“Y en efecto, pregunta ahora a las bestias, y ellas te enseñarán; a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán” Job 12:7
¿Será que las aves de los cielos nos podrán mostrar algo, sabiendo que el hombre es más inteligente que los animales, las bestias y las aves?. Lo más hermoso de esto es que está en la Santa Palabra de Dios, y dice que toda la Escritura ha sido inspirada por Dios: “Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”
2 Ti. 3:16
Así que observemos lo que hacen los gansos. Los gansos viven por manadas y su manera de comunicarse es a través de graznidos, lo peculiar de ellos es que parece que tuvieran en su interior un termómetro digital que nunca falla y que les indica exactamente el inicio de cada estación; porque sabemos que Dios estableció las estaciones: “Dijo luego Dios: Haya lumbreras en la expansión de los cielos para separar el día de la noche; y sirvan de señales para las estaciones, para días y años” Gn. 1:14
Esto era perfecto, pero ocurrió un cataclismo en todo el planeta tierra llamado “diluvio universal”, y como era tan importante lo que Dios había establecido, el día, la noche, las estaciones, se lo comunicó al hombre: “Mientras la tierra permanezca, no cesarán la sementera y la siega, el frío y el calor, el verano y el invierno, y el día y la noche” Gn. 8:22. El ser humano tenía conocimiento porque Dios se lo dijo, pero ¿cómo estos pequeños animales, los gansos, podían entender que venía este cambio de estaciones?; pero no sólo es eso, sino que la aptitud de cada uno de ellos nos muestra como deberímos nosotros vivir unidos y ayudarnos los unos a los otros.
Te contaré una historia para que puedas entender:
“La parvada está en el campo, todos felices y contentos, disfrutando del lindo otoño, mamá ganza siente un aire frío, porque ¡ya es 19 de junio! Y ella comienza a graznar comunicando a los demás que llegó el tiempo de emigrar, porque ellos no podrían sobrevivir en el invierno. Todos instintivamente saben lo que tienen que hacer, es tiempo de trabajar juntos, ellos saben mejor que nosotros que la vida de cada uno depende del otro; comienza la gran travesía, a medida que van subiendo se ve en los cielos una “V” de 16 a 18 gansos formando un escuadrón, apuntando al lugar de la meta, todos vuelan como si fueran soldados adiestrados, por delante va el que comanda, esta formación tiene un sentido, los primeros de adelante son los que abren un camino en el lugar invisible del aire, elllos agitan sus alas haciendo más esfuerzo, no emiten ningún sonido, pero los que le siguen hacen menos fuerza en sus alas porque el viento ya no los golpea de frente, y ellos graznan alentando al grupo que va por delante. Si pudiéramos entender lo que dicen, sería así: ¡Dale mamá gansa!, ¡tú puedes!, ¡no hay nadie que lo haga como tú! Carlos!, Pedro!, Eliana!, ¡ustedes pueden!, Ya llegamos a la meta!. Estos graznidos hacen que los de adelante sientan que no están solos y que todos luchan por vencer, creo que a esto también se refiere Dios al decir: “Y a las aves de los cielos, y ellas te lo mostrarán” Estas pequeñas aves hacen esto durante mucho tiempo; cuando el de adelante se cansa y siente que sus fuerzas ya no le dan para romper el viento, se aparta y se va a la parte trasera y otro sigue la batalla; ahora le toca luchar por los demás, ya son horas de viaje, pero todos tienen el mismo sentir, llegar a la meta, salvar sus vidas, porque si no llegan morirán por el frío.
Nadie se percató que pasaban por un campo donde existen cazadores y de pronto se escucha un sonido, ¡es un disparo! y se ve a uno de ellos caer herido, siguen los graznidos, como si estuvieran diciendo ¡Tenemos que ayudarlo!. Instintivamente, dos abandonan la formación y siguen al ganso herido, éste se precipita hasta el suelo y cae mal herido, los dos gansos decienden a su lado como dos grandes amigos, y esperan pacientemente si se recupera o muere, pero no abandonan a su amigo, se mantienen fieles hasta la muerte. Creo que estás entendiendo lo que las aves nos muestran, el hombre ya, por amor debería hacerlo.
Ahora observaremos a algunos más de los otros animales e insectos que nos ilustrarán lo que debes hacer por ti y por los demás, sin esperar recibir nada. “En todo os he enseñado que, trabajando así, se debe ayudar a los necesitados, y recordar las palabras del Señor Jesús, que dijo: Más bienaventurado es dar que recibir” Hch. 20:35
La mangosta de la india dice: mido 1mt y peso de 4 a 5 kg.; en la región en la que vivo en la India existen muchas cobras cuyo veneno es mortal, pero los científicos han descubierto que en mí, existen anticuerpos que corren a través de mi torrente sanguíneo y mi sistema nervioso y destruyen el veneno.
Es como si “alguien” me hubiera programado una información de defensa contra la cobra; así los nativos de esta región me tienen como mascota en sus casas para cuidar especialmente a los niños, de las cobras.
El Pájaro carpintero nos cuenta: Yo fui creado de una forma maravillosa, porque ni aún la ciencia ha podido lograr lo que para mí es normal; golpeo al tronco mil veces por minuto para extraer mi alimento y con semejante sacudón no recibo ningún daño en la cabeza, tengo un sistema de amortiguadores de cartílagos para sujetarme en los árboles altos o pequeños y sólo dispongo de dos garras delanteras y dos traseras.
Cuando mis crías ya han crecido simplemente salgo por el agujero de mi nido que está en el tronco, y no les enseño como deben de hacerlo ellos, pues ya tienen esta información en su cerebro.
El castor admirablemente nos enseña de él: Mi roer tiene tres razones:
1.- Para conseguir mi alimento.
2.- Para preparar material.
3.- Para desgastar mis largos dientes.
Los ingenieros tienen que aprender a diseñar, calcular y construir diques, pero yo sé cómo hacerlos perfectamente, cuando construyo un dique hago otros alrededor para que exista menos tensión y presión. Además tengo una cola que me es útil para tres cosas también:
1.- Como pata extra para poderme parar
2.- Como timón en el agua
3.- Como señal de alarma, que es oída a 800 mts.
Las abejas dicen: En nuestras colmenas por lo menos existen 30.000 abejas, para hacer un Kilo de miel, tenemos que recorrer 265.000 Km entre 160.000 de nosotras, y esto se compara 6.5 vueltas alrededor del mundo; mi vida no es larga, sólo vivo dos meses, durante este tiempo cada una de nosotras produce media cucharada de miel; recojo el néctar, y en mi hay un depósito que está en mi estómago, y en mi cabeza tengo unas glándulas que producen siete importantes productos químicos: Hierro, calcio, azufre, magnesio, ácido fosfórico, levulosa y dextrosa. Además tengo 8.500 lentes en mis ojos para poder mirar el sol, y recorro 11 Km por hora.
La avispa negra, cumple con la función para la que fue creada: Soy amiga de la planta que produce higos, debes saber que hay los higos padres que son los cabra higos y hay higos madre que son las esmirna, cuando yo voy a un cabra higos llevo el polen a la esmirna para que estos maduren, yo apenas puedo volar y llevo el polen o mis huevecillos a la higuera madre y esto lo hago para el bien de ella, la información que tengo alguien muy poderoso me la ha puesto, dura tarea porque sólo vivo 24 hrs., pero mi trabajo siempre lo termino.
Y ahora, todos nosotros te preguntamos si nosotros que no sabemos pensar, ni tenemos un alma que exista para siempre y Dios nos dio esta virtud a cada uno y para trabajar en equipo y ayudar desinteresadamente a otros seres humanos, ¿No crees que tú tienes mejores atributos que nosotros?
El Señor te bendiga.
