Las Leónidas, una lluvia de fuegos artificiales esta noche
17/11/2014 - 15:02:38
ABC.es.- La lluvia de los meteoros (o lluvias de estrellas fugaces), que denominamos Le�nidas, ya que la lluvia procede de la constelaci�n de Leo, ha venido siendo en ocasiones y desde hace cientos de a�os, un fen�meno de tal magnitud, que el p�blico en general y los estudiosos de los fen�menos celestes, han quedado impresionados y desconcertados durante algunos a�os en los que parec�a ser un verdadero espect�culo, que en ciertos momentos, fue comparado con fuegos artificiales.
Visibilidad
Esta lluvia y seg�n los expertos, puede presentar dos m�ximos de actividad para este a�o 2014, uno la noche del 17 al 18 sobre las 15 horas del 17 (siempre hora de la pen�nsula), y otro la noche del 21 al 22 de noviembre sobre las 8 de la ma�ana del 21, por lo que aqu� ser�a mejor observarlas antes del amanecer del d�a 21. En ambos casos y debido a las horas de los m�ximos de actividad, ello no impide que los meteoros se vean durante toda la noche. La constelaci�n de Leo, comienza a aparecer justo por el E a las 00 h del 17 al 18 de noviembre, poco m�s tarde la noche del 21 al 22. Si este �ltimo m�ximo tiene lugar, coincidir�a con el m�ximo de las Alfa Monocer�tidas, otra lluvia de meteoros y podr�a ser todo un espect�culo.
Las previsiones m�s bajas apuntan a que se puedan ver m�s de 20 meteoros a la hora, en el peor de los casos, pero lo normal es que sean 100. Ante las tormentas mete�ricas de las Le�nidas y lluvias sorpresivas, estas previsiones no pueden ser consideradas exactas.
De d�nde proceden las lluvias de meteoros
Las lluvias de estrellas fugaces, de las que se conocen m�s de 140 al cabo del a�o, son en realidad, peque�os fragmentos (rocas y hielo) que entran en nuestra atm�sfera de cuerpos estelares procedentes en su mayor�a de los denominados cometas.
Los cometas, que son rocas envueltas en hielo, de muy diversas medidas, que van desde pocos cientos de metros de di�metro hasta varias decenas de kil�metros, en sus aproximaciones al Sol, e incluso cuando rebasan la �rbita de J�piter y se dirigen hacia el Sistema Solar interior pasando por Marte, la Tierra, Venus y Mercurio, se desprenden de peque�os trozos de hielo y peque�as rocas de su superficie, debido al calor que empiezan a recibir del Sol. El hielo de su superficie se sublima y esto provoca reacciones y transformaciones en el cometa, en ocasiones incluso llegan los cometas a fragmentarse por completo y desaparecer con el tiempo.
Todas estas part�culas, en su mayor�a, diminutas, quedan flotando en el espacio coincidiendo con la �rbita del cometa, y son de muy diversos tama�os, es decir, se va ensuciando de esta materia �la carretera� por la que pasa el cometa. Si la Tierra en su �rbita alrededor del Sol, atraviesa esa �carretera�, comienza el espect�culo.
Decenas, cientos o miles de peque�os objetos no mayores de un grano de arroz, chocan con nuestra atm�sfera, algunos a velocidades de hasta 72 km/s, a tal velocidad, tanto los peque�os trozos de hielo y rocas y debido a la fricci�n con nuestra atm�sfera, se desintegran en su mayor�a, dejando ver en ocasiones y dependiendo el tama�o del objeto, una luz brillante que corre por el cielo y hay momentos en los que son tan espectaculares, que podemos o�r un silbido, incluso del destello puede ser tan poderoso, que en un instante se ilumine el suelo, o pr�cticamente se haga, por un s�lo instante, de d�a. Este �ltimo caso no es corriente, pero ocurre, como ocurri� el 18 de noviembre de 2009 en Utah, o en los �ltimos a�os en el centro de Espa�a.
Las tormentas mete�ricas
Lo curioso de la Le�nidas, es que los restos que deja el cometa Tempel-Tuttle 1866 I y que atraviesa la Tierra el 17 de noviembre, no est�n distribuidos en la �rbita de forma uniforme, si as� fuera, todos los a�os podr�amos contar m�s o menos con el mismo n�mero de estrellas fugaces por hora, pero esto es lo mejor. Hay a�os en los que la Tierra atraviesa los restos de este cometa y se encuentra con las part�culas mayores y si encima, el n�mero es abundante, nos encontramos con una verdadera �lluvia de fuegos artificiales�, que llamamos tormentas mete�ricas, por ello, los estudiosos del cielo no dejan de mirar al cielo el 17 de noviembre de cada a�o.
La sorpresa puede ser may�scula. Para entender estas tormentas de meteoros, tenemos que imaginar un collar con algunas perlas. El hilo del collar ser�a la �rbita del cometa y las part�culas que deja tras de s�, pero sin ser muy abundantes, la Tierra atraviesa esas part�culas todos los a�os sobre el 17 de noviembre. Las escasas perlas ser�an los espacios m�s nutridos de part�culas, en las que el cometa ha sufrido �convulsiones� debido a su aproximaci�n al Sol y ha expulsado al espacio una mayor masa del mismo. Es ah�, cuando la Tierra atraviesa esas �perlas�, cuando se producen las tormentas mete�ricas cada 33 a�os aproximadamente y esto es lo t�pico de las Le�nidas.
Las mayores tormentas mete�ricas de Las Le�nidas
Y ya contamos desde el lejano pasado con sorprendentes declaraciones de aquellos que tuvieron la oportunidad de verlo. �Han imaginado ver estrellas fugaces del tama�o y brillo de la Luna llena? (denominadas bolas de fuego) Pues es esto lo que cuentan miles de testigos, que habitaban la parte m�s septentrional del hemisferio norte, en una noche de noviembre de 1799. Imag�nense el pensamiento que podr�an tener aquellos habitantes de tierras tan extra�as como Groenlandia. Pensar�an tal vez en un castigo divino o en el propio fin del mundo. Gracias ahora a la ciencia y al conocimiento que tenemos sobre el Universo, podemos decir, que es un hecho natural. Aquellos lejanos observadores, contemplaron m�s de 1.000 estrellas fugaces por hora y adem�s ca�an de forma incansable durante m�s de 4 horas.
Estas escalofriantes lluvias de estrellas fugaces, se repiten, seg�n los testigos y las cr�nicas que nos han dejado, cada 33 a�os. As� pues, cada 33 a�os pasamos por el lugar m�s denso de detritos que ha ido dejando en su �rbita el cometa Tempel-Tuttle, aunque no siempre ocurre as� y las sorpresas pueden llegar antes de este per�odo.
As� que tras el a�o 1799, habr�a que esperar hasta el 1833, en esta ocasi�n, los afortunados de otra deslumbrante visi�n, fueron los ciudadanos de Am�rica, principalmente aquellos que habitaban en la costa oeste. 1833 es una fecha relativamente pr�xima en el tiempo. Aquellos miles de observadores, quedaron at�nitos ante otro prodigio del firmamento. Las Le�nidas, ya no se contaban como un millar, tal como ocurri� hac�a 33 a�os, sino se contabilizaban por cientos de miles, m�s de un cuarto de mill�n de estrellas fugaces ca�an desde el cielo.
Aqu�l evento no fue comparado con cohetes artificiales, gan� en magnitud y en grandiosidad y se habl� de que se trataba de una nevada. Algunos testigos que no conoc�an el evento, salieron de sus casas a las 3 de la madrugada asustados por la poderosa luz que se ve�a tras sus ventanas. Narraban que la claridad que les llegaba del exterior era como si tratara de la luz del Sol. Cuando salieron de sus hogares y miraron hacia arriba, pudieron ver lo que muchos describ�an como el fin del mundo �las estrellas se ca�an del cielo en enorme n�mero y brillo�. Los gritos de algunos vecinos alertaron a otros y sin saber que la lluvia iba a acontecer, fue una de las lluvias m�s vistas de la historia. Hay cientos de testimonios que justifican la aparici�n de estrellas fugaces tan brillantes como la Luna llena, pero aquellas luces que la mayor�a de las personas desconoc�an su procedencia y su naturaleza, se siguieron viendo durante gran parte del d�a siguiente y a plena a la luz del Sol.
La lluvia de 1866 fue otro grandioso espect�culo de las Le�nidas, contabiliz�ndose m�s de 6.000 estrellas fugaces por hora, muchas de ellas de gran intensidad y colorido, no defraud� a nadie de los que pudieron contemplarlo, aunque fue menos intensa que las dos anteriores, estuvieron ante algo que es pr�cticamente inenarrable.
En 1966 se pudieron contabilizar 90.000 meteoros por hora, por los restos que dej� el cometa en 1899, una de las mayores tormentas jam�s vista. 33 a�os despu�s, en 1999, durante un corto per�odo de tiempo, sobre la 1 de la ma�ana del d�a 18, con un pico de 5.000 meteoros a la hora. Sorpresa en 2001 pues se registraron 1.500 meteoros por hora, aunque se esperaban entre 25.000 a 30.000.
Los cometas var�an sus �rbitas por efecto de los planetas gigantes
Tengamos en cuenta, que los cometas son cuerpos menores del Sistema Solar, y con frecuencia y debido a la gravedad de los planetas dominantes como J�piter, Saturno, Urano y Neptuno, son desviados de sus �rbitas iniciales para conseguir otras trayectorias.
Nuestro cometa pasa por las �rbitas de los tres primeros planetas se�alados, y el enjambre principal de los restos del cometa Tempel-Tuttle, fue desviado a m�s de tres millones de km de la Tierra, por lo que ahora, nuestro planeta en su movimiento alrededor del Sol, no coincid�a con el enjambre principal, sino con los restos de part�culas dejadas por el cometa que eran normales en n�mero y tama�o, por eso las lluvias de 1899 y 1933, fueron tambi�n normales, aunque dentro de la normalidad, la de 1933 fue en cierta medida intensa, cont�ndose hasta 200 meteoros por hora.
Por aquella modificaci�n y debido a la atracci�n gravitatoria planetaria, ya no es f�cil predecir el futuro de la lluvia de las Le�nidas.
Consejos para observar la lluvia:
1.- Al�jese de las luces de las ciudades y pueblos. Busque el lugar m�s oscuro posible.
2.- No emplee ninguna ayuda �ptica, ni telescopios ni prism�ticos, la lluvia se ve a simple vista.
3.- Vaya abrigado, lleve comida y bebidas y t�mbese.
4.- Los meteoros los podr� ver en cualquier punto del cielo, saliendo de la constelaci�n de Leo.
Miguel Gilarte Fern�ndez es el Director del Observatorio Astron�mico de Almad�n de la Plata (Sevilla) y Presidente de la Asociaci�n Astron�mica de Espa�a.
El Observatorio Astron�mico de Almad�n de la Plata es el mayor centro de divulgaci�n de la astronom�a en Espa�a. Est� abierto para todo el p�blico, que podr� mirar por sus telescopios y utilizarlos, adem�s de desarrollarse gran cantidad de actividades. Zona de turismo estelar
http://www.abc.es/ciencia/20141113/abci-lluvia-estrellas-leonidas-201411121100.html
