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Tras cuatro años de profundas reformas, Chile se prepara para votar a su máximo detractor




18/11/2017 - 11:07:48
Infobae.- Con un 34,5% de intenci�n de voto, Sebasti�n Pi�era duplica a su competidor m�s cercano, el ex presentador de noticias Alejandro Guillier, que a pesar de ser el candidato de lo que queda de la coalici�n de gobierno (Nueva Mayor�a), suma apenas 15,4 por ciento. Lejos aparecen la postulante del izquierdista Frente Amplio, Beatriz S�nchez, con 8,5%, y el independiente Marco Enr�quez-Ominami, con 6,1 por ciento.

Los datos, tomados de la �ltima encuesta del Centro de Estudios P�blicos, muestran que Pi�era estira a�n m�s su ventaja cuando s�lo se computan las personas que probablemente vayan a votar, algo que no es ning�n detalle en un pa�s de sufragio voluntario y baja participaci�n. En ese escenario, Pi�era sube a 44,4%, Guillier a 19,7%, y S�nchez se mantiene en 8,5 por ciento. Pero ni siquiera as� le alcanzar�a al ex mandatario para ganar este domingo en primera vuelta. De todos modos, sea quien sea su rival, los sondeos le dan una amplia ventaja para el ballotage de diciembre: de 39,4 a 27,2% contra Guillier, y de 39,7 a 23,3% frente a S�nchez.

Que el gran favorito sea el �nico candidato que ya fue presidente (entre 2010 y 2014), habiendo terminado su primer mandato con aceptables �ndices de aprobaci�n, no es demasiado llamativo. Lo curioso es que Michelle Bachelet est� concluyendo un gobierno �el segundo para ella� que es sin dudas el que m�s reformas hizo desde el retorno de la democracia a Chile. Sin embargo, su probable sucesor es el �nico entre los principales postulantes que se mostr� abiertamente cr�tico de la mayor�a de los cambios. El resto propone conservarlos o, en todo caso, profundizarlos. Pero esa no parece ser la voluntad de la mayor�a de los chilenos.

La sociedad chilena despu�s de los cambios de Bachelet

Estabilidad. �sta hab�a sido la marca distintiva del pa�s desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet hasta que Bachelet asumi� su segundo mandato, entre 1990 y 2014. Casi sin excepciones, todos los dem�s pa�ses de Am�rica Latina atravesaron en el mismo per�odo profundas crisis econ�micas y pol�ticas, que muchas veces terminaron con presidentes ca�dos o destituidos. En contraste, los chilenos se acostumbraron al aburrimiento de ver cambios de gobierno sin sobresaltos, con la continuidad de las mismas pol�ticas, mientras la econom�a crec�a pareja y la pobreza se reduc�a.

Pero detr�s de esa estabilidad se escond�an una multiplicidad de conflictos que durante mucho tiempo s�lo irrumpieron de manera espor�dica, como las protestas estudiantiles. Para entender esa peculiaridad hay que tener en cuenta que Pinochet entreg� el poder tras perder un plebiscito en el que nada menos que el 44% de la poblaci�n vot� por su continuidad. Eso le permiti� controlar la transici�n y dise�ar un formato institucional que hizo muy dif�ciles los cambios bruscos y forz� a los distintos sectores pol�ticos a negociar absolutamente todo.

Lo positivo de esta historia es la previsibilidad que caracteriz� a la pol�tica y a la econom�a chilenas, condici�n necesaria para el desarrollo. Pero lo negativo es que se mantuvieron reprimidas demandas sociales muy relevantes, como reducir la desigualdad, tener un sistema educativo m�s inclusivo y menos costoso, y que la pol�tica sea m�s abierta a la representaci�n de las minor�as. El objetivo de Bachelet en estos a�os fue avanzar sobre los temas que hab�an quedado postergados.

Bachelet alcanz� la presidencia con una propuesta de cambio del modelo chileno, para hacerlo m�s igualitario e inclusivo

"No cabe duda de que alcanz� la presidencia con una propuesta de cambio del modelo chileno, para hacerlo m�s igualitario e inclusivo. Pero ha sido un per�odo de gobierno muy adverso, en un contexto de descenso en el crecimiento econ�mico, de esc�ndalos por el financiamiento ilegal de la pol�tica y con alg�n caso de corrupci�n, que han influido decisivamente en el aumento de la desafecci�n y en el descr�dito de los pol�ticos", explic� Antonia Santos, profesora de ciencia pol�tica en la Universidad Arturo Prat.

Si bien tuvo mayor�a legislativa, Bachelet debi� hacer muchas concesiones y moderar sus aspiraciones. Eso se vio claramente en la reforma educativa, donde el proyecto inicial buscaba la gratuidad absoluta de las universidades, pero se tuvo que conformar con algo parcial, destinado al 60% de los alumnos de bajos recursos. Algo parecido ocurri� en el plano tributario, donde busc� darle mayor progresividad al r�gimen impositivo, y en el laboral, donde s�lo pudo concederles algunos beneficios a los trabajadores. La ansiada transformaci�n del sistema de pensiones �que en Chile es de capitalizaci�n individual� qued� como un proyecto a discutir en el Congreso.

El Gobierno avanz� tambi�n en la despenalizaci�n del aborto en tres causales, riesgo de vida de la madre, inviabilidad del feto y violaci�n. Otra norma muy resistida por los sectores conservadores de la sociedad, pero largamente respaldada por los m�s progresistas, fue la uni�n civil de parejas del mismo sexo. Lo que no lleg� a concretarse es la posibilidad del matrimonio.

Donde m�s profundos fueron los cambios es en la arena pol�tica. Primero con la reformulaci�n del sistema electoral, que dej� atr�s el cuestionado binominal e instaur� un reparto proporcional para los cargos legislativos. El impacto de esa medida se sinti� casi de inmediato con el incremento en el n�mero de partidos, ya que se perdieron incentivos para ir con los grandes o en coalici�n. Despu�s sigui� con una estricta regulaci�n del financiamiento y de las campa�as, que forz� importantes cambios en el accionar de las fuerzas pol�ticas.

"Para los menores de 40 a�os y de izquierda, su gobierno ha mantenido el sistema neoliberal en la educaci�n y en la seguridad social. En contraste, para la derecha, Bachelet ha sido demasiado reformista con la aprobaci�n del aborto y la eliminaci�n de la selecci�n en las escuelas b�sicas. De todas maneras, la sociedad valora los avances en el financiamiento de la educaci�n superior, especialmente. Un sector aprecia el progreso en igualdad de g�nero, pero otros no", dijo a Infobae Jeanne Simon, profesora del Departamento de Administraci�n P�blica y Ciencia Pol�tica de la Universidad de Concepci�n.

Para la derecha, Bachelet ha sido demasiado reformista con la aprobaci�n del aborto y la eliminaci�n de la selecci�n en las escuelas b�sicas

La sensaci�n que tienen muchos de que se qued� a mitad de camino �quiz�s desconociendo lo dif�cil que es siempre hacer transformaciones estructurales� explica en parte la baja sostenida en la popularidad de Bachelet. Asumi� con un 50% de aprobaci�n, pero cay� r�pidamente a menos de 30 y alcanz� en 2016 un piso de apenas 15 por ciento. Despu�s se recuper� un poco, pero termin� con s�lo un 23% de apoyo.

"Hubo reformas que generaron mucha oposici�n en sectores con gran capacidad de instalar temas en la opini�n p�blica, como se vio en el caso del sistema impositivo y en la educaci�n, que tocaron intereses econ�micos. Pero adem�s fueron resistidas porque en el imaginario chileno est� la idea de que, entre menos se toque el sistema econ�mico, mayor es la posibilidad de �xito medido en t�rminos de empleo y estabilidad", afirm� Alejandro Olivares, profesor del Instituto de Asuntos P�blicos de la Universidad de Chile (INAP), en di�logo con Infobae.

No obstante, m�s all� de la discusi�n por las transformaciones, hay dos factores salientes que explican el descontento creciente hacia la presidente. El primero, un esc�ndalo de corrupci�n que la salpic� directamente: el Caso Caval, en el que se investiga por tr�fico de influencias a su hijo por favorecer a su esposa en la obtenci�n de un cr�dito millonario. El segundo, el l�nguido desempe�o de la econom�a, que apenas creci� arriba del 1% anual.

Pi�era, pasado y futuro

"Tengo la sensaci�n de que el Gobierno trabajar� hasta el �ltimo d�a para institucionalizar las reformas frente la posibilidad de un triunfo de la derecha", dijo Simon. Si el oficialismo est� pensando en c�mo blindar los cambios es porque est� muy instalado el temor de que la eventual victoria de Pi�era ponga en riesgo todo lo conseguido en estos cuatro a�os.

"Pi�era propone recuperar el modelo que tanto crecimiento econ�mico y bienestar gener� en el pa�s para sectores altos y emergentes, y que tanta desigualdad provoc� entre ricos y pobres. Es aferrarse a un ideal de convivencia de hace 25 a�os y que no se corresponde con el momento social, pol�tico y cultural que vive el pa�s", afirm� Santos.

Sin embargo, no parece lo m�s probable que intente embarcarse en un plan de destrucci�n. Ser�a muy costoso, podr�a terminar fracasando y quiz�s ni siquiera le interese particularmente. "Cuando Pi�era se�al� que iba a recortar algunos gastos sociales fue muy criticado y se tuvo que desdecir. Guillier dice que su triunfo ser�a un retroceso en las pol�ticas de Bachelet, pero yo creo que no. Esas pol�ticas ya se hicieron y ser�a imposible revertir procesos como el avance hacia una educaci�n gratuita. Pi�era va a continuar con lo hecho, pero va a tratar de gestionar mejor los gastos. A pesar de ser un candidato de derecha, �l no es muy de derecha, toda la vida fue dem�crata cristiano. No es alguien que vaya a decir que de ahora en adelante la econom�a va a ser absolutamente privada y el Estado se va a reducir", dijo a Infobae el polit�logo Miguel �ngel L�pez Varas, profesor del INAP.

Si bien todo hace pensar que Pi�era ser� el m�s votado por una diferencia importante, ser�a un error extraer de eso que obtendr� una mayor�a aplastante en el Congreso. Es posible que Chile Vamos, su coalici�n, pase a controlarlo, pero seguramente se ver� obligado a negociar para impulsar cambios importantes. Eso aleja el fantasma de una revisi�n generalizada de lo que sancion� el parlamento en este per�odo.


"Lo que intente cambiar va a depender de los resultados �dijo Olivares�. Si Jos� Antonio Kast, un candidato independiente que est� a su derecha, saca un porcentaje elevado, puede ser que Pi�era deba moverse m�s a la derecha que en su primer gobierno. En ese escenario, la posibilidad de que intente revertir algunas cosas aumenta exponencialmente. Pero si eso no ocurre, y Kast se queda en un n�mero peque�o, de no m�s de 6 o 7%, y el resto de las fuerzas m�s votadas se reparte entre el centro y la izquierda, los incentivos para realizar cambios fuertes son menores".

En cualquier caso, ser�a un error interpretar el �xito electoral de Pi�era como un s�ntoma del rechazo a las reformas de Bachelet. Hay otras razones que inciden en su elevada intenci�n de voto. Una muy importante es la fragmentaci�n del espacio de centroizquierda, que de estar hegemonizado por la Nueva Mayor�a (NM), que abarcaba desde el Partido Comunista a la Democracia Cristiana (DC), pas� a tener tres alternativas: Guillier con lo que queda de la NM, el Frente Amplio como fuerza emergente a su izquierda, y la DC, que decidi� ir por su cuenta. A ellos se puede sumar Enr�quez-Ominami, que ya se ven�a presentando desde antes como alternativa independiente en este espacio.

Pi�era va a continuar con lo hecho, pero va a tratar de gestionar mejor los gastos. A pesar de ser un candidato de derecha, �l no es muy de derecha

Adem�s, el grueso de los votantes le reconoce a Pi�era un buen manejo de la econom�a. No le resulta muy dif�cil destacarse en ese rubro, considerando que el crecimiento fue menor con Bahcelet y que sus adversarios no parecen tener las mejores credenciales en la materia. "Para muchos chilenos �continu� Olivares� est� presente la idea de que es una persona con un conocimiento t�cnico de la econom�a. Est�n priorizando un presidente que consideran que puede asegurar que haya mayor crecimiento".

En un pa�s que valora tanto la estabilidad, alguien que ya ejerci� la presidencia, que lo hizo sin sobresaltos y que no propone cambios bruscos, tiene un capital dif�cil de vencer para candidatos inexpertos que prometen grandes transformaciones. "La mayor parte de las encuestas se�ala que Pi�era es visto como un estadista, con capacidad para llevar a cabo el trabajo. Es considerado inteligente y capaz, y no lo perciben como corrupto. Y en este pa�s hay una tendencia a volver un poco al pasado. Si ya fue gobierno y no lo hizo tan mal, la posibilidad de que vuelva a hacer otro gobierno no tan malo es algo que merece consideraci�n para los votantes", concluy� L�pez Varas.

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