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Álvaro Riveros Tejada

Conjunción de calamidades


2014-02-13 - 07:49:20

A un mes de haberse desatado un temporal de lluvias que asola nuestro territorio, curiosamente han coincidido tres calamidades que se unen y a su vez divergen diametralmente, tal es el caso de las espantosas inundaciones; los frenéticos preparativos de la campaña reelectoral,  y el carnaval ya en puertas.

Puntualizando en ese orden estos desastres, tenemos que las inundaciones han dejado un saldo de más de cincuenta muertos y desaparecidos; 52,000 familias afectadas; más de 8000 hectáreas de cultivo dañadas, otras miles que están totalmente anegadas y cerca de 100,000 cabezas de ganado con el agua hasta el cuello y miles de reces ahogadas, que hoy sirven de comida a los pobladores.

La segunda,  y no menos angustiantetragedia, es la campaña reelectoral que ya se ha desatado y no repara en miramientos éticos,en aras de alcanzar el 70% de los votos de la población boliviana, para  la  próxima  reelección presidencial. Son millonarias las sumas que se destinan para captar adeptos y que en estas circunstancias,bien podrían ir a paliar lacatástrofe.Pero no, la popularidad de los candidatos puede más, e infortunadamente ésta debe rivalizar con el hambre y la muerte. Por el contrario, bajo un absurdo cargo de anormalidad en el traslado de dineros, han  enjaulado al opositor gobernador del Beni, cuando éste se aprestaba a llevar un dinerilloque ibaprecisamente destinado a la compra devíveres para los damnificados de la calamidad. En una explicación surrealista delestropicio,las autoridades rechazaron la denuncia hecha contra la Policía,  calificándolade irregular  y que “no es normal” que se traslade de esa forma tal cantidad de dinero, -30,000 dólares- que no es suficiente ni para pagar tres horas de vuelo de un avión Falcon 900X.

Finalmente, la peor calamidad  y la más recurrente es la desventura que nos toca vivir a los bolivianos en febrero y marzo especialmente,  fechas que coinciden fatalmente con la fiesta del carnaval donde, por festejarla y bailarla, no solamente se nos amputó la cualidad marítima de la que gozábamos hasta hace 134años, sino que varias otras desgracias que pudieron ser evitadas, las soslayamos ante la prioridad de mover el tafanario en honor del Rey Momo. Sus embates han sido devastadores en nuestra historia y nos continúan dañando, como es el caso actual que, pese a los muertos, heridos y una miríada de deshabitados, nonos abstenemos defestejar y retozar en el reino del alcohol y la droga, como si todos estuviésemos  haciendo fila en la sala de pre embarque.

Ante esta realidad y frente a semejantes desgracias ¿Será una alternativa sentarse a esperar hasta que las lluvias amainen, mientras derrochamos esfuerzos y recursos en una campaña que nos perennice en el poder? O quizás debamos olvidarnos momentáneamente de los náufragosy continuar agradando  alRey Momo que nos brinda la felicidad suficiente para olvidar esta tragedia.En fin, cual sea nuestra actitud, este fenómeno sólo  es posible cuando existe una conjunción de calamidades.

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