Marcelo Ostria TrigoDespués de Chávez...
2013-01-04 - 20:59:24
No es una expresión de deseos, y menos un vaticino: Hugo Chávez Frías, aún presidente reelecto de Venezuela, que supuestamente debería iniciar un nuevo período presidencial el 10 de este mes, irremediablemente ya es parte del pasado.
El destino está cerrando la época de la voluntad caprichosa y omnímoda de un líder carismático y autoritario. No hubo rebelión ni golpe de estado. Es la vida misma la que le niega seguir en la marcha que él y sus seguidores creían eterna y siempre victoriosa.
La nueva consigna de sus ya atribulados seguidores es defender la revolución “bolivariana” –aunque nunca fue una revolución con principios y objetivos claros. Y, en ese empeño, ha comenzado la pugna de candidatos a sucesores del autócrata que dicen ser los nuevos líderes para garantizar el continuismo. Sin embargo –como siempre sucede con los regímenes en los que se endiosa al líder– nadie podrá concentrar tanto poder para reeditar el modelo “bolivariano”.
Se dice que Cuba está preocupada por el probable cambio político que puede ser consecuencia de la desaparición –por inhabilitación o muerte– de Chávez, que ya ha comenzado a planificar la continuidad del chavismo, probablemente con Nicolás Maduro, el delfín designado por el propio caudillo. Los Castro no dejan de tener razón en estar inquietos. Tampoco son buenas las perspectivas para los partidarios del nicaragüense Ortega y de Evo Morales.
El mayor temor de los Castro es que Venezuela deje de enviar petróleo a Cuba a un precio simbólico y que se interrumpa el pago que reciben por la actividad de miles de cubanos que se desempeñan como asesores políticos, agentes de seguridad, médicos, entrenadores deportivos, etc. del régimen “bolivariano”.
Entre los probables sucesores de Chávez se cuenta al presidente de la Asamblea Legislativa venezolana, Diosdado Cabello, a quien le correspondería, por mandato constitucional, ejercer la presidencia de Venezuela si Chávez no consigue jurar su cargo el 10 de enero, y debe luego convocar a nuevas elecciones. Seguramente esta perspectiva se añade a la inquietud de La Habana, pues se considera que Cabello, con fama de duro chavista, tendría reparos a la gran injerencia de Cuba en los asuntos de su país. Como un indicador de ello, se menciona que Cabello siempre tuvo reticencias a viajar a la isla.
La inquietud de varios gobiernos por la posibilidad de la desaparición de Chávez y, más aún, del ocaso del régimen bolivariano, ya es evidente. Rafael Correa, Evo Morales y José Mujica, no pudieron viajar a La Habana para visitar a Chávez por la gravedad del enfermo, mientras el gobierno de Dilma Rousseff, ya resolvió participar en la eventual transición venezolana, como informó el pasado 4 de enero Folha de Sao Paulo. En efecto, la presidente brasileña envió a Cuba a su asesor internacional, el radical de izquierda Marco Aurelio García, para que “se interiorice sobre el estado de salud del mandatario Hugo Chávez” y analice con las autoridades venezolanas y cubanas una eventual transición política en Venezuela, y concierte “la participación brasileña en la transición venezolana". –Curiosa injerencia conjunta de Cuba y Brasil sobre el futuro venezolano.
Pero es el tiempo el que señala nuevos caminos cuando llega el inexorable punto de inflexión, de cambio, de rectificación. Cualquier sucesor del caudillo de Caracas –si continúa el “chavismo”– que pretenda estabilidad de su régimen, tendrá que cambiar la esencia populista y autoritaria del desaparecido líder, y devolver a los ciudadanos sus derechos y libertades democráticas.
Hay que recordar que en las sucesiones de líderes autoritarios salientes –por la fuerza o por desaparición física– los que reciben el poder con frecuencia se ven ante el imperativo de enfrentar una “nomenklatura” que siempre defiende privilegios, y presiona por el continuismo.
Es cuestión de días para que en Venezuela baje el telón de este drama.
04.01.2013
