Norah Soruco de SalvatierraSinergia de nuestros gobernantes
2013-09-09 - 16:36:52
Ha tenido que ser una tragedia como la de Palmasola con la complejidad del problema y de sus soluciones, para que nuestros gobernantes convoquen dos eventos relevantes y sucesivos, una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad Ciudadana con la asistencia de toda las institucionalidad involucradas -aunque no faltaron algunas premeditadas ausencias- y una Cumbre análoga pero esta vez presidida por el primer mandatario de la Nación.
Sin entrar en los contenidos de diagnósticos y propuestas, que no es el objeto del presente artículo, lo esencial y central, es la demostración fehaciente de que la coordinación de los tres niveles de gobierno, ofrece la posibilidad de alcanzar soluciones estructurales en un campo harto sensible, pero que es perfectamente aplicable a cualquier campo de las preocupaciones ciudadanas.
Nos demuestran, que ninguna de las tres instancias gubernamentales por sí sola, podría lograrlas, a riesgo de hacerlo mal, tarde o nunca, y por tanto, que los logros serán mayores y mejores porque contienen una fuerza sinérgica, que es más que la simple suma de los tres por separado.
Demás está decir que, por esta demostración nos congratulamos todos y que ojalá sirva de pedagogía para los propios protagonistas, de manera tal que por sobre egos, soberbia, protagonismo político o electoralismo adopten aunque sea en su fuero íntimo, la decisión de seguir por el mismo camino.
El problema de Palmasola, las dramáticas consecuencias de imprevisión, descoordinación y el mal sentido político competitivo y de confrontación, nos han hecho mucho daño y los hechos, como pruebas palpables, desmienten el mentado “servicio al pueblo boliviano” de nuestros gobernantes.
Hace poco un consultor internacional, manifestaba no entender porqué existiendo competencias definidas para cada nivel de gobierno, unos, en vez de cumplirlas se empeñaban en avasallar campos encomendados a otros, descuidando o abandonando las propias.
Es preciso que se entienda que hay tiempo para todo, hay un tiempo para gobernar, como para hacer campañas electorales, pero que éstas no puede ser permanentes porque ningún país puede soportarlas a riesgo de dejar de vivir. Pero además, que también habrá un tiempo para rendir cuentas.
Cuánto alivio, cuánta seguridad, cuánta confianza puede provocar ver a nuestros gobernantes trabajando en forma coordinada, complementándose en los esfuerzos. Señores gobernantes, tengan la certeza de que sólo así es posible avanzar en ésta y en todas las asignaturas aún pendientes, que todavía son muchas.
