Marcelo Ostria TrigoRelaciones y acusaciones
2013-01-16 - 10:44:56
Estados Unidos ha sido acusado de haber financiado un estudio en Chacaltaya para prevenir el “mal de altura” de sus soldados que operan en Afganistán. Se fue más allá: dicha misión científica revelaría la intención de Washington de invadir países con tierras altas. Estados Unidos ha sido acusado de haber financiado un estudio en Chacaltaya para prevenir el ‘mal de altura’ de sus soldados que operan en Afganistán. Se fue más allá: dicha misión científica revelaría la intención de Washington de invadir países con tierras altas.
Como ya es usual, cada vez que hay un serio problema interno o un escándalo como el de la red de funcionarios, fiscales y jueces extorsionadores, surgen denuncias de supuestas acciones aviesas de EEUU que, al final, quedan en la nada. A la larga, esto sucederá con esta acusación.
En este caso, no se tomó en cuenta que la Embajada de Bolivia en Washington sabía que el Centro de Investigación de Altitud de la Universidad de Colorado, realizaría tal investigación. Ya en el pasado, científicos franceses también estudiaron el tema, lo que dio lugar a que en 1963 sea creado el Instituto Boliviano de Biología de la Altura.
Desde que en septiembre de 2008 se bajó el nivel de los titulares de las embajadas de ambos países con la declaratoria de persona no grata al embajador estadounidense en Bolivia, Philip Goldberg, han sido recurrentes los anuncios de altos funcionarios del gobierno de Evo Morales de que se tiene la mejor disposición para normalizar las relaciones diplomáticas entre los dos países, eso sí, sobre nuevas bases: respeto mutuo y cese de las supuestas imposiciones de parte del “imperio”, como Estados Unidos es llamado en el lenguaje populista. Recientemente se llegó, inclusive, a negociar un convenio en este sentido.
Coincidente con la nueva acusación, se ha sabido que Washington ha pedido el beneplácito para el nuevo embajador de ese país en Bolivia, James D. Nealon, un diplomático de carrera que sirvió en varios países.
Muy pronto menudearon declaraciones desconsideradas y carentes de la prudencia que se requiere en estos casos. Lo curioso es que esas declaraciones –esto ya es recurrente– se originaron fuera de la Cancillería, cuyo titular, desde hace varios años, viene anunciando la inminencia de la normalización de las relaciones diplomáticas entre los dos países.
Queda la interrogante: ¿El gobierno del MAS tiene voluntad de normalizar las relaciones con Estados Unidos? O, por el contrario, prefiere mantener la actitud de beligerancia verbal, que le permite, cada vez que hay problemas y dificultades, acusar al “imperio”, como lo vino haciendo a lo largo de estos años, coincidiendo, además, con las arengas agraviantes de los populistas de la ALBA. Por lo visto, lo último es el camino elegido.
