Álvaro Riveros TejadaUn Marqués de Sade criollo
2013-07-03 - 18:43:42
El ex embajador boliviano ante la Organización de Estados Americanos y ex director de Relaciones Internacionales de la Gobernación de Cochabamba fue a parar a la cárcel de San Sebastián, acusado de propinar severas agresiones físicas a su Secretaria, las cuales a su vez fueron grabadas y filmadas por una cámara que la víctima instaló, para evidenciar estos atropellos.
Jaqueline, como presuntamente se llama la funcionaria abusada, en entrevista concedida a un canal de T.V. informó que fue seducida por Reynaldo Cuadros, un fauno satánico que se hacía pasar por “Hare Krishna” y como monje o líder espiritual enviado de Dios, para ser adorado y obedecido por las mujeres, lo que nos invoca a gritar: “Dios, líbranos de tus fans”.
Asimismo, desde meses se daba a la tarea de propinarle sendas palizas en su oficina y en el vehículo oficial de la gobernación, habiendo llegado al extremo de mandarla a la clínica en dos oportunidades, trasladada por el propio pugilista de alcoba.
En lo que al video presentado por la víctima como prueba de este atropello se refiere, la defensa del diplo-mas-tico señaló que: “…al no ser presentado por el Ministerio Público como testimonio, no existe ninguna prueba documental o testifical que evidencie la violencia contra Jaqueline y,utilizando los manidos argumentos que en todo este tipo de situaciones nos encajan a los incautos opinadores públicos sostiene: “si se verifica la filmación, es ella quien provoca y agrede. El video fue totalmente premeditado, fabricado y preparado, pues no se tiene la certeza, no se ve la agresión”. Ante semejante tipo de impugnación y ante todos estos testimonios que diariamente se nos presenta, como los del caso Ostreicher, los de la senadora Eva Gonzales, los extorsionadores y tantos otros, nos preguntamos: ¿Como deberían ser las pruebas? ¿En largometraje? ¿En vivo y en erecto, para descartar cualquier sospecha de un montaje trucho? ¡Ya basta de tanto cinismo!
Haciéndonos eco de la reciente denuncia de S.E. sobre la existencia en la cancillería de toda suerte de traidores que se dan a la tarea de vender documentación a las potencias extranjeras y otros que, en un acto de irreverencia sacrílega se atrevieron a perforar su pasaporte hasta dejarlo como una ducha Lorenzeti, hay también estos pervertidos que dejan muy mal parado el nombre de Bolivia, el del partido político que los patrocina, y el del propio Presidente del Estado Plurinacional a quien representan.
Sin ánimo de exagerar la nota, para la contratación del personal que nos tenga que representar en el exterior, no está demás sugerir un riguroso examen psicológico que determine la idoneidad y la solvencia de los funcionarios que vayan a manejar nuestras relaciones internacionales, así evitaríamos que el día de mañana éstas caigan de nuevo en manos de un Marqués de Sade criollo.
