Álvaro Riveros TejadaReloj zurdo
2014-07-02 - 10:18:00
Ni modo, el proceso de cambio nos está llevando a inventar rarezas que nos hacen salir de lo común, para ingresar en el terreno de lo ridículo, con el único propósito de inducir al pueblo a enfrascarse en falsos debates como: el misterio de las piedras libidinosas, las propiedades afrodisiacas de la papalisa, la lectura veloz en las arrugas de los ancianos, el pollo maraco, la Coca Cola causante de alopecia y así por delante, evadas que lo sustraigan de temas de mayor trascendencia, tales como la comida de la BOA, las barcazas fantasmas, las redes de extorsión, los estropicios del narcotráfico y otros.
Esta vez la fiebre innovadora se ha concentrado sobre los relojes, haciéndolos girar a la izquierda y, mediante ese frenético afán típico de los países que abrazan la teoría comunistoide, que con esas ocurrencias no sólo pretenden retrasar el reloj de la historia, sino pararlo, en nuestro estado plurinacional se llega al extremo de retrocederlo hasta la prehistoria. Entonces surge, desde los más recónditos recovecos del poder central, la sesuda explicación de un viceministro que señala: "El reloj que estamos armando tiene una fundamentación científica, pero también una razón política importante. Esta razón política importante se funda en dos elementos: podemos hacer las cosas en contrasentido de lo que están haciendo los del otro lado"(SIC) De dicho galimatías sólo desprendemos que: ¡El único contrasentido es lo que éste científico afirma!
Lo importante de esta ocurrencia es conocer que no existe ninguna originalidad en ella. Estos relojes de giro izquierdo o levógiro existen desde hace muchos años y, en nuestro caso, sólo ratifican el “complejo de Adán” que sufre este gobierno, que consiste en creer que todo en el país y en el planeta comenzó a partir de él. Bajo esa tónica, los bolivianos debemos estar atentos a los prodigios que vayan apareciendo para captar nuestro instinto reeleccionista como por ej: la taza con oreja para zurdos; la brújula imantada, que apunte constantemente al sur y cantimploras para buzo. Tales portentos, junto a Papelbol, Cartonbol, Litiobol, una fábrica de huecos para queso y otra de estuches para maní serán los que cierren el circuito histórico que nos tocó vivir en esta década de auge económico y científico de la genialidad socialista.
Un genio de apellido Rojas, al referirse a este prodigioso instrumento de tiempo “made in Bolivia” manifestó que éste estaba diseñado para que los bolivarianos aprendamos a “cuestionar las normas establecidas”. Con semejante sentencia, suponemos que los perros deberán caminar con el testamento bajo la pata. A su vez, el canciller de piedra considera: “gracias a este cambio los ciudadanos de Bolivia están atesorando patrimonio cultural” y preguntó “¿Quién dice que el reloj tiene que girar de ese lado siempre? ¿Por qué siempre tenemos que obedecer, por qué no podemos ser creativos?”, “No nos tenemos que complicar, simplemente tenemos que tomar conciencia de que nosotros vivimos en el sur, no estamos en el norte” Toda esta sabia filosofía es el fruto del reloj zurdo.
