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Boris Santos Gómez Úzqueda

Apuntes del sector eléctrico boliviano


2014-04-15 - 21:14:13

Ante la creciente demanda de energía -reportada sobre todo en la última década- y la falta de inversiones en el sector eléctrico, particularmente, urge la elaboración de una nueva Ley de Hidrocarburos y de una Ley de Electricidad, para modernizar el andamiaje legal y regulatorio boliviano.

Con ambos instrumentos se podrá promover el ingreso de capitales externos para la exploración de gas, mayores certificaciones de reservas, producción y consecuente construcción e instalación de termoeléctricas.

No descartemos tampoco la generación eléctrica a partir del agua (hidroeléctricas) fundamentalmente en el noreste de Bolivia (Beni).

Con relación a la electricidad es obvio que la clave no está en el racionamiento, que si bien es importante, no es la solución al problema de demanda/oferta de electricidad para el sector industrial, fundamentalmente.

Pero, infortunadamente, el Ejecutivo no envió hasta hoy al Legislativo los proyectos de esas leyes.

No terminan de entender que el gas -principal generador eléctrico boliviano- es vital para el sector y para el desarrollo. Lamentablemente ambas leyes están postergadas desde 2006.

No descartemos que, en un escenario ideal, se va a generar electricidad suficiente para el país y habrá un gran remanente para exportación de valor agregado de gas (como electricidad) a mercados circundantes, generando mayores divisas que comparativamente por venta de materia prima. O por otro lado construir hidro-eléctricas y "liberar" así el gas natural para generación de valor agregado.

La oferta eléctrica en el mercado interno está casi "empatada" con la demanda. Lo mismo ocurre con el gas: poca producción, producto de baja exploración, están a punto de romper el "ratio" de producción/exploración de gas. La falta de gas en el futuro redundará en la falta de electricidad de continuar con ésta desidia en el tema hidrocarburos.

Tanto en gas como en electricidad, pese a la poca oferta, creció la demanda. Cualquier economista sabría explicar esto. Cifras más o menos: Bolivia genera electricidad en cerca de 1.081 megavatios (MW) y la demanda "in crescendo" es 1.030 MW.

Tendria que haber una reserva de electricidad que debería estar cerca a 100 MW, lo que, sin dudas, es muy poco considerando que debieran haber entre 150-250 MW para garantizar crecimiento de industrias, y comercio en el país. Además que no hubo mucha inversión en infraestructura eléctrica, como tampoco en infraesturctura gasífera.

Sólo la planta de Entre Ríos (Tarija) junto a la generación de ciclo combinado de Guaracachi (Santa Cruz) de alguna manera "salvan” la demanda, pero la idea es mirar más allá. Y aquí entra en juego El Alto, Cochabamba y Trinidad, plazas que con termoeléctricas debidamente planificadas podrían cubrir demandas internas y externas.

Una verdadera política pública en energía contemplaría un agresivo plan de infraestructura eléctrica: fabricación, instalación, montaje y puesta en servicio de las unidades de generación eléctrica en base a gas natural, para mercado interno y exportación.

Insisto en que es importante considerar a proyectos hidroeléctricos con la única finalidad de contar con mayor gas disponible para industrialización.

Ya en la perspectiva de valor agregado, tanto la modalidad gas a líquidos (GTL de conversión de gas a diésel, por ejemplo) la generación eléctrica para exportar valor agregado es absolutamente importante en la matríz económica del futuro boliviano.

Un apunte con relación a hidroeléctricas: hay aspectos ambientales que deben tener en cuenta y el tiempo de retorno financiero más largo, lo que hace que éstas sean menos atractivas para capitales externos.

En los últimos cinco años no arrancó ningún proyecto nuevo de planta termoeléctrica/hidroeléctrica con capacidad de suministro al mercado interno y paralelamente al externo.

Los proyectos termoeléctricos requieren gas natural y la producción de éste energético, en éste último quinquenio estuvo en sus niveles más bajos.

El sector eléctrico boliviano tiene cuatro sistemas encargados de la oferta eléctrica interna: el denominado Sistema Interconectado Nacional (SIN), los Sistemas Eléctricos Aislados (SEA), los Sistemas Eléctricos Aislados Menores (Seam) y los Sistemas Autoproductores (SA).

El SIN cubre la demanda de Santa Cruz, Cochabamba, Potosí, Chuquisaca, Oruro y La Paz, que representan cerca del 80 por ciento de la electricidad generada internamente.

Los SEA más importantes son: Setar, que opera en Tarija, Villamontes, Bermejo, Entre Ríos, Yacuiba y El Puente, en el sur boliviano.
CRE, que opera en Germán Busch, Cordillera, Roboré, San Ignacio, Valles, Las Misiones y Charagua.

Trinidad (Coserelec), Cobija (Ende), Guayaramerín y Riberalta, Maniquí, Yacuma, Comayo, y Coserca.

Estos sistemas representaron casi el 12% de la oferta eléctrica para regiones de creciente desarrollo.

Finalmente los Seam tienen una capacidad instalada menor a 1.000 KW, y en general son cooperativas ubicadas en poblaciones pequeñas.
Se debe agregar una última categoría de productores de electricidad, los denominados como “Autoproductores” que son compañías industriales y mineras que tienen cerca de un 8% de la generación.

Boris Santos Gómez Úzqueda / @bguzqueda

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