Mauricio AiraRebelión de la Juventud
2014-03-04 - 11:36:49
No me refiero a las manifestaciones y protestas de estudiantes universitarios que lucharon contra las políticas de consumo, a las jornadas de lucha del Mayo Francés del 68, que resultó siendo la gran respuesta de universitarios y trabajadores al llamado “desarrollo pacífico” porque ya nadie creía en su futuro, la juventud del 68 se consideraba un instrumento del consumismo, algo como engranaje del capitalismo. Cuestionaron el poder, salieron del marco tradicional y conformista que coincidió con trabajadores cansados de recibir siempre la misma respuesta, “si quieren ganar mayor salario aumenten la producción”.
Nos estamos refiriendo a la otra, a la rebelión caraqueña contra el racionamiento de los alimentos, contra la falta de trabajo, contra la inseguridad pública, y en contra de un régimen que no les ofrece nada, el Gobierno de Maduro. A los miles de estudiantes que vuelven a las calles, no sólo de Caracas, sino de unas 20 ciudades de Venezuela, para denunciar a los infiltrados en sus propias marchas, “carapintadas y encapuchados” lo que ha provocado, muertos, heridos, detenidos que suman por cientos, a lo largo de protestas sin fin, a todas horas, todos los días, en actitud que desorienta, confunde y tiene locos a los “represores que además de la Guardia Nacional, suman grupos de cubanos como las Avispas Negras”.
Actor determinante en la rebelión de los franceses fue Charles De Gaulle que además de sus logros en el frente exterior, pretendía una restauración económica que pasaba por favorecer a los más ricos con nuevas asignaciones, que produjo desempleo e inestabilidad laboral provocando convulsión social, que adquiría imagen en las huelgas universitarias como prolegómeno de la huelga general. Los jóvenes estaban llegando “al cabreo” insubordinados por su resistencia a la Guerra del Vietnam, su apoyo a Cuba. La muerte del Ché en Vallegrande y la Revolución Cultural de Mao Tse Tung acicateaban los movimientos que activaron acciones solidarias en Alemania, España y lograron que Francia apoyase el fin del Vietnam.
En Venezuela ha sucedido algo muy singular, con sus antecedentes en “la primavera árabe” los jóvenes han salido a las calles, una y otra vez, de un modo casi espontáneo movidos por “el celular” los teléfonos portátiles que han logrado el prodigio” y es que cuando se compra un celular, el vendedor te convence “puedes tener uno o dos contactos gratis” todo el tiempo que el aparato funcione, pagando el abono mensual. Esta palanca, el beneficio más directo y concreto, significa que el celular está conectado las 24 horas, a “tu mejor amigo”, a un hermano, a uno de tus padres, unido ahora al usuario como por un cordón umbilical.
Esta condición del contacto obligado y gratuito, lo hizo todo, o casi todo, porque funcionando en cadena, permite en cosa de pocos minutos que la consigna llegue, entusiasme y se documente, porque además de la voz te trasmite imágenes y sonido ambiental que permanecen documentados” Oh portento!
¿Quién o quienes dirigen la batalla? En realidad no necesita de comandantes, lo importante es el objetivo “vamos a seguir en la calle, en paz, sin violencia” y con un pedido a Maduro “que desarme a los colectivos (chavistas) que están armados, culpables de las muertes”. Así de claro, así de simple. Incesante, infatigable sucesión de contactos, diálogos cortos y mucha acción, la juventud rebelde está ganando la batalla, sin disparar un tiro.
En la rebelión del 68 en la Sorbona se reunieron universitarios para protestar por la ocupación policial que fue brutal. La Unión Nacional de Estudiantes exigió la liberación de los detenidos, la apertura de la Sorbona y el retiro de las tropas. Pronto estalló la huelga general y se armaron barricadas y disturbios tales que la brutalidad policial generó simpatía hacia los rebeldes. Después de 3 semanas en las calles De Gaulle anunció aumento salarial, liberación de detenidos y respeto de libertades. No se logró el 100% del petitorio, el Gobierno convocó a elecciones y el Partido Comunista transó con De Gaulle para la toma del poder.
En la rebelión de Caracas no todo está dicho, la presencia de tropas de élite ha impedido que los jóvenes prosiguieran en las calles, aunque la presión ha sido tan grande que se ha planteado la renuncia de Maduro, la expulsión de tropas cubanas y la reconducción del Estado con apego al Derecho y el respeto de los DDHH.
