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Marcelo Ostria Trigo

Dispersión o bipartidismo electoral


2012-11-21 - 06:21:28

En  varios países de América Latina se ha multiplicado el número de  candidatos presidenciales, pese a que muchos saben que no tienen posibilidades de acceder al poder ni de influir en la vida política de su país.

Dirán los bien informados que esto de la multiplicación de candidatos también  se produce en otros países. Es cierto. En las recientes elecciones estadounidenses se presentó más de una decena de candidatos marginales y ninguno logró el 0, 1% de los votos, entre ellos,  Gary Johnson, del Partido Libertario (0,98), Jill Stein del Partido Verde (0,35%), Virgil Goode del Partido de la Constitución (0,1%), Rocky Anderson del Partido Justicia (0,1%), Roseanne Bar del Partido Paz y Libertad (0.1%), Thomas Hoefling del Partido Americano Independiente (0,1%). El 50,6% y el 47% obtenidos por Obama y por Romney, muestran la intrascendencia de esas candidaturas. En Estados Unidos, para bien o para mal,  en los hechos, pervive el bipartidismo político. Esto también sucede en otros países democráticos.

Hay, en verdad, criterios encontrados sobre la bipolaridad partidaria. Se señala que, cuando dos partidos absorben el mayor respaldo ciudadano, solo es posible elegir entre esas dos opciones políticas. Las otras alternativas no son viables, reduciéndose así el espectro de las ideas y de las tendencias ideológicas, cuyo respeto es elemento esencial de la democracia.   

Por otra parte, la dispersión puede llevar a la ingobernabilidad o, como sucede ahora, ser un factor que facilite a los populistas su permanencia indefinida en el poder, puesto que, como es notorio, éstos usan todas las ventajas que les da el gobierno para prevalecer electoralmente, desvirtuando así otro elemento esencial de la democracia: la alternancia que debe surgir de elecciones limpias.

En América Latina habrá, en lo que queda de 2012 y en 2013, elecciones presidenciales, regionales y legislativas trascendentales.

En Venezuela, el 12 de diciembre próximo, se elegirá gobernadores; será el segundo “round” entre dos opciones: el chavismo populista, y la oposición democrática que, ahora unida, encontró a su líder: Henrique Capriles.

En Bolivia, el 20 de enero de 2013, se elegirá gobernador del departamento del Beni. Sin cuatro los candidatos: dos opositores, uno marginal y una oficialista. La oposición aspira a triunfar en este departamento tradicionalmente opositor al gobierno de Evo Morales.

El 17 de febrero, para las presidenciales en Ecuador, se han registrado, además de Rafael Correa, que va por su tercer período, otros siete candidatos, lo que beneficiará al presidente aliado del chavismo, que en las encuestas figura solo con el 39 % del favor ciudadano; una oposición unida podría superar el 50%.

El 21 de abril, los paraguayos elegirán presidente y parlamentarios, terminando con el injusto bloqueo diplomático que, en el fondo, sirvió para el ingreso de los “bolivarianos” en el Mercosur.

En mayo, la presidente argentina, ahora muy golpeada políticamente, tendrá una dura prueba: habrá comicios para renovar el parlamento. El deterioro del “kirchnerismo”, por la dispersión de la oposición democrática, abre otra opción: el neoperonismo, aunque ya enfrentado a la señora Cristina de Kirchner.

Finalmente, el 17 de noviembre Chile elegirá nuevo presidente. Allí no habrá dispersión; serán dos las opciones, ninguna populista.

Como demostró la oposición venezolana, no se cierran definitivamente los caminos democráticos.  Siempre hay opciones para la unidad.

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