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Marcelo Ostria Trigo

Elecciones 2014


2014-09-18 - 08:59:08

Las elecciones no aseguran que habrá democracia; para ello se requiere mucho más. Esto se pone en evidencia cuando se vulgariza la relación elecciones-democracia y se asigna esa calidad a algunos regímenes autoritarios por el solo hecho de convocar a comicios, generalmente viciados. Esto pone en evidencia que las elecciones solo se constituyen en uno de los elementos de la democracia, cuando estas son abiertas “periódicas, libres, justas y basadas en el sufragio universal y secreto como expresión de la soberanía del pueblo” todo esto en un “régimen plural de partidos y organizaciones políticas”. (Carta Democrática Interamericana).

La facultad de elegir es la que se ejercita ante la variedad de opciones que se le ofrece al elector; es decir, en una sana competencia entre partidos políticos. Esto, por supuesto, no se aplica a los regímenes de partido único que, cuando convocan a elecciones, nadie escoge, pues todos los candidatos son oficialistas. Tampoco cuando regímenes autoritarios permiten la participación opositora en elecciones y se restringe su acción electoral, desnaturalizando el proceso, pues ponen a su servicio todas las instancias de la administración y control de los comicios.

Es más: el acoso a los disidentes, el uso de los recursos del estado, la manipulación de los procedimientos electorales y de los resultados, no son los elementos que dan inicio o continuidad a la democracia. Las elecciones del 12 de octubre ya han sido cuestionadas en ese sentido.

No hay trato igualitario a todos los contendientes, afirma la Conferencia Episcopal de Bolivia cuya voz es una de las más serias del país, puesto que  el oficialismo utiliza los recursos del Estado para hacer campaña, “con la intención de prolongarse en el poder” y, a la vez, le reclama imparcialidad al organismo electoral.
A esto se agregan otros hechos preocupantes: amenazas de violencia si los opositores hacen campaña en supuestos bastiones del partido gobernante y de azotar a quienes no voten por la lista completa de la candidatura oficial. Hay más; de los cinco candidatos presidenciales, los cuatro opositores están enjuiciados por el gobierno, que usa en su provecho la administración de justicia.

Si el oficialismo va a obtener un gran triunfo electoral, como sostienen sus voceros y la COB le garantiza el 70% de los votos, no es comprensible que se trate de empañar la pretendida victoria con medidas autoritarias que degradan la calidad de un elemento esencial para la vida armónica de la sociedad: la democracia.

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