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El discurso completo de Obama sobre el régimen migratorio

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20/11/2014 - 22:29:26
Infobae.- El presidente de Estados Unidos se dirigi� a la naci�n a las 20, hora local (1:00 GMT del viernes). Como estaba previsto, anunci� el paquete de decretos que favorecer� a millones de migrantes ilegales.

A continuaci�n, el texto completo:

Conciudadanos, esta noche, me gustar�a hablarles acerca de la inmigraci�n.

Durante m�s de 200 a�os, nuestra tradici�n de acoger a los inmigrantes de todo el mundo nos ha dado una enorme ventaja sobre otras naciones. Nos ha mantenido j�venes, din�micos y emprendedores. Ha modelado nuestro car�cter como pueblo con posibilidades ilimitadas, personas no atrapadas por nuestro pasado, sino capaces de reinventarnos como queramos.

Pero hoy en d�a, nuestro sistema de inmigraci�n no funciona, y todos lo saben.

Las familias que entran en nuestro pa�s de la manera correcta y respetan las reglas ven como otros las incumplen. Los due�os de negocios que ofrecen a sus trabajadores buenos salarios y beneficios ven a la competencia explotar inmigrantes indocumentados pag�ndoles mucho menos. A todos nosotros nos ofende que cualquiera se lleve todas las recompensas de vivir en Estados Unidos sin cumplir con las responsabilidades que acarrea vivir en Estados Unidos. Y los inmigrantes indocumentados que desesperadamente quieren abrazar esas responsabilidades no ven m�s opci�n que permanecer en las sombras, o arriesgarse a que sus familias se vean separadas.

Ha sido as� durante d�cadas. Y durante d�cadas, no hemos hecho mucho al respecto.

Cuando asum� el cargo, me compromet� a arreglar este sistema de inmigraci�n que no funciona. Y empec� haciendo lo que pude para asegurar nuestras fronteras. Hoy en d�a, contamos con m�s agentes y tecnolog�a desplegados para asegurar nuestra frontera sur que en cualquier otro momento de nuestra historia. Y en los �ltimos seis a�os, los cruces ilegales de la frontera se han reducido en m�s de la mitad. A pesar de que este verano, hubo un breve repunte en los ni�os no acompa�ados que se aprehendieron en nuestra frontera, el n�mero de esos ni�os es ahora en realidad menor de lo que ha sido en casi dos a�os. En general, el n�mero de personas que tratan de cruzar nuestra frontera ilegalmente est� en su nivel m�s bajo desde la d�cada de los 70. Esos son los hechos.

Mientras tanto, he trabajado con el Congreso en una soluci�n integral, y el a�o pasado, 68 dem�cratas, republicanos e independientes se unieron para aprobar un proyecto de ley bipartidista en el Senado. No era perfecto. Era un compromiso, pero reflejaba el sentido com�n. Habr�a duplicado el n�mero de agentes de la patrulla fronteriza, mientras ofrec�a a los inmigrantes indocumentados un camino hacia la ciudadan�a si pagaban una multa, comenzaban a pagar impuestos y volv�an al final de la fila. Y expertos independientes dijeron que ello ayudar�a a crecer nuestra econom�a y reducir nuestro d�ficit.

Si la C�mara de Representantes hubiese permitido a ese tipo de proyecto de ley una simple votaci�n a favor o en contra, habr�a sido aprobado con el apoyo de ambos partidos, y hoy en d�a ser�a la ley. Pero durante un a�o y medio, los l�deres republicanos de la C�mara se han negado a permitir esa simple votaci�n.

Sigo creyendo que la mejor manera de resolver este problema es trabajar juntos para aprobar ese tipo de ley de sentido com�n. Pero hasta que eso ocurra, hay medidas que tengo la autoridad legal para tomar como Presidente �los mismos tipos de medidas adoptadas por presidentes dem�cratas y republicanos antes que yo- que ayudar�n a que nuestro sistema de inmigraci�n sea m�s justo y m�s adecuado.

Esta noche, estoy anunciando esas medidas.

En primer lugar, construiremos sobre nuestro progreso en la frontera con recursos adicionales para nuestras fuerzas del orden p�blico para que puedan detener el flujo de cruces ilegales, y acelerar el retorno de aquellos que crucen.

En segundo lugar, har� que sea m�s f�cil y m�s r�pido para los inmigrantes altamente cualificados, licenciados y empresarios quedarse y contribuir a nuestra econom�a, como han propuesto muchos l�deres empresariales.

En tercer lugar, tomaremos medidas para hacer frente de manera responsable a los millones de inmigrantes indocumentados que ya viven en nuestro pa�s.

Deseo decir algo m�s acerca de este tercer asunto, ya que genera m�s pasi�n y controversia. A pesar de que somos una naci�n de inmigrantes, tambi�n somos una naci�n de leyes. Los trabajadores indocumentados incumplieron nuestras leyes de inmigraci�n, y creo que deben rendir cuentas -especialmente aquellos que pueden ser peligrosas. Por eso, en los �ltimos seis a�os, las deportaciones de delincuentes han aumentado hasta un 80 por ciento. Y es por eso que vamos a seguir concentrando los recursos de aplicaci�n del orden p�blico en las amenazas reales a nuestra seguridad. En los delincuentes, no en las familias. En los criminales, no en los ni�os. En los miembros de pandillas, no en una madre que est� trabajando duro para mantener a sus hijos. Daremos prioridad, como lo hace cada d�a la aplicaci�n de ley.

Pero incluso mientras nos centramos en la deportaci�n de criminales, el hecho es que millones de inmigrantes -en todos los estados, de toda raza y nacionalidad- todav�a vivir�n aqu� ilegalmente. Y seamos honestos -rastrear, detener y deportar a millones de personas no es realista. Cualquiera que sugiera lo contrario no est� siendo sincero. Tampoco es lo que somos como personas que viven en Estados Unidos. Despu�s de todo, la mayor�a de estos inmigrantes han estado aqu� mucho tiempo. Trabajan duro, a menudo en empleos dif�ciles y de baja remuneraci�n. Mantienen a sus familias. Rezan en nuestras iglesias. Muchos de sus hijos han nacido en Estados Unidos o han pasado aqu� la mayor parte de sus vidas, y sus esperanzas, sue�os y patriotismo son los mismos que los nuestros.

Como mi predecesor, el Presidente Bush, dijo hace tiempo: "Son parte de la vida de Estados Unidos".

Ahora, la cuesti�n es esta: esperamos que la gente que vive en este pa�s siga las reglas. Esperamos que aquellos que se meten en la fila no ser�n recompensados injustamente. As� que vamos a ofrecer lo siguiente: Si usted ha estado en Estados Unidos por m�s de cinco a�os; si tiene hijos que son ciudadanos de EE. UU. o residentes legales; si se inscribe, se comprueba que no tiene antecedentes penales, y est� dispuesto a pagar la parte de impuestos que le corresponde, entonces podr� pedir quedarse en este pa�s de manera temporal sin temor a ser deportado. Podr� salir de la oscuridad y tener todo en regla.

De eso se trata esta oportunidad. Ahora, aclaremos lo que no se ofrecer�. No ser� aplicable para nadie que haya entrado a este pa�s en fecha reciente. No ser� aplicable para nadie que venga a Estados Unidos de manera ilegal en el futuro. No otorga ciudadan�a ni el derecho de quedarse aqu� de manera permanente ni ofrece los mismos beneficios que reciben los ciudadanos � s�lo congreso lo puede hacer. Lo �nico que estamos ofreciendo es no deportarlo.

S� que algunas personas que critican esta medida la llaman amnist�a. Sin embargo, no lo es. Amnist�a es el sistema de inmigraci�n que tenemos hoy en d�a: millones de personas que viven aqu� sin pagar sus impuestos ni acatar las leyes, mientras que los pol�ticos utilizan este problema para asustar a la gente y acumular votos en tiempo de elecciones.

Eso es la verdadera amnist�a: dejar este sistema que no funciona como est�. Una amnist�a masiva ser�a injusta, pero una deportaci�n masiva ser�a tanto imposible como contraria a nuestro car�cter. Lo que estoy describiendo en este momento es responsabilidad; una estrategia con mucho sentido que alcanza un punto medio: Si re�ne las condiciones, puede salir de las sombras y hacer todo conforme a la ley. Si es un delincuente, ser� deportado. Si tiene pensado entrar a Estados Unidos de manera ilegal, acaban de aumentar las posibilidades de que lo capturen y env�en de regreso.

Las medidas que estoy tomando no solamente son leg�timas, sino que son el tipo de medidas que cada uno de los presidentes republicanos y dem�cratas ha tomado en la �ltima mitad del siglo. Tengo una sola respuesta para aquellos integrantes del Congreso que cuestionan mi autoridad para lograr que nuestro sistema migratorio funcione mejor, o cuestionan mi sensatez en actuar cuando el Congreso no lo hizo: Aprueben un proyecto de ley. Quiero colaborar con ambos partidos para que se apruebe una soluci�n legislativa con mayor permanencia. Las medidas que tomo ahora ya no ser�n necesarias el d�a en que firme ese proyecto de ley. Mientras tanto, no permitan que un desacuerdo en cuanto a un solo problema sea el motivo de ruptura con respecto a todos los problemas. As� no es como funciona nuestra democracia, y no hay duda alguna del Congreso no deber�a cerrar de nuevo nuestra administraci�n simplemente porque no estamos de acuerdo en esto. Las personas que viven en Estados Unidos est�n cansadas de que todo se paralice. Lo que he necesita nuestro pa�s de nosotros en este momento es un objetivo com�n: un prop�sito superior.

La mayor�a de las personas que viven en EE. UU. apoyan los tipos de reformas de las que hemos hablado esta noche. No obstante, entiendo la disconformidad que algunos de ustedes en casa. Millones de nosotros, incluido yo mismo, descendemos de familias que han estado en este pa�s por generaciones, tenemos ancestros que trabajaron muy duro para ser ciudadanos. De manera que no nos gusta la noci�n de que cualquiera pueda obtener un pase gratis para ser ciudadano de Estados Unidos. S� que a algunos les preocupa que la migraci�n cambiar� el tejido que nos caracteriza, o que habr� menos trabajos, o que perjudicar� m�s a las familias de clase media en un momento en el que ya sienten que no les ha ido muy bien por m�s de una d�cada. Tengo presentes sus inquietudes. Sin embargo, estas medidas no ocasionar�n lo anterior. Nuestra historia y los hechos muestran que los inmigrantes son una ventaja neta para nuestra econom�a y nuestra sociedad. As� que creo que es importante que todos de nosotros tengamos este debate sin poner en duda el car�cter del otro.

Porque a pesar de todos los desacuerdos en Washington, tenemos que recordar que este debate se trata de algo m�s grande. Se trata de lo que somos como pa�s, y que queremos ser para las generaciones futuras.

�Somos una naci�n que tolera la hipocres�a de un sistema en el que los trabajadores que recogen nuestra fruta y que tienden nuestras camas nunca tienen la oportunidad de estar bien con la ley? �O somos una naci�n que les da una oportunidad de compensar, asumir responsabilidad, y dar un mejor futuro a sus hijos?

�Somos una naci�n que acepta la crueldad de alejar a los ni�os de los brazos de sus padres? �O somos una naci�n que valora las familias, y trabaja para mantenerlos juntos?

�Somos una naci�n que educa a los mejores y m�s brillantes en nuestras universidades del mundo, solo para enviarlos a casa para crear empresas en los pa�ses que compiten contra nosotros? �O somos una naci�n que fomenta que se queden para crear trabajos, empresas e industrias aqu� en Estados Unidos?

De eso se trata este debate. Necesitamos algo m�s que pol�tica cuando se trata de la inmigraci�n; necesitamos debate congruente, reflexivo y compasivo que se enfoca en nuestras esperanzas, no nuestros miedos.

S� que la pol�tica de este tema conlleva varias dificultades. Pero perm�tanme decirles por qu� he llegado a sentirme tan fuertemente sobre este tema. En los �ltimos a�os, he visto la determinaci�n de los padres inmigrantes que trabajaban dos o tres trabajos, sin recibir ni un centavo del gobierno, y en de riesgo en todo momento de perderlo todo, solo para construir una mejor vida para sus hijos. He visto la angustia y la ansiedad de los ni�os cuyas madres podr�an ser alejadas de ellos por no tener la documentaci�n adecuada. He visto la valent�a de los estudiantes que, a excepci�n de las circunstancias de su nacimiento, son tan estadounidense como Malia o Sasha, valientemente salen como indocumentados con la esperanza de poder hacer una diferencia en un pa�s que aman. Estas personas, nuestros vecinos, nuestros compa�eros, nuestros amigos, no vinieron aqu� de oportunistas o para obtener una vida f�cil. Ellos vinieron a trabajar, estudiar, y servir en nuestras fuerzas armadas, y sobre todo, contribuyen al �xito de Estados Unidos.

Ma�ana, viajar� a Las Vegas y me reunir� con algunos de estos estudiantes, incluyendo una joven mujer llamada Astrid Silva. A Astrid la trajeron a Estados Unidos cuando ten�a cuatro a�os de edad. Sus �nicas posesiones eran una cruz, su mu�eca y su vestido con volantes que llevaba puesto � un vestido que su madre ha hecho. Cuando comenz� la escuela, no hablaba nada de ingl�s. Para ponerse al nivel de los otros ni�os, ella le�a el peri�dico y miraba PBS; y as� se convirti� en una buena estudiante. Su padre trabajaba como jardinero. Su madre limpiaba la casa de otras personas. Ellos no la dejaban presentar a Astrid una solicitud para ingresar a una escuela especializada de tecnolog�a por temor a que los tr�mites revelaran que ella era un inmigrante indocumentada; por lo que ella present� la solicitud a espaldas de sus padres e ingres�. Sin embargo, ella generalmente vivi� en las sombras, hasta que su abuela, quien ven�a de visita todos los a�os desde M�xico, falleci� y ella no pudo viajar al funeral sin el riesgo de ser descubierta y deportada. Fue en ese momento que decidi� abogar por ella misma y por otros como ella; y hoy Astrid Silva est� un estudiante de colegio trabajando para obtener su tercer t�tulo.

�Somos una naci�n que echa a un inmigrante esperanzado que se esfuerza como Astrid o somos una naci�n que encuentra una manera de darle la bienvenida?

Las Escrituras nos dicen que no debemos oprimir al inmigrante, porque conocemos el coraz�n de un inmigrante, ya que una vez fuimos inmigrantes.

Mis conciudadanos, nosotros somos y siempre seremos una naci�n de inmigrantes. Nosotros tambi�n una vez fuimos inmigrantes. Y si nuestros antepasados fueron inmigrantes que cruzaron el Atl�ntico, o el Pac�fico o el R�o Grande, simplemente estamos aqu� porque este pa�s les dio la bienvenida y les ense�� que ser estadounidense va m�s all� de c�mo nos vemos o de nuestros apellidos o qu� religi�n que practicamos. Lo que nos hace estadounidenses es nuestro compromiso compartido de un ideal; que todos somos creados iguales, y que todos tenemos la oportunidad de hacer de nuestra vida lo que deseamos.

Ese es el pa�s que nuestros padres, abuelos y generaciones antes que ellos construyeron para nosotros. Esa es la tradici�n que debemos mantener. Esa es la herencia que debemos dejar para los que est�n por venir.

Gracias, que Dios los bendiga y que Dios bendiga a este pa�s que tanto amamos.

http://www.infobae.com/2014/11/20/1610204-el-discurso-completo-obama-el-regimen-migratorio

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