Norah Soruco de SalvatierraRentas y el SENASIR, un calvario
2014-02-13 - 07:54:00
Por TV se transmitió la promulgación del D.S. que “aumenta” en 3% las rentas de los jubilados como respuesta a la demanda del doble aguinaldo, con una pobre y triste actuación del dirigente de los rentistas que lo agradeció con vehemencia, pese referirse a las esmirriadas rentas y la negativa discriminatoria de derechos, cuando en una gratuita agresión, al sector pasivo, se le dijo NO al doble aguinaldo porque no eran productores, desconociendo 20, 30 y hasta 40 años de trabajo para el país.
Esa patética actuación, también se aplica al discurso del Ministro de Hacienda, que citaba cifras de casi el doble de erogación del TGN desde el 2006, olvidando premeditadamente, que no son recursos del Tesoro sino los aportes de los trabajadores durante toda su vida activa, que formaron un fondo de gran volumen, al que todos los gobiernos querían echarle mano, hasta que uno de ellos lo confiscó arbitrariamente para disponerlos en distintos fines. Por ello, no son “gastos” del Estado, que generosamente se otorgan mes a mes, pues esos ingentes recursos generan rentabilidad como en las AFP.
Como si fuera poco, la burocracia central determina que los trámites para acceder a una renta sean infinitos en requisitos y tiempo, ni qué decir de su efectivización.
Los jubilados impedidos -muchos de los que el Ministro Arce dijo que le pidieron seguir haciendo cola para encontrarse con sus amigos- cada año deben hacer un poder notarial y cada 3 meses un certificado de vivencia, copia a color de la cédula de identidad, renovar el color de la foto que no debe ser escaneada ni foto sobre foto dizque para evitar el fraude¸ hacer cola desde la 1 de la mañana para conseguir una de las 30 fichas que se distribuyen por decisión administrativa, y subir una estrecha escalera para llegar en el segundo piso, al único funcionario encargado, quien además por la carga de trabajo está malhumorado.
La burocracia puede reproducirse donde quiera, menos con una población cansada, que tiene impedimentos físicos y económicos para desplazarse.
No, señor Ministro, esto no es tratar con consideración a los jubilados, esto es un abuso que ultraja. Con voluntad y eficiencia, esto podría remediarse fácilmente, mejor infraestructura y personal suficiente, honrando a los jubilados por toda una vida de trabajo.
