Álvaro Riveros TejadaGuía para una audiencia papal
2013-08-20 - 19:27:19
Ante la copiosa lista de mandatarios y/o Jefes de Estado que han solicitado una audiencia con el Papa Francisco, un célebre funcionario de protocolo del Vaticano, Fray Aquiles Meo de la Torre, tuvo la gentileza de hacernos llegar una suerte de bitácora con guías y consejos que deben ser estrictamente observados por dichas autoridades, a tiempo de celebrarse el solemne encuentro.
Esa profusión de solicitudes ha inducido a las autoridades de la curia romana a deducir que estos políticos, en su necesidad de usucapir una pequeña parcela de la enorme popularidad del Papa Francisco, pretenden colgarse de su sotana con el fin de ingresarcon él, como Zoilo a la grupa de Homero, a ese amplio universo mediático que lo rodea. Esta fue una razón suficiente para elaborar la guía que trascribimos a continuación, orientada a evitar imposturas y proteger a S.S. de cualquier exceso.
De verificarse el encuentro, se debe observar una estricta puntualidad, así como una sobria y discreta indumentaria oscura. En lo que al regalo concierne, este debe trasuntar buen gusto y tacto. De ahí la inconveniencia de elegir un cuadro del Che elaborado en hojas de coca; una camiseta de fútbol con el Nº 10 de la selección; y menos una máscara de diablo, por más artística que esta haya sido elaborada.
Toda alusión o simulación sobre un posible ateísmo es considerado de mal gusto, ya que no condice con la doctrina que predica el anfitrión. Asimismo, es un absurdo fungir de teólogo o reformador y hacerse el Lutero o el Enrique VIII: “No hay comida que haya perdurado tanto, como la última cena”. Por lo tanto, es inútil tratar de convencer a S.S. de la creación de una nueva Iglesia, sea esta “Católica Apostólica Renovada del Estado Plurinacional” u otra secta parecida. Tampoco se recomienda utilizar mensajes fuera de protocolo, como sucedió con Benedicto XVI, proponiéndole la abolición del celibato y/o abrirse al sacerdocio femenino.
El visitante no debe desproporcionarse y pedir al Santo Padre ser, lo que él no es, por más argentino que sea. Recordemos que es un papa que ya hizo su primer milagro ("hacer que millones de brasileños amen a un argentino").
Por tanto, es un Papa que privilegia la sencillez de vida por encima de toda pompa y, al igual que un ex presidente mártir, no es enemigo de los ricos, pero es más amigo de los pobres. De ahí que aborrece el lujo, el boato y la pompa y es inútil querer convencerlo de usar avión particular, calzados Reebok, o automóviles suntuosos.
Al referirse al espinoso tema del tráfico de drogas, el Papa ha manifestado su NO rotundo a la liberalización de las drogas, porque no resolvería el problema de lo que llamó los "mercaderes de la muerte", por tanto, es inútil cualquier alusión al acullicu o las propiedades de la hoja sagrada.
Aquellos gobernantes que defiendan una ley que despenalice el aborto son mal vistos por S.S., no solo por motivos religiosos, sino porque él mismo ha escrito: "El derecho a la vida es el primero de los derechos humanos. Abortar es matar a quien no puede defenderse "Por tanto, será excomulgado el infractor a esta norma.
Finalmente, no facilita en nada querer hablar de fútbol con Su Santidad y menos retarlo a jugar una partida. La edad y el rango se lo impiden y tal sugerencia podría echar por los suelos el propósito de esta guía para una correcta audiencia papal.
