Álvaro Riveros Tejada¿Marcará el mundial el fin del populismo?
2014-06-11 - 08:08:33
Si bien no es correcto endilgar a esa competencia universal atribuciones que no le competen, al ser su radio de acción estrictamente deportivo, no es menos cierto que los problemas que ha enfrentado desde el momento que Brasil fue elegido para ser su sedey aún perviven, exceden dicho ámbito e ingresan de forma irremisible al escenario político, pues es allí donde las propias autoridades brasileñas quisieron situarla, con el erróneo cálculo de sacar partido de dicho evento y saciar su hambre de popularidad, prestigio, así como fáciles y rápidas ganancias económicas para sus adeptos. De ahí que suponer que un traspié en el deporte que más los caracteriza devendría en una tragedia mayor que la del Maracanazo, un fatídico 16 de julio de 1950, con la diferencia que esta vez se repetiría con funestas consecuencias para los gobiernos aliados a su política, ya que hasta el narcotráfico perdería acciones en su bolsa de valores.
Después de las elecciones colombianas, donde en una primera vuelta esas corrientes aupadas por Cuba, Brasil, Argentina, Venezuela y otros países del eje socialista fueron derrotadas por la lógica de la racionalidad, existen serias dudas de que Dilma Rousseff salga victoriosa, ya sea en la primera o segunda vuelta de los comicios electorales de octubre, pues los acontecimientos que se generan a tan pocos días de iniciarse la “Copa del Mundo”debido al descontento reinante en ese país, tras un año en el que más de un millón de personas han ocupado las calles para protestar por los altos índices de corrupción, inflación y gastos estratosféricos del gobierno en obras aún inconclusas para dicho evento.
De acuerdo a algunos analistas: “Si Brasil gana, será un empate para Dilma y ello NO influirá sobre el voto” empero, “Si Brasil no gana, ello se sumaría al mal humor reinante, y fortalecería la idea de que se han gastado miles de millones de dólares para nada, por ende,la gente estaría aún más furiosa”. Es más, los brasileños se preguntarán adónde fue a parar su dinero, y sólo verán elefantes blancos que quedaron en lugar de hospitales y centros educativos.
Como se ha visto, el próximo mes de octubre marca una suerte de hechos que pueden modificar íntegramente la correlación de las fuerzas políticas que actualmente detentan el poder en la región, especialmente aquellos mesiánicos quedadizos que rechazan toda posibilidad de alternancia democrática, como es el caso de Correa en el Ecuador, que tiene la desfachatez de sostener que: “la alternancia es un discurso burgués que nadie se cree. Es un mito. Tonterías de la oligarquía”. ¡Dios salve a este bribón!
Extrapolando esos acontecimientos, concluiremos en que algo muy similar está aconteciendo en nuestro país -el mas cercano al Brasil- y, de no asumir medidas que nos reubiquen en el camino de la democracia, seremos los responsables de no haber hecho nada por corregir el rumbo y sólo esperar resignados a que el campeonato mundial de fútbol sea el que marque el fin del populismo.
