Una cirugía plástica hecha por ella misma la condujo a una horrible pesadilla
02/07/2014 - 16:45:28
Los �ngeles (CNN) � No va a sobrevivir. Le damos 24 horas.
Apryl Brown recuerda estar acostada en la cama del hospital cuando el doctor pronunci� aquellas palabras. Una sensaci�n de alivio le sobrevino.
"No pens� en perder a mis hijos. No pens� en dejar a mi madre", dijo. En cambio, pens� en c�mo se sentir�a la muerte. "Aunque estar� muerta, ya no tendr� dolor".
Ese agudo dolor ven�a de una fuente inimaginable: un relleno de silicona, como el que Brown asumi� que los cirujanos pl�sticos usan diariamente. El suyo se lo inyectaron en los gl�teos, con la esperanza de mejorar su apariencia.
Brown nunca predijo que las inyecciones la llevar�an a este punto: se encontraba al borde de la muerte en una cama de hospital en junio de 2010.
Su cuerpo estaba colapsando por una infecci�n de estafilococo que los doctores dijeron estaba relacionada a las inyecciones de silicona. Sus extremidades se estaban inflamando y adquiriendo un color negro, los signos visibles de necrosis. Brown record� ver sus manos en el hospital y pensar "Oh, Dios m�o. Voy a perder mis manos. Vi mis pies, y tambi�n estaban muertos".
Los doctores no ten�an opci�n. Para salvar la vida de Brown, amputaron sus manos, pies y la carne alrededor de sus gl�teos y caderas en 27 intervenciones. De alguna manera, sobrevivi�.
Brown todav�a se averg�enza cuando habla de la vanidad que casi le cuesta todo.
Llevaba una buena vida, excepto por un "defecto" plano
En aquella �poca, era una exitosa estilista y due�a de un sal�n de belleza. Cuando no estaba en el sal�n, se ocupaba de sus dos hijas. Llevaba una buena vida. Pero Brown siempre quiso arreglar lo que ve�a como su "defecto".
Brown se crio en Florida, y desde que era ni�a, recuerda c�mo se burlaban de ella por tener un trasero plano. Con el paso del tiempo, siempre estuvo en sus planes aumentar su trasero, e incluso ten�a un lema: "Cuando tenga algo de dinero, voy a ponerme algo de gl�teos".
In 2004, mientras trabajaba en el cabello de una nueva clienta, tuvo su oportunidad. Sucedi� que la clienta mencion� que ella se hab�a inyectado silicona a bajo precio. Con unas cuantas sesiones, le dijo a Brown, ella podr�a obtener la figura que siempre hab�a deseado. La convenci�. Una semana despu�s, se encontraba en una casa tumbada en un dormitorio recibiendo la primera de cuatro inyecciones en sus gl�teos.
Luego de su segundo tratamiento, Brown recuerda dudar de su decisi�n. "Simplemente hubo una voz que me dijo: "�Qu� est�s haciendo? �Es en serio? Vas a permitir que alguien inyecte algo en tu cuerpo y no tienes ni idea de qu� es"". Ese d�a, Brown decidi� dejar de hacerse el tratamiento y nunca volvi�.
El verdadero costo de las inyecciones vendr�a despu�s, luego de a�os de dolor y visitas a los m�dicos.
La historia de Brown puede ser fuerte, pero ella es parte de lo que la Sociedad Americana de Cirujanos Pl�sticos llama un problema creciente: los pacientes evitan a los doctores simplemente para ahorrar algo de dinero en procedimientos m�dicos b�sicos.
"Pienso que es terriblemente atractivo para una persona que no sabe que hay un problema", dijo el Dr. Richard Glogau, un profesor cl�nico de dermatolog�a en la Universidad de California, San Francisco. Dice que est� viendo una inquietante tendencia de pacientes que buscan a cirujanos pl�sticos como �l, luego de que se sometieran a un mal trabajo de inyecciones de relleno.
Las inyecciones se utilizan para tratar las l�neas de expresi�n. Algunos de los pacientes que Glogau ve han viajado al extranjero y han pagado un bajo precio por estos procedimientos cosm�ticos. Otros est�n adquiriendo rellenos cosm�ticos de sitios web y son las mismas personas quienes se inyectan estos rellenos d�rmicos en sus rostros. A menudo, los pacientes no tienen idea de qu� contiene el relleno d�rmico, y tampoco se someten al procedimiento con un profesional m�dico autorizado.
"Las personas asumen que es tan f�cil como te�irte el cabello, y al final del d�a, es un procedimiento m�dico", dijo Glogau.
Los posibles pacientes tienen que conocer los hechos
En Estados Unidos, solo hay 12 rellenos d�rmicos aprobados por la Agencia de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en ingl�s). Estos deben ser administrados por un proveedor m�dico o bajo la supervisi�n de un m�dico.
Ninguno de los rellenos d�rmicos aprobados por la FDA pueden ser auto inyectados. Alrededor del mundo, hay cientos de rellenos d�rmicos disponibles que no est�n aprobados. Pero Glogau advierte en contra de que el procedimiento sea realizado en el extranjero, o que seas t� mismo quien lo haga. "Yo no lo har�a. Creo que tienes que estar en la cl�nica de un doctor donde un m�dico lo est� supervisando, y puedas depender de d�nde viene el material".
En cuanto a comprarlo en l�nea, Glogau dice que es f�cil que los pacientes tomen la decisi�n.
"Si vivimos en un mundo donde compras zapatos Manolo Blahnik en Neiman Marcus, o tienes la opci�n de comprarlos por Internet en Zappos y es el mismo zapato, creo que esperas que lo que ves en un sitio web sea igual de verdadero y tenga el mismo valor".
Una de sus �ltimas pacientes vino a �l luego de adquirir un relleno d�rmico sin la aprobaci�n de la FDA, comercializado en Internet con solo una tarjeta de cr�dito y pulsar algunas teclas. Luego de unos d�as, el relleno d�rmico que compr� en el sitio web PMMA.com lleg� con un matasellos de Brasil. La paciente le pidi� a su amiga, quien era una enfermera registrada, que le inyectara el relleno d�rmico en el rostro.
Una semana despu�s, sus mejillas empezaron a reaccionar. Glogau dice que parec�a que hab�a "n�dulos rojos e inflamados en las mejillas". Dren� el �rea quir�rgicamente, la cual ten�a "lagos de pus bajo la piel" y extirp� el material de sus mejillas.
Luego de la cirug�a, Glogau pidi� que se analizara el material de su rostro. Los resultados de dermatopatolog�a de UCSF evidenciaron que hab�a un tipo de "material refractivo" en sus mejillas. Glogau describe el material como "vidrio o fibra de vidrio de bajo grado". El cuerpo de la paciente estaba rechazando ese material.
Despu�s de varios intentos por parte de CNN para contactar a PMMA.com a fin de que comentaran respecto a vender rellenos d�rmicos que no cuentan con la aprobaci�n de la FDA en su sitio web, PMMA escribi� lo siguiente en un correo electr�nico: "No tiene nada que ver con el producto, sino con el procedimiento". Dos d�as despu�s, cuando CNN ingres� a PMMA.com, todo lo que aparec�a era una pantalla en blanco y las palabras "Acceso denegado".
Las cicatrices son el recordatorio de una mala decisi�n
Mientras la paciente de Glogau est� en el proceso de su recuperaci�n, siempre tendr� cicatrices visibles en su rostro. Glogau tiene una advertencia para las personas que est�n considerando adquirir rellenos d�rmicos. "Lo que queremos es por lo menos hacer que los pacientes adquieran conciencia de que hay un peligro que los acecha, y tienen que tener cuidado".
Brown se considera un ejemplo viviente de lo que ocurre cuando no tienes cuidado.
Ella no duda en contarle a otros acerca de c�mo sufri� un dolor extremo durante cinco largos a�os luego de las inyecciones de silicona. Ella explica c�mo vio que sus gl�teos se endurec�an y cambiaban de color, y visit� doctor tras doctor para obtener ayuda. Levanta lo que queda de sus brazos y explica qu� fue lo que realmente le inyectaron en sus gl�teos.
Cuando sus doctores analizaron la sustancia que hab�a sido inyectada en su cuerpo, Brown dice que fue sellador de ba�o. Brown no sabe qu� le ocurri� a la mujer que la inyect�.
A sus 47 a�os, Brown ha tenido que aprender a hacer todo de nuevo con pr�tesis. Puede vivir por su cuenta con la ayuda de un asistente que llega a ayudarla durante unas horas al d�a.
Ella no quiere l�stima; quiere que las personas escuchen su relato de advertencia.
"Todo lo que les pedir�a que hagan es, cuando les viene ese primer pensamiento, que se aseguren en pensarlo dos veces e investigar un poco m�s. Y si aun as� quieren hacerlo, adelante. No podr�n decir "Oh Dios m�o, no ten�a idea de que un procedimiento tan simple me pod�a dejar sin manos, sin pies y sin gl�teos"".
La nueva misi�n de vida de Brown es difundir el mensaje acerca de lo que le ocurri�, y su nuevo lema es "Somos lo que somos, y fuimos creados para ser as�".
http://cnnespanol.cnn.com/2014/07/02/una-cirugia-plastica-hecha-por-ella-misma-la-condujo-a-una-horrible-pesadilla/
