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Norah Soruco de Salvatierra

Las metas de la democracia


2014-10-23 - 10:32:01
Ha habido muchas críticas sobre la falta de propuestas en la campaña electoral 2014. Del oficialismo, por estar referida a los logros de sus dos gestiones de Gobierno, sin mayores perspectivas en el mediano y largo plazo. De la oposición, por enredarse en el inmediatismo y en el mundo de las pequeñas cosas, influidos por su oponente principal, que algunos llaman pragmatismo y otros cultura caudillista clientelar y prebendal.

En estos tiempos, una presencia central en las campañas son los asesores de márquetin que en la mayoría de las candidaturas, si no en todas, son extranjeros que cumplen un rol determinante en la fisonomía que éstas adquieran.

En el diagnóstico de partida que marcan los ‘marquetineros’,subyace una interpretación francamente abominable, los bolivianos no razonamos, somos incapaces de discernir sobre propuestas serias y tienen que hacérnoslo fácil de digerir.

La visión alternativa de país y los sesudos planes de gobierno quedan en el cajón, para privilegiar el trabajo sobre las emociones, dictar consignas reiterativas y exigir la ‘mayor disciplina posible’, entendida como la supresión de opinión distinta que enfatice el anhelo, el interés o la necesidad del pueblo.

Crasos errores, para el ganador porque no significa más que un apoyo precario y engañoso, cuando se lo elige porque no hay más remedio, y en el caso del perdedor, porque cientos de opiniones ciudadanas dicen ‘no saber qué se proponía’ a más de repetir lo que sabiamente llamaban ‘las mentiras y promesas que nunca se cumplen’, entonces mejor pájaro en mano….

Octubre es un mes de acontecimientos políticos: la asunción de Hernán Siles Suazo, el derrocamiento de Gonzalo Sánchez de Lozada y ahora, la 3ª. elección de Evo Morales, a la que se asiste casi olvidando porqué y para qué se luchó por la democracia en Bolivia.

Es bueno que propios y extraños entendamos, que en Bolivia la democracia no se reconquistó para seguir postrados en el subdesarrollo y la pobreza ni para encumbrar personas en un perverso y atávico fomento del caudillismo, que los bolivianos somos estoicos pero no imbéciles. Mucho más, si estamos a las puertas de nuevas elecciones, en las que esperamos campañas distintas en fondo y forma.

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