El fotolibro, editado por un alto cargo público, fue valorado negativamente por su pobre calidad artística. La justicia iraní estima que su responsable fue insultado.
 
Los fotógrafos iraníes Khalil Imami y Abbas Alipour se enfrentarán al látigo. Su culpa: haber criticado un libro de fotografía editado por un alto cargo de la provincia de Qazvín.

Según informa el diario The Guardian, Imami y Alipour mostraron su descontento con un libro de 216 páginas publicado con dinero público bajo la dirección de Mohammad-Ali Hazrati, responsable de patrimonio histórico de Qazvín. El volumen, que fue repartido de forma gratuita entre los ciudadanos, se convirtió en objeto de las críticas de Imami en el semanario Taban, donde mostró su malestar con la financiación pública de un trabajo que a su parecer carecía de valor artístico.

En su crítica, Imami explicó que el libro se caracterizaba por la pobre composición e iluminación de gran parte de sus 230 fotografías, así como por la presencia de distorsiones. Ofendido por la crítica, Hazrati respondió a Imami a través de Internet utilizando un seudónimo, momento en el cual Alipour se introdujo en la conversación para defender a su compañero de profesión, revelando que Hazrati se encontraba tras el usuario defendiendo la publicación del libro.

En su demanda, Mohammad-Ali Hazrati afirma que se sintió insultado por los comentarios de Imami y Alipour, un hecho constitutivo de delito en Irán cuando el personaje vilipendiado es un cargo público. El tribunal de Qazvín encargado del caso le ha dado la razón, dictaminado que los fotógrafos deberán enfrentarse ahora a sendas penas de 25 y 50 latigazos.

Cabe recordar que hace dos años un dibujante también fue condenado a 25 latigazos por insultar a un político en una de sus tiras cómicas. En su caso, la sentencia fue anulada gracias a la presión internacional.

Un país a dos marchas

A pesar de que el presidente de Irán Hassan Rouhani ha mostrado una cierta apertura con respecto a Internet y la libertad de expresión, el control que ejercen sobre el país las autoridades religiosas ha dado lugar a fuertes encontronazos entre el poder ejecutivo y los guardianes de la moral.

Dos de los ejemplos más recientes fueron el anuncio del bloqueo de Instagram y WhatsApp, aplicación esta última que fue acusada de estar en manos sionistas por su relación con Facebook y Mark Zuckerberg. Finalmente Rouhani tuvo que intervenir para evitar su censura.

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