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Dante N. Pino Archondo

La economía subterránea


2012-03-20 - 23:17:34

La informalidad e ilegalidad económica, que se manifiesta en: la evasión, defraudación impositivas, en el contrabando que campea sin ningún problema, en el narcotráfico que hace uso del contrabando y del sistema financiero para proveerse de bienes y servicios, nunca ha tenido, como ahora, tanto espacio para desenvolverse y expandirse.

Bolivia tiene más del 80 por ciento de su economía en el ámbito de la ilegalidad, en el sector privado. Este porcentaje habla por sí mismo. En un cuadro como este, las instituciones estatales valen tanto como un cacahuate. Y si a esto le suma, una política de nacionalizaciones, incautaciones, prohibiciones que el Estado desarrolla, en nombre del anticapitalismo, no podemos extrañarnos que el volumen de la inversión extranjera directa se haya ido por el piso.

Mientras el Perú espera inversiones que superan los 50 mil millones de dólares, y abre mercados mediante convenios de Libre Comercio con los mercados más importantes del mundo como son: el norteamericano, europeo y asiático, buscando operar su ventaja competitiva en productos agroindustriales, industriales y artesanales. Bolivia hace todo lo contrario, cerrando mercados, estableciendo límites de precios que desincentivan la producción y colocando barreras de entrada a nuevas inversiones, con empresas estatales organizadas y manejadas con total ineficiencia.

Las declaraciones del Ministro de Estado británico para Latinoamérica Jeremy Browne, son ilustrativas, advierte que nuevas inversiones en Bolivia no serán posibles, debido a los actos de fuerza operados por el gobierno en nombre de nacionalizaciones que se convierten en expropiaciones generando juicios pendientes de resolución, que colocan al país en la lista negra de los inversores.

Sumemos a esto las declaraciones provocadoras del Presidente Evo Morales anunciando la posibilidad de cerrar la Embajada de los Estados Unidos en Bolivia, ante una audiencia conformada por cocaleros dedicados a la siembra y producción de coca para la cocaína, es todo lo que faltaba para reafirmar los temores y advertencias del Ministro británico.

El cuadro de situación es gravísimo, lo que está sucediendo en Bolivia, es producto de una economía informal que raya en la ilegalidad y que viene sustentando el consumo, con incremento del crédito que tiene todos los rasgos de la especulación financiera, creando activos como el de la construcción de departamentos, importaciones de bienes agrícolas y agroindustriales, así como de artículos que hoy día se usan para la elaboración de cocaína, en un circuito informal e ilegal  que tiende a expandirse en toda la economía, bajo la protección estatal, que retroalimenta todo ello, con el pretexto de ser anticapitalista y anti neoliberal.

El MAS gobierna desde el año 2005, son siete años, que han colocado al país en el cuadro de deshonor entre aquellos que se distinguen por la total falta de respeto a la ley, por la corrupción institucional, por la carencia de garantías en la administración de justicia, y por el amparo abierto a la producción de coca para la cocaína.

De este cuadro de situación se benefician muchos: el comercio importador usando el contrabando, la banca apalancando recursos y fomentando la especulación de activos, la minería informal y el mercado negro de sus operaciones, el sector empresarial privado que produce con gasolina, diesel y energía eléctrica subvencionada.

Son muchos los que danzan en medio y por tanto existe complicidad con el sistema. En la superficie todo parece marchar, pero el mar de fondo comienza a generar remolinos.

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