Sugieren dos antídotos para frenar las pandillas
24/11/2014 - 07:41:31
El D�a.- Para muchas personas la llegada del fin de semana es sin�nimo de alegr�a y regocijo, aunque no en zonas como el barrio Los Claveles y Toborochi, que se ubican fuera del octavo anillo de la zona este de la ciudad y que son rebasados por algunas de las m�s de 600 pandillas que agobian la ciudad.
Cada vez que llega el jueves y cuando el reloj marca las nueve de la noche, la se�ora Ana Mar�a sabe que debe guardarse junto a su familia en su domicilio para no ser part�cipe de los enfrentamientos que causan los desenfrenados j�venes.
"Vivimos en el limbo pensando que en cualquier momento una piedra o un golpe nos caer� encima. Para nosotros los fines de semana tranquilos no existen, as� como la tranquilidad y la seguridad que debe tener todo ciudadano", dice la mujer que no ve en el m�dulo policial cercano a su casa una garant�a para poder circular por las noches de forma segura.
"Ni se diga con los j�venes. Tener un hijo adolescente que quiere ir por el buen camino es asumir una serie de amenazas y agresiones porque son constantemente intimidados por los rebeldes", se�ala la mujer.
Los comportamientos alcanzan niveles delictivos. Sin embargo, las peleas y los amedrentamientos entre adolescentes ya parecen normales en el barrio Samaria, zona del Plan 3.000, donde los vecinos afirman que los pandilleros han alcanzado otros niveles de comportamientos que rayan en lo delictivo.
"Aqu� las peleas hace mucho pasaron a la historia, ya no les tememos a eso sino a los asaltos y hasta asesinatos que pueden generar los pandilleros al calor de las drogas, que son m�s accesibles que los medicamentos", afirma Rosenda Mamani, que habla a nombre de los vecinos.
"Lo peor es que muchos de estos hechos delictivos quedan guardados porque enfrentarlos y denunciarlos ante los medios es malo, porque su venganza llega tarde o temprano y uno al final queda agredido", complementa en voz baja luego de ver a un grupo de j�venes limpiando los graffiti de una pared. "M�s van a tardar en limpiarlo que en ensuciarlo, si su venganza no viene con otros hechos delictivos, los polic�as saben que ni ellos los frenan cuando se enojan, son los primeros en huir o simplemente no vienen cuando se los llama", lamenta la mujer.
La Polic�a sin denuncias formales. La versi�n de los vecinos coincide con las declaraciones del director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (Felcc), Juan Carlos Ramos, quien asegura que son pocos los casos de hechos delictivos que son denunciados y que est�n relacionados a pandilleros o reacciones de las mismas.
No obstante, indic� que el �ltimo hecho del a�o donde se vio involucrado un integrante de este tipo de agrupaci�n fue en julio pasado, cuando un joven mat� a una mujer en el af�n de asaltarla para quitarle su monedero.
"Es cierto que generan conflictos a la Polic�a, pero oficialmente no se tienen denuncias de reacciones de pandilleros", se�al� la autoridad policial, aunque tampoco dio cifras o especific� el grado de intervenci�n de pandilleros en hechos delincuenciales.
Se precisa un trabajo integral Para el experto en seguridad ciudadana, Rolando Fern�ndez, el tema de las pandillas es un conflicto social que se ha agudizado y pasado a otros niveles de actuaci�n con el transcurso de los a�os. "Ahora en las pandillas no solo hay peleas y asaltos sino cr�menes entre ellos y terceras personas, en muchos casos ellos ya han cruzado la frontera de lo l�cito y si no se buscan medidas adecuadas los pandilleros van a ir superando sus niveles de agresividad, es m�s, ya estamos ante grupos violentos que no tienen un m�nimo respeto a la vida humana", agreg�.
Entre las medidas que menciona el experto, est� el reforzar la presencia policial en los barrios, pero ante todo promocionar los valores desde el sistema educativo.
"En el campo preventivo se debe trabajar mucho, especialmente en las escuelas, padres de familias, juntas vecinales para que en forma coordinada con la Polic�a ejecuten planes de prevenci�n y disuasi�n. Los j�venes no tienen objetivos, no tienen prop�sitos porque siguen proliferando las pandillas y los delitos son cada vez m�s graves, se debe agendar y buscar las soluciones adecuadas para ver las cosas, pues detenerlos no solucionar� el problema", manifiesta.
La educaci�n y la inserci�n son fundamentales. Si bien el experto en trabajo con j�venes en situaci�n de riesgo, Guillermo D�valos, es consciente de los problemas que derivan con la proliferaci�n de pandillas en el departamento, asegura que solo el 10% de estas son de alta peligrosidad para la sociedad.
Sin embargo, asegura que con esto no se puede obviar lo que connotan estos grupos sociales y que son una consecuencia de una desmembrada sociedad que brinda poca oportunidades a los j�venes.
"No hemos llegado a�n a niveles de otros pa�ses donde las tambi�n llamadas maras son un verdadero y constante riesgo para la sociedad, pero hay la tendencia a eso, estamos a tiempo de hacer pol�ticas preventivas porque m�s del 90% de los j�venes que asisten a estos grupos es factible de ser recuperado y ser orientado a otros fines y no a los il�citos".
El experto cree que es posible avanzar en un proceso de recuperaci�n, excepto en este segmento que no llega a m�s del 10% de agrupaciones que s� requiere pol�ticas preventivas y pol�ticas de seguridad ciudadana.
"Se debe mejorar la intervenci�n de la fuerza del orden, generar una pol�tica preventiva de polic�a comunitaria. Necesitamos una polic�a que evite los sucesos, esa es la polic�a comunitaria preventiva en cada barrio para capacitar y entrenar a los vecinos en alerta temprana y evitar que los hechos sucedan, ante todo darle oportunidades e insertar a los j�venes", se�ala.
En este sentido, el experto puso como ejemplo que solo el 54% de la poblaci�n juvenil tiene acceso a la educaci�n secundaria. "Se estima que el 30% de los adolescentes que deja el colegio, no estudia ni trabaja y tampoco tiene oportunidad de trabajo, lo que engrosa las filas de las pandillas", se�al� sin excluir a muchos j�venes que est�n en colegios y que no tienen formaci�n t�cnica. "Incluso el bachillerato no le garantiza una inserci�n laboral al estudiante que sale con pocas capacidades para ser insertado", complement�.
"No hemos llegado a los niveles de otros pa�ses, pero estamos a tiempo de revertir los efectos negativos de las pandillas y solo se lograr� educando, orientando y previniendo con alternativas positivas"
Guillermo D�valos
Experto en seguridad
Datos estad�sticos
Santa Cruz alberga al 22% de los pandilleros de todo el pa�s
De acuerdo a los datos proporcionados por la Direcci�n Nacional de la Felcc, entre 2011 y 2013 se ha registrado un total de 762 pandillas juveniles en las ciudades capitales de los departamentos (excepto Trinidad) y El Alto cuya distribuci�n se describe en el gr�fico 1. En la ciudad de La Paz (zona central y zona sur) se encuentra el 34% de las pandillas; en Santa Cruz el 22% y en Cochabamba el 14%. En Oruro y El Alto se encuentra algo m�s del 17% de estas agrupaciones. La poblaci�n masculina representa el 79% y la femenina el 21%.
Cerca de la mitad de las pandillas tiene hasta 50 miembros. El 41% tiene de 26 a 50 miembros y solamente el 10% m�s de 50.
Un tercio de ellas ejercita las ri�as y peleas entre ellas. 6 de cada 10 se dedica a robos, hurtos, atracos y peleas callejeras. El 4,1% est� conformado por cogoteros, quienes habr�an cometido asesinatos, homicidios, secuestros y violaciones.
Desarrollo
Me mud� de ciudad para salirme
Integrar una pandilla no es el problema, sino la forma en la que se lo enfoque, se�ala Claudio Urey. Este joven artista y adem�s un embajador de promoci�n de la cultura en los distritos sinti� la experiencia de integrar uno de estos grupos juveniles ante la realidad que le toc� vivir.
"Mis padres eran mineros, mi pap� muri� cuando ten�a 14 a�os y mi madre a los dos a�os, por lo que me toc� vivir en la calle y saborear las experiencias de las pandillas. Sin embargo, gracias a Dios logr� salir de eso debido a un proceso de rehabilitaci�n que no fue f�cil", manifiesta el actual director del centro cultural Noel Kempff Mercado.
"Cuando hubo una reuni�n en mi barrio por un tema de agresiones e intimidaciones de las pandillas, los vecinos ped�an m�s polic�as y les dije que el problema no era solo por la falta de efectivos, es una situaci�n que tiene fondo en el hogar, pues muchos chicos pueden ser ellos cuando est�n en el grupo sin que nadie les se�ale, es por eso que se registran", se�al�.
Sin embargo, con estas palabras tampoco quiere victimizar a los grupos que muestran el otro lado de las pandillas, aquellas en las que sobrevive el m�s rebelde.
"Yo estuve en una pandilla en Miraflores, donde pude encontrar un circulo de amigos y donde encontr� comprensi�n, uno puede ir con una libertad total y eso para un joven es importante. Sin embargo, hay grupos donde tambi�n se tiene que pelear con otros para entrar y eso no es f�cil, adem�s hay que hacer locuras que en ocasiones son extremas", dice el joven que tuvo que cambiar de ciudad para renovar su vida y evitar las complicaciones de dejar un grupo de este tipo que tambi�n tiene riesgos, afirma.
Punto de vista
Graciela Asperilla
Psic�loga
"La educaci�n es nuestra �nica arma efectiva"
"Es preocupante c�mo cada vez en nuestro pa�s a los j�venes se les cierran las oportunidades para que puedan cumplirse sus derechos, lo que deriva en problemas sociales como los que vemos actualmente en la calle, uno de estos son las pandillas.
Creo que la �nica arma efectiva para enfrentar este y otros problemas que sacuden a nuestra ni�ez y adolescencia, tienen un fondo en la educaci�n.
La educaci�n es la �nica forma en la que el chico o el joven se encuentra consigo mismo para tener oportunidades, canalizar acciones positivas y llegar a la sociedad para ayudar a la familia.
Creo que el secreto para el cambio est� en la escuela, necesitamos una educaci�n m�s educativa e integradora que se amigue con los estudiantes, el maestro adem�s de dictar una clase sea un(a) compa�ero m�s del estudiante y pueda analizarlo �ntegramente para brindar o buscar la ayuda que necesita.
Integrar pandillas es un comportamiento com�n en muchos j�venes que encuentran en estos grupos sociales lo que no hallan en la escuela o en el hogar, aunque en muchos casos este apoyo sea solo un enga�o o una trampa para inculcarle malos h�bitos, como el consumo del tabaco, el alcohol o las drogas.
Particularmente creo que la educaci�n es la f�rmula, personalmente estoy acompa�ando proyectos con j�venes en situaci�n de riesgo y tratamos de ayudarlos a encontrar su pasi�n y tenemos buenos resultados, pues ellos empiezan a descubrir sus talentos y virtudes para que puedan construir proyectos de vida junto a su familia, no hay que olvidar que la familia es el n�cleo de la sociedad y la base donde surgen los valores de las personas.
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