo que nos deparar�n los pr�ximos a�os.
Nakatsuka reconstruye lo que sucedi� en el pasado usando varios agentes, como anillos de �rboles, corales, estalagmitas, n�cleos de hielo y sedimentos.
Pero sus �ltimos hallazgos se basan principalmente en un nuevo m�todo que utiliza los �ndices de is�topos que contiene la madera para estimar los patrones de precipitaci�n.
El centro de Jap�n es un lugar perfecto para este tipo de estudio gracias a la gran cantidad que hay de hinoki, un tipo de cipr�s muy longevo.
Para su estudio, Nakatsuka acumul� datos de 68 hinoki, cuyas muestras sac� de �rboles vivos, troncos enterrados, templos de madera y ata�des.
La madera con la que trabaj� ten�a entre 100 y 1.000 a�os de antig�edad.
Una ecuaci�n simple, pero precisa
La proporci�n de is�topos de ox�geno que contiene la madera de los anillos de los �rboles est� relacionada con las condiciones ambientales en las que crecieron.
En los d�as secos, las hojas pierden m�s agua y tienen una mayor proporci�n de is�topos que en los d�as m�s h�medos, lo que proporciona informaci�n sobre la humedad relativa en la atm�sfera.
"Se trata de una relaci�n muy simple pero muy precisa", dice Nakatsuka.
De hecho, las bases de datos meteorol�gicos modernas confirmaron que la proporci�n de is�topos en los �rboles de vida m�s reciente dio una lectura precisa sobre las precipitaciones de verano.
Adem�s, los marcadores isot�picos tambi�n sirven como huellas dactilares del tiempo: son exclusivos del a�o en que se crearon.
Nakatsuka trabaj� a partir de un �rbol vivo cuya edad conoc�a. Se sirvi� de pruebas arqueol�gicas e hist�ricas para acercarse a los siglos en los que vivieron las otras muestras de �rboles.
Luego comparaba sus marcadores isot�picos con otros �rboles de su base de datos que vivieron m�s o menos en el mismo tiempo hasta que encontraba el patr�n que compart�an.
De esta manera, cre� una cronolog�a que va desde el 600 a.C. hasta el 2000 d.C.
"Todos los �rboles de la cronolog�a est�n conectados al presente", dice Nakatsuka. "Es muy preciso, pero requiere mucho tiempo y es un trabajo extenso en comparaci�n con los estudios tradicionales de anillos de �rboles".
Si bien su cronolog�a revel� el err�tico ir y venir de los niveles de precipitaci�n cada 400 a�os aproximadamente, no desvel� nada sobre la causa de estos oscilantes patrones.
Sin embargo, en colaboraci�n con arque�logos e historiadores, Nakatsuka logr� desentra�ar el efecto que tuvieron estos cambios en las precipitaciones en las sociedades de esa �poca.
Los cambios clim�ticostienen efectos sobre la estructura social
Como ejemplo, constataron que el desarrollo de sistemas de riego para protegerse de la sequ�a se produjo en momentos en los que su registro mostr� que llov�a poco.
Lo mismo pas� con la implementaci�n de pol�ticas gubernamentales dise�adas para combatir la inanici�n durante per�odos de hambruna.
Y, todav�a m�s importante, la fluctuaci�n de las precipitaciones multidecenal coincide perfectamente con las principales �pocas hist�ricas de Jap�n y China.
"Antes del an�lisis de Nakatsuka, los arque�logos pens�bamos en el proceso de formaci�n del Estado principalmente en t�rminos de cambio social", explica Kunihiko Wakabayashi, un arque�logo prehist�rico de la Universidad de Doshisha, en Kyoto.
"Pero ahora entendemos que las inundaciones son el trasfondo de esos cambios sociales".
Durante el per�odo de Yayoi (1000 aC hasta 350 dC), por ejemplo, la mayor�a de los asentamientos humanos cerca del r�o Yoda, en el centro de Jap�n, se establecieron en tierras bajas.
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El cultivo del arroz comenz� en ese momento y se convirti� en una parte central de la vida. La gente constru�a casas de turba al lado de peque�os arrozales y se ocupaban de sus parcelas individualmente.
Si las aguas cambiaban, se mudaban a sitios cercanos.
Un cambio clim�tico decisivo
Sin embargo, hacia el a�o 100 aC las cosas empezaron a cambiar. La temperatura baj� y la lluvia aument�.
Cada vez m�s personas se trasladaron a m�s y m�s altura, una se�al, dice Wakabayashi, de la confusi�n social que causaban las frecuentes inundaciones. Al comienzo de la era de Kofun (siglos III a VI dC) casi no quedaban casas en el valle.
El cambio clim�tico fue el catalizador de este proceso.
"Los jefes locales utilizaban las crisis ambientales para reorganizar las estructuras sociales", dice Wakabayashi.
Por ejemplo, empezaron a gestionar los arrozales. La gente que trabajaba en esos campos m�s grandes ya no viv�a al lado, sino a m�s altura, y ya no eran los �nicos beneficiarios de su trabajo.
Cuando las lluvias finalmente cesaron, en el siglo VII, la gente comenz� a bajar y se entr� en el per�odo de Asuka, en el que se introdujo el budismo, se crearon leyes y se form� el estado inicial de Jap�n.
Durante el per�odo de Tokugawa hubo un super�vit de arroz. La mayor�a de los historiadores creen que la falta de crecimiento de la poblaci�n de Jap�n fue lo que cre� este exceso de oferta de arroz.
Sin embargo, los datos clim�ticos de Nakatsuka indican que las condiciones favorables para el cultivo del arroz contribuyeron en gran parte al super�vit que hab�a detr�s de la ca�da de los precios.
"En ese momento, la demanda se mantuvo estable y Jap�n ten�a una econom�a cerrada, por lo que solo el suministro decid�a los precios del arroz", afirma Yasuo Takatsuki, un historiador econ�mico de la Universidad de Kobe que estudia los bar�metros econ�micos de la sociedad japonesa moderna.
"�Y qu� condicion� la oferta de arroz? Claramente, el clima".
El conocimiento de las condiciones clim�ticas del pasado, dice Takatsuki, "dibuja una imagen m�s completa de la historia".
Los jefes locales utilizaban las crisis ambientales para reorganizar las estructuras sociales
Kunihiko Wakabayashi, Universidad de Doshisha, Kyoto
De hecho, tambi�n podr�a dar informaci�n sobre c�mo podr�an reaccionar los mercados a una escasez futura causada por el cambio clim�tico.
Una de las conclusiones de estos y otros hallazgos, seg�n Nakatsuka, es que las personas se acostumbran r�pidamente a las condiciones favorables.
"Si hay un buen periodo de solo uno o dos a�os, la gente no cambia, solo da las gracias a los dioses", asegura.
"Pero si las condiciones favorables se dan durante m�s de diez o veinte a�os, la gente aumenta su poblaci�n, cambia de estilo y de nivel de vida y se acostumbra a comer arroz a diario", a�ade.
La escasez de recursos genera conflictos
Pero cuando esos buenos tiempos se terminan abruptamente, contin�a explicando, la sociedad no puede adaptarse lo suficientemente r�pido. Y la devastaci�n tiende a aparecer en forma de hambruna.
En estos casos la sociedad tambi�n se vuelve m�s propensa a los conflictos, especialmente si los impactos ambientales no se distribuyen de manera uniforme en todo el pa�s, lo que divide a la poblaci�n entre los que tienen y los que no.
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Por supuesto, el mundo de hoy es mucho m�s globalizado y tecnol�gicamente avanzado que el de hace siglos. "Ahora, si la temperatura baja, podemos importar arroz de pa�ses extranjeros y no morir de hambre", dice Nakatsuka.
Pero seguimos siendo seres humanos, a�ade, y seguimos atados por el hecho de que el cambio desencadena estr�s, cosa que a su vez impulsa la agitaci�n social.
Probablemente el aumento del malestar y el miedo a cambios culturales, demogr�ficos, clim�ticos y econ�micos empeorar� en los pr�ximos a�os, lo que favorecer� a gobiernos de estilo autoritario y populista.
Nakatsuka y sus colegas esperan que su proyecto inspire a otros cient�ficos de todo el mundo a emprender investigaciones similares de los factores que determinaron si las sociedades pasadas se desmoronaron o sobrevivieron al cambio clim�tico.
Y como se espera que el clima actual experimente niveles de cambio sin precedentes en las pr�ximas d�cadas, el pasado puede dar pistas sobre lo que deber�amos hacer para estar preparados.
"La lecci�n es que debemos prepararnos para reducir el da�o".