La inédita democracia de los Garcías
16/12/2018 - 09:42:22
El D�a.- Es 17 de julio de 1980: el General Luis Garc�a Meza desconoce una elecci�n democr�tica y toma el poder mediante un cruento golpe de Estado cuyo objetivo era perpetuarse en el gobierno durante 50 a�os. La manera de conseguirlo era la cl�sica: clausura del Congreso, intervenci�n de las instituciones, cierre de radios �subversivas�, mordaza a la prensa, carta blanca a los �rganos de represi�n del Estado (los �paramilitares�) y compra de dirigentes sociales, polic�as y comandantes militares para asegurar lealtad. En medio de montajes y �fake news�, para el ciudadano com�n la recomendaci�n era �andar con el testamento bajo el brazo�; para los opositores m�s recalcitrantes la disyuntiva era la c�rcel o el exilio y, en casos extremos, la morgue.
Democracia in�dita. A este proceso el �antiimperialista� Garc�a lo denomin� �democracia in�dita�. En los hechos, esa dictadura no dur� ni dos a�os, aislada internacionalmente (con excepci�n de sus camaradas argentinos) y corro�da por la corrupci�n y la crisis econ�mica galopante, pero las consecuencias de esa aventura se sintieron los a�os siguientes hasta desembocar en la hiperinflaci�n y el programa de ajuste estructural del a�o 1986.
Casualmente, en una reciente entrevista a un medio impreso, otro antiimperialista Garc�a ha defendido su original �democracia in�dita� que le permitir�a retener el poder los pr�ximos 500 a�os.
�C�mo lograrlo? Cuales conversos sin fe, el nuevo comandante Garc�a y sus ac�litos se ponen m�scaras para aceptar t�cticamente la vigencia de las odiadas instituciones democr�ticas y los valores universales. De ese modo pueden alcanzar su objetivo manteniendo una democracia formal, sin paramilitares ni torturas f�sicas. De hecho, la represi�n logra infundir el miedo en los adversarios y la democracia in�dita pretende, en el fondo, que la poblaci�n la acepte tambi�n por miedo.
Versi�n Siglo XXI. La �democracia del Siglo XXI� que vivimos hoy en Bolivia consiste en mantener las instituciones bajo el control de la �ineptocracia� servil al poder: ah� tenemos una Asamblea Levantamano Plurinacional para aprobar las contadas normas que el Poder Ejecutivo no puede sancionar mediante decreto; ah� est�n los Tribunales de Justicia, cuyos miembros ejercen sin el respaldo del voto popular; asimismo, se tiene un sinn�mero de autoridades puestas interinamente para que no tengan poder aut�nomo.
La nueva democracia in�dita consiste tambi�n en utilizar a �parafiscales� y jueces para perseguir a opositores y cr�ticos; en asfixiar a la sobreviviente prensa libre con impuestos, controles abusivos y negaci�n de la generosa publicidad estatal; en adormecer con el opio de la prebenda a dirigentes sociales, polic�as y militares; en vender infraestructura escolar como si fuera educaci�n liberadora.
En s�ntesis, la nueva democracia in�dita consiste en meterle primero y arreglarlo despu�s (en eso, ni la Segunda Ley de la Termodin�mica se salva), gracias al control generalizado de las instituciones del Estado. As� fueron cayendo, una tras otra, las diferentes m�scaras del r�gimen: la indigenista, la ecologista; la de la austeridad, de la palabra empe�ada, del sometimiento a la Constituci�n; la de la f�bula del �ama sua, ama llulla, ama quella�.
Paralelismos. Las similitudes entre ambas democracias in�ditas se han acentuado a ra�z del Referendo del 21F que ha abatido la �ltima m�scara - la del respeto al voto popular - revelando los groseros sofismas que han destrozado la institucionalidad y est�n arriesgando la paz del pa�s.
�Qu� hacer ante tantas bravuconadas del totalitarismo? Se me ocurre, entre otras leg�timas, la receta del Adviento: vigilancia, espera y esperanza, a contramano de la resignaci�n a la cual nos quieren empujar los actuales impostores.
