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Armando Méndez Morales

La Ley Minera colisiona con la Constitución


2014-04-08 - 09:50:53

Los cooperativistas mineros levantaron los bloqueos en carreteras y el gobierno anuncia  que el Presidente Evo Morales, los recibirá el próximo día jueves para discutir el problemático Art. 151 del Proyecto de Ley de Minería y Metalurgia. Este bloqueo ha generado un número significativo de  heridos y cuatro muertos.

Se quiso aprobar la Ley de Minería, la misma que se paralizó, en su tratamiento, como consecuencia de un grave enfrentamiento entre cooperativistas mineros y policías –que dejaron dos muertos- luego que se encontrase que el proyecto de ley consensuado entre el Presidente Evo Morales y los cooperativistas mineros, entraba en colisión con la Constitución Política del Estado, ya que el Art. 151 otorga derechos a los cooperativistas para firmar contratos de asociación con privados, competencia que está reservada al Estado según la nueva Constitución Política del Estado.

Se dice que los cooperativistas mineros superan las 100 mil personas, las mismas que, seguramente, están catalogados como parte del dominante empleo informal que caracteriza a la economía boliviana. Si suponemos que en Bolivia la familia promedia está conformada con cinco personas, estamos hablando de un número de gente nada despreciable y del orden de las 500 mil personas, que su subsistencia depende de esta actividad y, además, se considera un “movimiento social” que apoya al gobierno de Morales.

Por lo expuesto, no sólo que el gobierno se encuentra en un callejón sin salida, sino que está introduciendo graves fisuras entre quienes lo apoyan, donde perviven variedad de intereses, porque cada movimiento social tiene sus específicos intereses que no necesariamente son los mismos de los otros movimientos sociales.

Los portavoces del gobierno nos recuerdan que la Constitución Política del Estado declara que las Cooperativas no persiguen el lucro, que el “pueblo” es el propietario de los recursos naturales y que sólo el Estado puede disponer de los derechos de aprovechamiento de los mismos. Las autoridades gubernamentales declaran que no se puede “enajenar ni descuartizar los recursos naturales” y que permitir sería una “traición a la patria”.  Todo esto porque el proyecto de ley, que se lo  había preparado en más de tres años, no se percató que el Art. 151 colisiona con la CPE, porque permite que las cooperativas mineras suscriban contratos de asociación, sin la autorización del Estado.

El movimiento cooperativo minero tiene su origen en la denominada “relocalización” que el gobierno del ex –Presidente Paz Estensoro implementó, cuando se despidieron a más de 23 mil obreros que trabajaban en COMIBOL a fines del año 1985 y principios del año 1986, la misma que había entrado en colapso como consecuencia de la dramática caída internacional del precio del estaño, mineral que dominantemente explotaba la empresa estatal. Estos 23 mil trabajadores se “relocalizaron” en dos actividades fundamentales; unos se fueron a trabajar al Chapare, en los cultivos de coca, y otros constituyeron las cooperativas mineras. En ambos casos los ex -obreros de COMIBOL se relocalizaron en el sector privado.

En la realidad las cooperativas buscan el lucro, son informales y de muy baja productividad. Sin embargo, está actividad permite que 500 mil personas puedan satisfacer sus necesidades básicas. El lucro que obtienen es pequeño, precisamente por su baja productividad –exportan por trabajador el equivalente al tres por ciento de lo que hace la minería privada- que se explica por el bajo nivel de capital y ausencia de tecnología con el que operan.

Como en toda actividad privada hay quienes se ubican en la vanguardia y otras en la retaguardia. Los primeros, ya han tomado conciencia que si no se vinculan al capital extranjero, que tiene tecnología, no podrán expandir sus negocios y, por tanto, no podrán aumentar su productividad, que es el principal reto que tiene el sector. Para ellos es vital que se mantenga el Art. 151 del proyecto de Ley, de lo contrario se los condena a mantenerse en una situación de estancamiento, el mismo que se torna peligroso cuando se observa que los precios internacionales de los minerales están cayendo.

*Miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas

La Paz, 8 de abril de 2014

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