El difícil reto de Iván Duque
07/08/2018 - 11:14:01
El Espectador.- El exsenador del Centro Democr�tico asume hoy como Presidente de la Rep�blica. Llega a la Casa de Nari�o para enfrentar un dif�cil momento, pues la econom�a se ve fr�gil, el Acuerdo de Paz necesita celeridad en su implementaci�n, y no tiene mayor�as garantizadas en el Congreso de la Rep�blica.
Hoy, a las cinco de la tarde cae el tel�n del Gobierno de Juan Manuel Santos Calder�n. Ocho a�os en los que el pa�s cerr� el cap�tulo del conflicto armado con las Farc e inici� nuevas discusiones acerca del sistema econ�mico, pol�tico y social. El proceso de paz de La Habana permiti� superar la tesis de la soluci�n militar como �nica respuesta ala confrontaci�n armada, y le dio paso al crecimiento de los movimientos sociales, la exigencia de derechos por parte de las comunidades rurales, el debate sobre el sistema electoral y la justicia, o la identificaci�n de la corrupci�n como el principal problema a enfrentar. Este pa�s en el que el asunto p�blico se ha situado en el centro del debate pol�tico es el que ahora recibe Iv�n Duque.
En este contexto, el presidente electo tiene grandes retos. Llega a la Casa de Nari�o como el primer presidente de los �ltimos 16 a�os sin posibilidad de reelegirse, y de estar obligado a hacer la tarea en cuatro a�os, sin el reconocimiento ni experiencia de sus dos antecesores. Aterriz� en la pol�tica hace cuatro a�os, cuando integr� la lista cerrada al Senado que impuls� el expresidente �lvaro Uribe. En el cuatrienio que estuvo en el Congreso logr� visibilidad por la confianza que en �l deposit� el expresidente, y de hecho ocup� la curul vecina a la del exmandatario y desempe�� el rol de vocero de su bancada.
Su principal logro como parlamentario fue la promoci�n de la ley de la llamada econom�a naranja, uno de los temas que lo hicieron conocido. Posteriormente, durante la campa�a del No al Acuerdo de Paz, Duque M�rquez se convirti� en el m�s joven de sus voceros. Al lado de Uribe, Marta Luc�a Ram�rez, Alejandro Ord��ez y el expresidente Andr�s Pastrana, Duque capt� los votos de los m�s j�venes. No obstante, era tan desconocido para el pa�s que, en las primeras encuestas de intenci�n de voto en 2018, aparec�a en los �ltimos lugares. Por encima suyo estaban el exgobernador de Antioquia Luis Alfredo Ramos y Marta Luc�a Ram�rez.
Sin embargo, con el paso de los d�as, su candidatura tom� fuerza. Gan� la consulta interna a la senadora Paloma Valencia, Alejandro Ord��ez y Marta Luc�a Ram�rez y emprendi� su �campa�a admirable�. De menos del 10% en las encuestas pas� al 40%, y se convirti� en el primer clasificado a la segunda vuelta presidencial. En los debates presidenciales demostr� ser un hombre tranquilo en situaciones tensas y logr� sortear los embates de Humberto de la Calle, Gustavo Petro o Germ�n Vargas Lleras. Para la segunda vuelta no asisti� a debates y capitaliz� el temor de muchos sectores a Gustavo Petro.
Con m�s de diez millones de votos, se convirti� en el sucesor de Juan Manuel Santos y en el hombre de la reconquista del poder por parte del uribismo. Llega a la Casa de Nari�o sin mayor carrera p�blica, pero a la vez, con pocos temas que recriminarle. Sin embargo, es claro que enfrentar� un gobierno lleno de dificultades. De hecho, el mismo d�a de su posesi�n lo esperan concentraciones convocadas por la oposici�n en m�s de 50 plazas p�blicas del pa�s. Los analistas econ�micos aseguran que no va a escapar de una reforma tributaria y otra pensional, dos iniciativas que, como siempre, son impopulares.
En el Congreso, su gobernabilidad no ser� f�cil. En las cuentas de la oposici�n tiene un cuarto del Legislativo y sus curules ser�n ocupadas por los m�s destacados l�deres de izquierda. Duque necesitar� de los partidos tradicionales que hicieron parte de la Unidad Nacional de Santos, a los que el uribismo siempre trat� de �enmermelados�. Pero ser�n estos congresistas, que tambi�n requiere para la reforma fiscal o la reforma la justicia, quienes definan la agenda del Gobierno en el Congreso. Seg�n se sabe, tambi�n buscar� modificar algunos temas del Acuerdo de Paz, como evitar que el narcotr�fico sea delito conexo al pol�tico, o que los responsables de delitos de lesa humanidad puedan ocupar cargos de elecci�n popular.
Todos estos desaf�os en la relaci�n Gobierno-Congreso se dan en un momento particularmente complejo por la investigaci�n que abri� la Corte Suprema de Justicia contra el expresidente �lvaro Uribe, y porque, en materia de paz, la implementaci�n del Acuerdo con las Farc pasa por enormes dificultades, especialmente derivadas del lento avance de los acuerdos en la reforma rural y en la participaci�n pol�tica. Eso sin mencionar que queda abierta la mesa de di�logos con el Eln y levantarla podr�a no solo ser impopular, sino tambi�n costoso en t�rminos de seguridad.
Para completar el abanico de dificultades, a la Casa de Nari�o llega tocando las puertas el Clan del Golfo, en espera de concretar con el Gobierno un acuerdo de sometimiento. Un dilema complejo porque su soluci�n puede impactar en otro asunto que no da espera: el aumento de los cultivos il�citos. En esta materia, no cabe duda de que el tema de fondo es la presi�n internacional.
En s�ntesis, con la ventaja de la juventud pero el apremio de la inexperiencia, Iv�n Duque recibe un pa�s con aguas agitadas. Est� claro que su primer mensaje es un llamado a la uni�n para superar la polarizaci�n de los �ltimos a�os, pero tambi�n es evidente que sus contradictores no parecen estar en la misma l�nea. En �ltimas, ser�n cuatro a�os de tormentas, y en ellas se sabr� si Duque fue el timonel adecuado.
