Germán Vargas CastroEl Presidente Evo hace cambalache de Coca por votos
30/10/2009 - 13:26:41
Las pol�ticas encaminadas a erradicar la Coca ilegal por el desarrollo alternativo han fracasado en Bolivia en la gesti�n del gobierno de Evo Morales Ayma y han dejado mal parado al pa�s ante la comunidad internacional.
La lucha contra el narcotr�fico era una responsabilidad compartida entre ambos gobiernos y, adem�s del apoyo de la comunidad internacional. Despu�s de la expulsi�n de territorio nacional a la DEA el narcotr�fico se incrementa en Bolivia, al no tener el apoyo econ�mico, log�stico y de inteligencia que daba la DEA, el gobierno nacional asume toda la responsabilidad en la erradicaci�n de la coca ilegal.
Los efectos son inmediatos y nefastos para la buena imagen de Bolivia ante la comunidad internacional al poner en duda la voluntad pol�tica del Presidente Evo para la erradicaci�n forzosa de la coca excedentaria en los Yungas, el Chapare y en la Reserva del Chor�.
Esperamos que los futuros gobiernos de Bolivia fijen con claridad las relaciones diplom�ticas y los objetivos de la Naci�n boliviana con sus vecinas y la aldea global en la lucha frontal contra el narcotr�fico, terrorismo y delincuencia organizada para que nuestro pa�s pueda recuperar la confianza de la comunidad internacional, la fe del Estado y la capacidad de los bolivianos para regir y construir nuestro propio destino.
En la toma de conciencia de los defensores del medio ambiente y de las Reservas o Parques nacionales tuvimos la suerte de ser invitados por los gestores de la TCO "El Moje�o" para hacer una visita a la Reserva Forestal del Chor� en la Provincia Ichilo del departamento de Santa Cruz. En casi 20 d�as de permanencia en el lugar, he comprobado que hay sembrad�os viejos y nuevos de Coca ilegal, al regresar de la expedici�n hicimos una denuncia p�blica de la invasi�n de colonos chapare�os a la Reserva Forestal del Chor� con el �nico objetivo de sembrar coca para la elaboraci�n de pasta b�sica y clorhidrato de coca�na. Posteriormente las autoridades prefecturales de Cochabamba, Santa Cruz, fiscal�as, polic�as y la prensa nacional comprueban que la denuncia publicada en extenso por el Peri�dico de circulaci�n nacional "La Estrella del Oriente" y otros medios era cierta.
No es de extra�ar que la producci�n de coca�na y de trafico por el territorio de Bolivia a los pa�ses vecinos se ha incrementado de manera alarmante. Lo que hemos comprobado los bolivianos que al Presidente Evo no le importa lo que digan los gobiernos vecinos que han declarado la guerra al narcotr�fico o que la comunidad internacional reafirme que Bolivia, ya es un para�so para los narcotraficantes.
Pero, esa ofensa a la dignidad de la Patria e indirectamente a su gobierno, no es suficiente para revisar los resultados negativos en la erradicaci�n forzosa o reconocer que en su gobierno se ha incrementado la producci�n de coca�na y la comercializaci�n de los percusores qu�micos que ingresan v�a contrabando por las fronteras bolivianas.
En la gira del Presidente Evo por el Chapare antiguo reducto pol�tico y brazo armado del masismo, ya se siente el rechazo a su posible reelecci�n el 6 de diciembre por los malos resultados econ�micos y sociales en bien de los mismos chapare�os. Hemos llegado a la conclusi�n que es un mal negocio pol�tico para el Presidente y sus allegados cumplir y hacer la Ley o enfrentarse a los cocaleros y, a los narcotraficantes y sin ninguna verg�enza para revertir el rechazo de sus antiguos aliados en la localidad de Chimar� hace cambalache de un cato de coca por los votos.
Los bolivianos debemos tomar muy en serio que nada detendr� al Presidente Evo para imponer en Bolivia el capitalismo de Estado y al autoritarismo del neo comunismo, pues ya sabemos aquel que se opone a sus designios termina destruido, desprestigiado, encarcelado o comprado.
Lo que el Se�or Presidente no ha tomado en cuenta, es que los bolivianos no estamos dispuestos a permitir que las leyes sea torcidas seg�n su conveniencia pol�tica para comprar el voto ciudadano y no aceptamos semejante desacierto del primer mandatario de la Naci�n, por ser indigno para cualquier Jefe de Estado.
