La tecnología siempre ha existido a lo largo de la historia, a mayor o menor grado. Mientras que hace unos cien años la tecnología se concentraba en el uso de máquinas industriales y motores ahora se encuentra enfocada principalmente en dispositivos electrónicos.

Algunas de esas enfermedades empiezan a presentarse. Aquí una recopilación realizada por la consultora TechHive de las nuevas enfermedades psicológicas causadas por Internet y teléfonos móviles. Participaron usuarios de todo el mundo.

Síndrome de la llamada imaginaria

-¿Qué sucede?

-Nada… creí que mi celular había vibrado/sonado…

El usuario de teléfono móvil cree que ha timbrado o vibrado su dispositivo. La explicación es que nuestro cerebro ha empezado a asociar al teléfono móvil cualquier impulso que recibe, especialmente si estamos estresados. Hasta el 70% de los usuarios de dispositivos móviles han sufrido alguna vez este trastorno.

Nomofobia

-¡Olvidé mi celular!… ¡Regresemos!…

-Pero vamos al hospital a ver a tu padre enfermo…

- Lo sé… ¡Pero necesito el celular conmigo!…

Angustia causada por no tener acceso al teléfono móvil. Puede variar desde una ligera sensación de incomodidad hasta un ataque grave de ansiedad. Muchos usuarios incluso experimentan miedo al darse cuenta que su móvil no está donde debería estar. El nombre de este trastorno se derivada de tres palabras: “no”, “móvil” y “fobia”.

Depresión del Facebook

-Con esa foto que subí ayer seguro que tendré más “Likes” y amigos que Juan… veamos… Juan tiene “580 Amigos”… yo tengo… “140 Amigos”… que infeliz soy… casi no tengo amigos…

El fin de facebook

Depresión por tener muchos contactos en las redes sociales o por la falta de ellos. Lo más habitual es entrar a Facebook para alabar a los amigos, subir fotos o escribir sobre acontecimientos agradables. Pero los usuarios que pasan mucho tiempo en las páginas de redes sociales de otras personas suelen sentirse deprimidos porque comparan la vida de estos usuarios  con la suya propia y sienten que su vida es poco interesante y aburrida.

Dependencia de Internet

-¡Papá!.. ¡No pagaste el Internet!… ¿no entiendes que lo necesito para mis cosas?…

Necesidad enfermiza de estar todo el tiempo conectado a la Red. Puede afectarse seriamente la vida privada y social del enfermo.

Dependencia de videojuegos en línea

-¡Ya voy mamá!… ¡Si apenas empecé a jugar!… ¡Llevo cinco horas jugando!…

Manía obsesiva a estar jugando todo el tiempo. Trastorno muy parecido al anterior y muy extendido. Recientemente, para rehabilitar a los que padecen esta enfermedad, se han creado varios programas semejantes a los de Alcohólicos Anónimos. En algunos países, como China, ya existen centros de desintoxicación de Internet donde personal calificado ayuda a los internos. Los jóvenes son los que mayor tendencia presentan a esta enfermedad.

Efecto Google

-Oye tío… ¿Quien descubrió América?

-No me acuerdo… pero ahorita lo buscamos… Tienes Internet, ¿verdad?

El cerebro se niega a recordar información como consecuencia de la posibilidad de acceder a ella en cualquier momento. ¿Para qué aprender algo de memoria si los buscadores nos permiten encontrar cualquier dato cuando lo necesitemos? Esta enfermedad puede padecerla tanto el que no tiene ganas de memorizar como cualquier usuario de Internet.

Cibercondria

-Según este estudio… tengo las ocho nuevas enfermedades psicológicas… con razón me sentía tan mal…

Trastorno donde la persona se convence de que padece alguna o varias enfermedades de cuya existencia se ha enterado en Internet. Quien lo padece puede empezar a sentirse realmente mal a causa del efecto nocebo, lo contrario al efecto placebo. Es un mal que también se está extendiendo rápidamente entre la población.

Cibermareo

-¿Quieres tomar algo?… Te invito…

-Gracias… no como ni bebo nada antes de subirme al micro… últimamente me da por devolver el estómago…

Mareo que sienten algunas personas cuando viajan en un medio de transporte. La palabra fue acuñada en los años 90, cuando aparecieron los primeros dispositivos de realidad virtual y los usuarios de esta tecnología presentaban mareos. El concepto de “realidad virtual” está un tanto olvidado hoy día.

El uso y grado de invasión de la tecnología en nuestra vida diaria es responsabilidad de cada persona. Póngale límites para que sea una ventaja y no una enfermedad. Examine con sinceridad sus hábitos tecnológicos y si tiene alguna duda o descubre que tiene una o varias de estas nuevas enfermedades psicológicas, pida ayuda profesional. Hágalo a tiempo.

SUPERCURIOSO