Norah Soruco de SalvatierraDelito y Elecciones
2014-10-03 - 11:19:17
La inseguridad nos ha cambiado la vida. Ya no sólo en la forma de vivir, sino en el diseño de nuestro futuro.No se explica de otra manera que todas las propuestas electorales hablen del tema,con más o menos profundidad como también en algún caso, de cinismo, sobre reestructuración policial, carcelaria o judicial.
Lo lamentable, es que tales propuestas no se inscriban en una visión de país, imbricando causas estructurales y la audacia necesaria para atreverse a soñar con una Bolivia Modelo articulada a la característica central de país poco poblado en un territorio extenso. Por el contrario, optan por el ‘sanbenito’ de la generalización del delito en todo el mundo o el precio del crecimiento demográfico.Está vista por tanto, la superficialidad en el análisis; nuestros gobernantes y candidatos son deficientes en la capacidad autocrítica y en el diagnóstico de temas tan importantes.
No son capaces de identificar por ejemplo, las causas reales que han anulado la independencia de los poderes convertidos hoy en simples órganos, del excesivo poder que ha creado monstruos corruptos, implantando el uso y abuso de procedimientos deformados para extorsionar al potencial o confeso delincuente; la pauperización del salario policial o la injerencia política en sus filas, dando lugar a la institucionalización indirecta pero consentida de la corrupción.
Tampoco se apunta de manera expresa al narcotráfico y sus redes, sean de origen o de tránsito, que ya han penetrado a la familia boliviana, generando un envilecimiento progresivo de nuestra ciudadanía cuando valora más la generación del dinero circulante que la vida humana y el futuro con decencia de nuestra sociedad.
En las agendas políticas de los países vecinos en campaña electoral como Brasil y Argentina, está el tema del narcotráfico y la drogadicción, en el nuestro no. Al contrario, los candidatos dejan claro, que respetarán la producción de coca para “el acullicu” dizque por respeto a las costumbres ancestrales, convirtiendo en virtud un instrumento eficaz de mayor explotación del trabajo humano al disfrazar el hambre, el frío o el sueño, que fue muy bien utilizado por los colonizadores externos e internos históricamente.
Dado el tiempo que resta de campaña electoral, solo queda elevar los niveles de exigencia ciudadana a quienes resulten elegidos mandatarios o parlamentarios, ya no para que cumplan lo que no prometieron, sino para que incluyan en sus agendas la sobrevivencia de la sociedad boliviana sobre la base de valores positivos que excluyen al delito como forma de vida.
*Ex Presidenta de la Cámara de Diputados
