Los secretos de la criada de Hitler
24/08/2014 - 17:46:33
ABC.es.- Incluso el peor de los tiranos necesita servicio, y quien sirvi� a Hitler conoc�a algunas de sus debilidades, adem�s de saber sus gustos. En el caso de Hitler, la que fuera su criada, Elisabeth Kalhammer, de origen austriaco, sab�a todo eso. Por ejemplo, que durante sus largas estancias en Berghof, el f�hrer quer�a tener a mano su pastel favorito, por la noche. En las largas veladas de quien quer�a conquistar el mundo a sangre y fuego, no pod�a faltar este pastel realizado con manzanas, pasas y nueces.
�Le encantaban los dulces�, ha relatado Kalhammer, encargada de que nunca faltara el �f�hrer cake� al acabar el d�a. Sin embargo, para ser un obstinado por la dieta, al que le encantaban los piscolabis, tambi�n hab�a que tratarle de modo diferente por la ma�ana. Hay que recordar que a menudo dorm�a hasta las 14h y que ese fue el problema del D�a D, cuando sus asistentes militares no se atrevieron a despertarle con la noticia del desembarco, en parte porque todos, incluso �l, cre�an gracias al esp�a espa�ol �Garbo� que se trataba de una diversi�n, un se�uelo.
Pensar s�, hablar no
A la criada austriaca de Hitler se le exig�an f�rreas normas: �Pod�a pensar, pero no hablar�, seg�n relat� en una entrevista televisada. Hab�a contestado a un anuncio de un peri�dico en 1943 y acab� trabajando como empleada dom�stica del f�hrer. Aqu�l anuncio dec�a: �Se busca empleada dom�stica. Lugar de trabajo: Berghof en Obersalzberg, en el Berchtesgaden b�varo�.
Fue una Oficina de empleo, la de Wels quien acab� seleccionando a una joven de 22 a�os entre todas las candidatas. Setenta a�os despu�s, a pesar de ser nonagenaria, recuerda el temor que sinti� su primer d�a de trabajo.
Confes� en la entrevista que su madre le hab�a pedido que no se presentase, pero la presi�n era enorme y quienes le contrataron le dijeron que muchas mujeres estar�an encantadas de poder tener ese trabajo, una oportunidad de conocer al hombre m�s poderoso de Alemania. La joven criada entonces tuvo que pasar los dos controles de seguridad que rodeaban la casa de Hitler.
Altos secretos
Kalhammer recuerda que, a su llegada, �La casa estaba llena de invitados y el f�hrer estaba all��. As� que se incorpor� de inmediato. Le advirtieron gravemente sobre la necesidad de mantener la confidencialidad de todo lo que oyese: �Lo que se hable en la casa, no puede salir de ella. Si no se cumple ser� castigada con la prohibici�n de salir de casa�. Por ello, Hitler reservaba a unos pocos empleados de confianza el acceso a sus �c�maras privadas�.
La casa de los Hitler
A ella le llamaban Lisbeth, y durante los casi dos a�os de contrato pas� sus horas lavando, cosiendo, y tambi�n limpiando la casa de los Hitler. Para la nueva empleada resultaba mucho menos temible la presencia de Eva Braun, porque adem�s de su elegancia era m�s amable. Era la se�ora de la casa, aunque Hitler y ella no estuvieran casados. Kalhammer recuerda que unas Navidades la se�ora le regal� lana con la intenci�n de que tejiese calcetines para los soldados del frente oriental. Realiz� varios e incluso pudo enviarle un par a su propio hermano.
Solo beb�a agua caliente
El respeto por el tormentoso dictador le lleva a recordar con cierto alivio que �nunca me encontr� con Hitler y no tuve que hablar con �l�. Eso s�, sab�a todos sus gustos y por su puesto ten�a que respetar sus man�as, entre ellas la de los citados pasteles. �Hitler segu�a una estricta dieta para la que ten�a a su propia cocinera y s�lo beb�a agua caliente. Pero bien entrada la noche, Hitler se escapaba hasta la cocina donde no pod�amos dejar sin preparar uno de los esos �pasteles del f�hrer�: un pastel de varias capas de manzana con nueces y pasas�, revela. Tampoco pod�an observarle cuando sal�a a pasear, sino que solo pod�an atisbarle a trav�s de los visillos
El bunker y los negros
El 14 de julio de 1944 fue la �ltima vez que vieron a Hitler en Berghof, seis d�as antes del atentado del Coronel Claus Schenk Graf von Stauffenberg, el de la operaci�n Walkiria, del que sali� ligeramente herido y del que se acaban de cumplir 70 a�os. �A partir de ese momento, creci� el nerviosismo en Berghof y los trabajadores deb�an comenzar a llevar los tesoros de Hitler al bunker para el que hab�a que bajar 95 escalones�, indica. Entre las cosas que hab�a que trasladar al bunker hab�a un gran n�mero de libros, cuadros y espejos.
El avance de los aliados fue transformado en un continuo cuento de terror: �Para que no sali�ramos huyendo nos contaban que los negros ven�an a cortarnos el pelo y a violarnos�. Sin embargo, ella desobedeci� la orden y huy�. Con ayuda de una amiga lleg� dos d�as antes del final de la guerra a casa de su madre.
http://www.abc.es/cultura/20140824/abci-criada-hitler-kalhammer-201408232031.html
