Gary A. Rodríguez A.Apostar por la formalidad
2013-10-02 - 22:43:32
Recibí un cuadro con un “Ranking del tamaño de la economía informal en América Latina” del Banco Mundial, donde Bolivia figuraba a la cabeza entre 20 países con una estimación del 66% respecto a su PIB y Chile como el mejor clasificado con 19%. La economía informal tiene que ver con el no pago de tributos y cargas sociales.
Siendo el dato del 2010 busqué en internet un dato actual, sin éxito; eso sí, me topé con información sorprendente como este titular del periódico “CAMBIO” que decía: “BANCO CENTRAL valora rol de la economía informal” (30/SEP/2011).
No sé si la nota mereció alguna aclaración posterior, dado que el Presidente del BCB habría afirmado que “gracias a Dios todos somos informales, si no estaríamos muriéndonos de hambre (…) no matemos a la gallina de los huevos de oro tratando de formalizarlos. La informalidad es la fuente de riqueza para los gobiernos”, sugiriendo además no “satanizarla” al ser generadora de ingresos.
Más allá de la anécdota, lo cierto es que hay un problema que salta a la vista: una robusta economía informal e ilegal que -concomitante con el contrabando- resta tributos al Estado, quita mercado a la empresa formal y empleos a los bolivianos. Nada que ver con lo que queremos para nuestros hijos: una Bolivia digna, productiva y soberana; sin pobreza y con empleos de calidad; con una economía de “base ancha”, pero leal.
La informalidad se campea en el país como una “economía cien por ciento de mercado” que, en ausencia de Estado, adquiere “carta de ciudadanía” contando hasta con representantes que se dan el lujo de bloquear el país y hasta agraviar y amenazar a las autoridades cuando creen que sus intereses serán afectados.
Se nutre principalmente del comercio -puestoscallejeros, vendedores ambulantes, “ferias”, etc.- pero también se da en las Mypes, sector de servicios y profesiones liberales,ejerciendo una competencia desleal contra quienes están legalmente establecidos.
La explicación tendría que ver con la pobreza que empuja a la gente a ser informal; la urgencia por generar su propio empleo, así sea precario; y, el “alto costo de la legalidad” (trámites, presión fiscal y laboral).
Enrique Ghersi-coautor con Hernando de Soto y Mario Ghibellini del libro “El otro Sendero”-es lapidario: el “origen de la informalidad no se encuentra en una tara cultural, en un problema religioso, o un origen étnico; se encuentra en la ineficiencia de la ley”.
Una apuesta por la formalidad, es el gran desafío que tiene ante sí el Estado boliviano.
(*) Economista, Magíster en Comercio Internacional
Fuente: El Deber
Facebook.com/GaryAntonioRodriguez
Santa Cruz, 2 de octubre de 2013
