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Gran preocupaci�n medi�tica por los resultados que las encuestas arrojan, sobre la intenci�n de voto. Mucha mayor es la preocupaci�n que ocasionan ciertos comentarios de los llamados �analistas� como eso de que: Manfred subir�, Evo est� cayendo y si sumamos los votos de todos contra Evo le ganamos. Con tales criterios vamos bien, pero estamos mal.
Manfred representa la oposici�n desesperada, Samuel la oposici�n gestora y Joaquino la oposici�n complaciente. Si observamos las actitudes electorales de Manfred, estamos ante un cuadro pintado de desastres y colorido de odios. Este discurso, sirve para satisfacer a los que no quieren a Evo de ninguna manera, ni como Evo ni como Presidente. Pero est� muy lejos de convocar el voto de los indecisos, porque ellos no ven a Evo como el centro del mal ni del odio. Resultado: est� definido el voto radicalizado contra Evo y podr�a aumentar tantito en las pr�ximas semanas, pero nada m�s.
Samuel por su parte lo reduce todo a un c�mulo de proyectos de inversi�n, cual si fuera una reluciente instituci�n financiera dedicada a captar el voto de los que quieren hacer empresa. El pueblo que apenas puede llenar la canasta familiar y que est� muy contento con los bonos oficiales, escucha con simpat�a esta oferta, pero la siente poco suya, y es que en La Paz y Oruro el contrabando, el comercio ilegal y la burocracia centralista tiene a sus ciudadanos m�s contentos que trucha en el Lago. Resultado: Samuel tiene el tope de los que creen en la actividad privada y creen en la microempresa, con ausencia sensible de los propios empresarios asociados en su Confederaci�n, donde Samuel no asiste.
Joaquino, quiere ser la repetici�n de lo que fue Manfred el 2002. Convencido de que hizo buena gesti�n edilicia en Potos�, se considera llamado a la Presidencia de la Rep�blica, sin tomar en cuenta, que el pueblo ya no se asombra de las buenos Alcaldes y sus gestiones, lo que da por sentado. Cree que por tener una historia personal de humilde progreso y formaci�n personal, le avala mejor que a Evo, cuya educaci�n no alcanz� ni a la primaria. Lo cierto es que todo esto sumado a las pel�culas de Evo, Jefazo, y tanto circo que se ha dado, ya no convoca al voto sino al bostezo.
No hay porqu� alarmarse de lo resultados con este contexto pol�tico� electoral. Evo Morales tiene un voto cautivo muy importante que le da comodidad en esta campa�a. Pero solo eso: comodidad. Y este colch�n del voto, �tnico aymara, cholo progresista, contrabandista, gremial acomodado, que le permite superar a sus rivales con 31 puntos de ventaja, se sostendr� en la medida que Evo garantice lo que hasta ahora est� haciendo muy bien: dejar que El Alto sea el mercado liberal m�s grande de Bolivia, donde los impuestos y la ley los definen los alte�os y su entramado de relaciones comerciales y su red social de control vecinal que permite esta situaci�n. Dejar que Oruro sea la compuerta del contrabando, desde donde se distribuye toda la l�nea blanca, ropa usada incluida, alcohol y tabaco. Mientras se promueve la idea del puerto seco, para distraer la perdiz. Y sostener la miner�a estatal en Potos�, a costa del erario nacional, a la vez que expande las actividades de la coca y su correlato el anrcotr
Mientras Evo maneja este cuadro econ�mico� social, los candidatos de la oposici�n convocan al voto con realidades que si bien son el pan nuestro de los medios de comunicaci�n, no por ello constituyen el sentir del pueblo y su bolsillo. As� que vuelvo a repetir: si quieren ganarle a Evo, tienen que enamorar a sus indios, cholos, contrabandistas y gremiales que saben lo que tienen y quieren lo que saben.