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Homosexualismo: ¿un derecho?


2011-06-27 - 00:06:23

Para entender que el “homosexualismo” -al parecer un término romántico contemporáneo (que en la puridad del término o concepto, no es más que la antigua sodomía)- nunca fue, no es, ni será un derecho, sino que desde la óptica divina y científica está catalogado como una desviación, una perversión y una abominación, necesariamente tenemos que remontarnos al génesis de la creación, es decir cuando Dios -el Único Ser Supremo, Santo, Puro y Verdadero- “creó al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

Y Dios no se equivocó ni ayer, ni se equivocará hoy ni mañana,  pues creó al varón para que desarrolle esa hombría, y creó a la mujer para que desarrolle esa  feminidad, por lo tanto: el ser varón es un deber delante de Dios y de la sociedad,  al igual que el ser mujer. Lo que pasa en el fondo es que: “Dios hizo al hombre recto, pero ellos buscaron muchas perversiones” (Eclesiastés 7:29).
LA BIBLIA O PALABRA DE DIOS REVELADA: NUESTRO NORTE SEGURO
La Biblia sencillamente es la poderosa, viva y eficaz Palabra de Dios revelada a los hombres o para la Humanidad. En consecuencia, lo que está escrito en la Biblia sobrepasa a cualquier definición que el ser humano pueda hacer en relación a la creación, pues ha sido  Dios El Creador quien la ha inspirado –a través de su Espíritu Santo- (2da. Timoteo 3:16), y es quien la muestra o revela con claridad a los que abren su corazón para vivir conforme a lo que Dios espera de su hijos.

Para ejemplificar un poco, todo fabricante de un electrodoméstico concibe un manual de uso o instrucciones, con la única finalidad que el producto no se eche a perder o se malogre, es por eso que no se puede enchufar una licuadora o una plancha diseñada para funcionar con 110 voltios, tomando corriente eléctrica de 220 voltios, sino que se debe enchufar en donde indique 110 voltios, caso contrario se arruinará.  De igual manera Dios, el Creador del Universo, dejó en la Biblia o su Palabra revelada, instrucciones precisas para que la Humanidad no se pierda por causa del pecado. Para decirlo de una forma clara y precisa, el “pecado” significa la desobediencia a la voluntad de Dios, dicho de otra manera, es la transgresión voluntaria de las leyes divinas dictadas por el mismo Dios para beneficio y salud de la Humanidad.
En conocimiento que el hombre es raza caída (es decir que tiene una naturaleza pecaminosa heredada por la primera caída o el pecado original de Adán y Eva),  podría encontrar cualquier justificación a sus desviaciones, Dios dejó claramente establecido ¿por qué?, ¿con qué? y ¿para qué propósitos? había creado al hombre sobre esta Tierra.

Es por esta razón fundamental, que si alguna referencia hay en la Biblia o Palabra de Dios, a las desviaciones sexuales como la sodomía -hoy homosexualismo, lesbianismo, bestialismo, etc.- no es para justificarlos como “opciones sexuales”, sino todo lo contrario: advierte que eso traerá degeneración y por ende destrucción, tanto en esta vida temporal, cuanto en la vida eterna después de la muerte.

Y FUERON CREADOS POR DIOS: VARÓN Y HEMBRA O LO QUE ES LO MISMO: VARON Y VARONA FUERON CREADOS POR DIOS

Desde el origen de la Humanidad, el tema en cuestión está muy claro. La Palabra de Dios dice de manera afirmativa, inequívoca, expresa y contundente: “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creo; varón y hembra los creó” (Génesis 1:27).

La  Palabra de Dios, contiene verdades eternas, justas y santas –es una Palabra inmutable e invariable, es decir que ella nunca pasará, pese a que los cielos y la tierra sí pasarán y dejarán de ser en algún momento- dice que Dios creó del polvo, primero al hombre (Adán), y luego del hombre fue que creó a la mujer (Eva). “Y de la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre” (Génesis 2:22). Aquí esta revelado  el gran propósito de Dios: Crear, formar o instituir la primera institución humana: el matrimonio, ¿para qué? La respuesta es sencilla: para que procreen y formen la familia nuclear (establecida entre un hombre, una mujer y los hijos).

PARA REFLEXIONAR
Si  hasta aquí, alguien considerara poco relevante lo dicho, y sostuviera que Dios se equivocó al haber creado al hombre y la mujer solo para que pudieran satisfacerse heterosexualmente, y que la disparidad de sexos no tenía que ver con la procreación, entonces es necesario hacer esta reflexión fundamental:

¿En alguna parte del planeta dos hombres que se unen entre sí (homosexuales), o dos mujeres que se unen entre sí (lesbianas), han podido dar hijos propios a esta sociedad? Si la pregunta es afirmativa,  Dios se habría equivocado.

LO QUE SOLO DIOS APRUEBA DENTRO DE LOS MÁRGENES DE SU SANTIDAD

Con relación a la unión sexual, la misma está muy, pero muy clara en la Palabra de Dios. No dice que un hombre dejará a su padre y su madre para unirse con otro hombre, o que una mujer se vaya y se una con otra mujer. De manera expresa y definida dice: “Por tanto, dejará el hombre a su padre y a su madre, y se unirá a su mujer, y serán una sola carne” (Génesis 2:24).

¡AY DE LOS QUE A LO MALO DICEN BUENO, Y A LO BUENO MALO! (Isaías 5:20)

Resulta muy bien conocida la historia de las ciudades de Sodoma y Gomorra (cabalmente de ahí viene la palabra “sodomía”, que tiene que ver con relaciones homosexuales), cuyos habitantes –semejantes a los del “orgullo gay” de la Bolivia de hoy- habían hecho lo malo ante los ojos de Dios, al extremo que “...Jehová hizo llover sobre Sodoma y sobre Gomorra  azufre y fuego de parte de Jehová desde los cielos; y destruyó las ciudades, y toda aquella llanura, con todos los moradores de aquellas ciudades...” (Génesis 19:24-25).

Y es que los juicios de Dios son justos, puesto que uno de sus atributos es que Él es Santo, Santo, Santo (tres veces Santo). Por consiguiente Dios siempre abominará el pecado (aunque muchos en su voluntaria desviación lo quieran justificar de una u otra manera), muy especialmente aquellos que ponen en peligro la creación, ya que en Sodoma y Gomorra ¡todos los varones del pueblo, desde el más joven hasta el más viejo se habían contaminado con el pecado de la sodomía, hoy homosexualismo!

Por lo tanto, al no haber arrepentimiento de parte de los moradores de Sodoma y Gomorra, hacia el Dios Santo, Él mismo ejecutó dicho juicio, para que quede como ejemplo digno de no imitar.

EL GRAN PROBLEMA DE LA HUMANIDAD SIN CRISTO: UNA MENTE REPROBADA

Pablo, el Apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, en relación a la sodomía y el lesbianismo, manifiesta claramente que dichas conductas, son  la consecuencia de cambiar la verdad de Dios por la mentira:

“Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios, y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles. Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén. Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen” (Romanos 1:21-28)

El Apóstol Pablo también advirtió: “...No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios” (1 Corintios 6:9-10) 

LO QUE LASTIMOSAMENTE ESTÁ SUCEDIENDO EN BOLIVIA: CON LA VENIA DE LA LEY HUMANA

Para aquellos que aun no lo saben, existe un Decreto, más propiamente el Decreto Supremo Nª189 de fecha 01 de Julio del 2009, que declara en todo el territorio del Estado Plurinacional de Bolivia,  el 28 de junio de cada año como "Día de los Derechos de la Población con orientación sexual diversa en Bolivia", es decir el día del orgullo gay, lesbianas y travestis.

Está claro que existe una total contradicción con este Decreto firmado por el Órgano Ejecutivo, puesto que en un “Estado Plurinacional” que teóricamente ha ido al rescate de las culturas precolombinas, dichas  desviaciones sexuales nunca fueron bien vistas.

EN CONCLUSIÓN
Dios no dará por justo al pecador, y nadie puede burlarse de Él. Lo que el hombre siembre, eso mismo será lo que coseche.
Si Ud. que ha leído el presente artículo y  ha estado en desobediencia –ya sea por ignorancia o por rebeldía- debe saber que el Dios Santo abomina el pecado, pero siempre está dispuesto a perdonar al pecador arrepentido, es decir  al  que confiese su iniquidad y se aparte de su maldad... entonces alcanzará misericordia, esto sencillamente por el enorme sacrificio que hizo Jesucristo en la cruz del calvario:
“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” (Juan 3:16)

Si Ud. aún no ha recibo a Jesucristo en su corazón, y quiere cambiar de vida, arrepiéntase de su pasada forma de vivir haciendo esta sencilla oración, es decir haciéndolo desde lo más profundo de su corazón, con el deseo de ser verdaderamente libre de su pasado:

“Señor Jesús, vengo a Ti para pedirte perdón por mi pasada manera de vivir. He comprendido que estaba viviendo en pecado, y por eso hoy renuncio al poder del pecado en mi vida, porque quiero ser libre y parte del glorioso Reino de Dios. Te abro la puerta de mi corazón, entra en mi vida y cámbiame para que tu luz resplandezca en mí. Hoy, por tu gracia, te recibo como mi Señor y Salvador. Anota mi nombre en el Libro de la Vida, y séllame con tu Santo Espíritu para el día de la redención. Gracias bendito Señor Jesús”.

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