La increíble mujer con los labios más grandes del mundo
09/10/2014 - 17:12:31
Un equipo de camar�grafos australianos liderados por Abrahem Joffe viaj� a �frica Oriental para hacer un documental, a pedido de Canon. Recorriendo Etiop�a, fueron a conocer a una tribu surma que preserva tradiciones antiqu�simas.
Una de ellas es que las mujeres se perforen el labio inferior, lo estiren y porten discos en �l. La mayor�a usa unos que oscilan entre los 10 y los 20 cent�metros de circunferencia.
Por eso, cuando apareci� Ataye Eligidagne, todos quedaron petrificados. No s�lo los extranjeros. Ni siquiera su gu�a pod�a creerlo.
"Ya pasaron tres a�os desde la primera vez que me perfor� el labio. Viaj� lejos de mi aldea para hacerlo con una mujer especial", cuenta la joven de 20 a�os en el documental que hicieron los australianos.
"Es una tradici�n en nuestra cultura. Por eso lo hice. Mientras crec�a, siempre ve�a a las mujeres usar el disco de labio, y cuando lo pude usar me sent� muy orgullosa. Me hace sentir que pertenezco", agrega.
Tiene 59,5 cent�metros de circunferencia y 19,5 cent�metros de di�metro. Joffe, fan�tico de los r�cords Guinness, constat� al instante que el de Eligidagne era el labio m�s grande jam�s registrado.
Incre�blemente, para ella no tiene el tama�o suficiente. "Claro que he visto otros discos grandes -dice-, pero ninguno tan grande como el m�o. Aunque no creo que sea lo suficientemente grande y quiero agrandarlo a�n m�s".
El gobierno et�ope prohibi� las perforaciones hace algunos a�os, porque las considera una intervenci�n peligrosa que puede atraer enfermedades. Ocurre que las adolescentes no s�lo tienen que hacerse una perforaci�n, sino que adem�s deben sacarse los dientes Incisivos Inferiores.
"Hay dos razones por las que me remov� los dos dientes de abajo. Primero, si me enfermo de t�tanos, se puede verter agua por all�. Y segundo, me permite comer y beber usando el disco", cuenta Eligidagne.
La joven r�cord lamenta que la tradici�n se est� perdiendo. "Mi madre, su madre y la madre de su madre, todas tuvieron esto. No s� por qu� comenz� la tradici�n, pero las generaciones m�s j�venes ya no quieren perforarse el labio, y yo tengo que aceptarlo", concluye.
